Preocupación monetaria…

Punto de Vista

Por Jesús Michel Narváez

Primero lo tiraron de loco.
“Son mensajes de campaña”, decían en Palacio Nacional hace 8 meses.
“Están en campaña”, se escuchaba hace cuatro meses.
“Son promesas de campaña”, se decía hace 2 meses.
“Felicitamos al presidente electo”, anunciaba la presidenta mexicana.
“Tendremos un diálogo pronto”, exponía en la “mañanera del pueblo”.
“Hablamos de comercio, de migración, de la buena relación entre ambos países”, informaba después de la conversación telefónica en la que estuvo acompaña por el sonriente canciller.
Allá, en Nueva York, el republicano daba otra versión. Se comprometió, a “cerrar la frontera”.
Acá se insistía: de eso no hablamos y jamás vamos a cerrar la frontera sur.
Declarado presidente electo, Donald Trump arreció sus amenazas y no solamente hacia México sino también rumbo a Canadá.
El premier canadiense, osó llegar de improvisto -eso se dice- a la residencia del republicano ubicada en Mar-a-Lago y fue recibido “amistosamente” al invitarlo a que “Canadá fuera el estado 51 de Estados Unidos”. Lo llamó gobernador,
La misma “invitación” le hizo a la presidenta mexicana. Sobre el particular, no ha referencia de una respuesta más allá de la sobada cantaleta de que México no es una colonia de nadie, es un país independiente, libre y soberano.
“A México se le respeta”, se clamó en el Salón Tesorería.
Conforme avanzaron los meses de noviembre y diciembre, el gobierno mexicano comenzó a tomar en serio las advertencias-amenazas del que dirigirá los destinos de la nación más poderosa del mundo a partir del 20 de enero a las 12 horas. Y no solo tiene puesta la mirada en México o Panamá país al que le quiere arrebatar el Canal, sino a Canadá, en donde se estima que el premier dejará de serlo antes de que finalice el invierno.
También alterará el funcionamiento de la OTAN y obligará a todos sus miembros a pagar sus cuotas o no contarán con respaldo en caso de una invasión, una guerra, un desastre natural.
Hoy la preocupación que invade Palacio Nacional tiene nombre y apellido: “héroes y heroínas”.
Y todo mundo anda “trabajando” para proteger a los mexicanos que se encuentran en Estados Unidos de manera ilegal -se estima que son 5.1 millones- y que serían deportados masivamente.
Imposible sacarlos en un día, una semana o un mes.
Pero de que los enviarán a su tierra, que no quede duda. Porque Trump no es Biden y tampoco Trudeau.
¿Por qué ahora es la enorme preocupación?
En el pasado inmediato, se cancelaron cuando menos una docena de consulados y, además, desde agosto, el expresidente López decretó la “pausa” con el embajador y tensó más aun la relación. Y la sucesora, es decir, la doctora Sheinbaum le arrojó leña a la hoguera. Sin previo aviso, cancelo la “línea directa” entre el diplomático y Palacio. “Todo asunto deberá ser tratador en la Secretaría de Relaciones Exteriores”, apuntó. El futuro embajador, Ronald Douglas «Ron» Johnson, no es una perita en dulce. Se diría que es amargo y lo demuestra con su paso por El Salvador.
Con el consabido mensaje de “no están solos” y “recomendaciones chabacanas”, la actual administración se “muestra activa” para “proteger a los connacionales” y si llegan a ser deportados “se les recibirá con los brazos abiertos”.
Amable lector, no se vaya con la finta de “migración humanista” como la anunciada política que llevará a cabo el gobierno de México. No hay tanto interés en defenderlos porque violaron sus derechos sino porque dejarán de enviar remesas, que representan 4 puntos del PIB según los analistas financieros.
Bien dice el dicho: el interés tiene pies.
O como se diría coloquialmente, con lo que envía se “acompleta el gasto”.
El colofón sería: reacción tardía para salvaguardar la vida y los bienes de los ilegales.
E-mail: jesusmichelmp@hotmail.com, Facebook Jesus Michel, X @misionpolitica y en Misión, Periodismo sin Regaños martes y jueves de 16 a 17 horas por Radio Cañón en el 760 de amplitud modulada.

 

 

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