*En el Inicio: Enfrentar el Mediocre Crecimiento y la Expansión de la Violencia Heredada
*“Inversiones” en Cuatro Obras Bautizadas de Emblemáticas y Ninguna Concluida
*La Escasez de Fármacos Prevalece y se Desata la Guerra en Sinaloa Entre dos Cárteles
*Aumento de Mujeres Gobernadoras, de Congresistas en Ambas Cámaras y Presidentas Municipales
*Programas Sociales: Bocanada de Oxígeno Para Quienes Menos Tienen
*Lo Malo: Destrucción de Instituciones y Concentración del Poder Público
*También la Opacidad en el Manejo de Recursos Públicos y la Corrupción Galopante
*Además el Maniqueísmo, las Descalificaciones Desde el Púlpito y Ocultar Costos de Obras
*Y un Endeudamiento Salvaje que no se Pagará en Cuatro Décadas
*El Remate es que la Militarización Llegó Para Quedarse Según se Observa
JESÚS MICHEL NARVÁEZ
En 14 días finaliza el año. Y con la caída de la última hoja del calendario, es el tiempo de reflexionar sobre lo ocurrido a lo largo de 12 meses de 2024, pero al mismo tiempo revisar el quehacer del gobierno que inició el primero de diciembre de 2018.
Relevo presidencial histórico: la primera mujer presidenta en la vida independiente de México, crecimiento mediocre, expansión de la violencia, suma del quinquenio con 10 meses, 203 mil ejecuciones, millonarias “inversiones” en cuatro obras bautizadas de emblemáticas y ninguna está concluida, señalamientos del nexo del expresidente con el narcotráfico y el crimen organizado, caída del empleo formal e incremento del informal.
La escasez de fármacos continúa no obstante la “superfarmacia”, en cuyos anaqueles se llevan de vacunas Sputnik y Abdala, sin autorización de la Organización Mundial de la Salud y con fórmula diseñada para atacar la pandemia del vdel Covid-19; elecciones federales, estatales y municipales que sembraron dudas sobre su legalidad y legitimidad; concesiones de los órganos electorales, Instituto Nacional Electoral y Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, para que el oficialismo contara con la mayoría calificada asignando desproporcionalmente a los votos obtenidos, diputados y senadores plurinominales; captura del jefe de jefes del narcotráfico, Ismael El Mayo Zambada que ocasionó la tensión entre los gobiernos de México y estados Unidos y el expresidente mexicano declaró la “pausa” en la relación con el embajador Ken Salazar; la violación de la embajada de México en Ecuador, llevó a la ruptura de relaciones. Y se mantienen las pausas con España y Perú.
La declaración de guerra entre los grupos dominantes en Sinaloa, los chapitos y los mayitos, no se detiene y son más de 500 los ejecutados y 370 desaparecidos; el coordinador de la política de seguridad pública, despacha en Culiacán y ha aprehendido a una docena de criminales de mediano nivel sin que ello implique la pacificación en la entidad.
Cientos de temas a lo largo del año y la suma de desaciertos y aciertos del gobierno encabezado por Andrés Manuel López, quien dividió a la población, etiquetó a las clases medias como aspiracionistas y a los ricos de tener por dios el dinero. Defendió a los criminales “porque también tienen derechos humanos” e impuso la política de “abrazos, no balazos”.
LO BUENO
Desde la óptica política, abrir las puertas a las mujeres para llevar las riendas de gobiernos estatales y que generó el espacio en el que apareció Claudia Sheinbaum y se convirtió en la primera presidenta de México.
Con el proceso electoral de 2018 finalmente las mujeres encontraron el sendero por el cual caminar y llegar a la meta anhelada y siempre lejana: ser gobernadoras de las entidades en las que no todas son originarias, pero cuentan con la residencia de cuando menos 5 años para ser candidatas y votadas.
Hasta antes de 2018, solamente dos mujeres habían alcanzado el título de gobernadoras. Griselda Álvarez la primera- y Beatriz Paredes, en los dos estados más pequeños del país: Colima y Tlaxcala.
Hoy son 13 las mandatarias estatales y la primera mujer como presidenta en la historia del México independiente.
Ellas son, en orden alfabético: Tere Jiménez, Aguascalientes, María del Pilat Ávila, Baja California, Layda Sansores, Campeche, Maru Campos, Chihuahua, Clara Brugada, CdMx, Indira Vizcaíno, Colima, Delfina Gómez, Edomex, Libia Dennise García, Guanajuato, Evelyn Salgado, Guerrero, Margarita González, Morelos, Mara Lezama, Quintana Roo, Lorena Cuéllar Cisneros, Tlaxcala y Rocío Nahle, Veracruz.
Con excepción de Tlaxcala y Colima, los otros 11 estados tienen por primera ocasión a una gobernadora. De las 13 mandatarias, 10 llegaron al poder por la alianza construida por Morena y aliado con el PT y PVEM y 3 surgieron de las filas del PAN.
También en el sexenio por primera vez existe paridad de género en el Congreso de la Unión y son cerca de mil mujeres las que gobiernan en los municipios del país.
Pese al maltrato presidencial hacia las mujeres que marcharon en protestas por diversas situaciones: despenalización del aborto, frenar los feminicidios, obtener reconocimiento de sus derechos, conmemoración del Día Internacional de la mujer, entre otros temas, y que el expresidente llegó a calificarlas de “manipuladas por la derecha”, en materia política se abrieron espacios antes reservados a los hombres, los caciques, los jefes políticos en las entidades o con influencias económicas.
El despliegue de los programas sociales, aunque en el fondo tuvieran la meta de cooptar la voluntad de los beneficiarios para emitir el voto en favor de los candidatos de Morena y aliados, representó una bocanada de oxígeno para quienes menos poseen.
La pensión universal para adultos mayores y becas a estudiantes, deberán calificarse como aciertos. Otros quedaron a deber como Jóvenes Construyendo el Futuro o Sembrando Vida.
LO MALO
La destrucción de Instituciones, la concentración del poder público, la opacidad en el manejo de los recursos públicos, la corrupción galopante que jamás tuvo freno alguno por la “influencia” de familiares -particularmente los hijos- y los amigos cercanos al expresidente que recibieron contratos de obra y de proveedores de múltiples artículos y productos, marcaron el ejercicio gubernamental.
Sembrar la semilla del maniqueísmo, que terminó por germinar, dividió a los habitantes y la lucha de clases, sepultada formalmente, aunque no en la realidad, resucitó de manera alarmante.
Las descalificaciones desde el púlpito presidenciales fueron el veneno que dio en el blanco y contaminó lo bueno por mucho de lo malo.
Ocultar el costo de las obras, disponer discrecionalmente de miles de millones, cercanos al billón, tomados de fideicomisos de manera, sino ilegal si ilegítimamente, nunca fueron transparentados.
En cuatro obras llamadas pomposamente “insignias”, se destinaron cerca de un billón de pesos y ninguna está concluida. Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, Refinería Dos Bocas, Corredor Transístmico y la joya de la corona: Tren Maya, distrajeron recursos que originalmente estaban destinados a fármacos, carreteras, construcción o mantenimiento de hospitales y clínicas; universidades públicas y educación básica hasta la preparatoria fueron víctimas de recortes presupuestales de gran calado.
Hasta ahora, ninguna de las cuatro faraónicas obras ha generado regreso de inversión y sus costos de operación se mantienen con subsidios.
Pemex, otrora la empresa orgullo de México al igual que la CFE, se convirtieron en barriles sin fondo y en aras de “defender la soberanía” energética, se cerraron las llaves a la inversión privada, lo que representó rezagos en ambas entidades y que en el largo plazo posiblemente tengan que cambiar de métodos a fin de hacerlas rentables.
Los seis años de gobierno representaron el mayor endeudamiento registrado en las finanzas públicas y, la “doctrina” de la austeridad republicana pasó de noche por el gasto excesivo y no comprobado de programas sociales, obras públicas, adquisiciones amañadas y cancelación de contratos.
Los especialistas financieros estiman que el endeudamiento que dejó el pasado gobierno, representa 7 fobaproas, lo que hará que los mexicanos tarden cuatro décadas para reducirla, no pagarla por completo.
La destrucción del NAIM, con el costo superior a 300 mil millones de pesos y una deuda de tenedores de bonos que supera los 4 mil millones de dólares, junto con la “venta” del avión presidencial, la expropiación de miles de hectáreas propiedad de privados para el Tren Maya, y de empresas extractoras de materiales y planta de hidrógeno de la empresa francesa Air Liquide, quedan para los anales de la historia, igual que el millón de árboles derribados para el tren “que rescatará al olvidado sureste”.
LO FEO
La fracasada política de seguridad, no deja duda.
En 6 años se registraron 203 mil ejecuciones, 60 mil desapariciones forzadas. El narcotráfico y el crimen organizado tuvo una expansión sin freno y se posesionó de cuando menos el 35 por ciento del territorio nacional, conforme a la información recabada y procesada por el Comando Norte.
Del sueño guajiro de contar con un sistema de salud mejor que el de “Dinamarca”, conllevó a tender las cortinas de humo por la tragedia que representó la pandemia de Covid-19 y que cobró cerca de 900 mil vidas, aunque el gobierno reconoce solamente 380 mil fallecimientos, según los reportes del INEGI.
Miles de muertos a causa de un mal manejo conducido por Hugo López-Gatell, a quien “honraron” con el apelativo de “Doctor Muerte”.
La carencia de medicamentos en el sector salud, si bien resulta verdad de Perogrullo que “desde antes faltaban los fármacos”, la destrucción de la cadena de fabricación, importación y distribución argumentando la “corrupción”, se mantiene hasta ahora y son algunos funcionarios los que han aprovechado la ocasión para inflar precios, adquirirlos sin contar con la relación de necesidad y uso, lo que ha generado “muertes prematuras” en quienes padecen enfermedades crónicas y degenerativas.
LAS TRAGEDIAS
Conforme a la Constitución, la seguridad que se brinda a la ciudadanía, corresponde a fuerzas civiles. Sin embargo, desde diciembre de 2006, al declararse la guerra al narcotráfico, los soldados salieron de los cuarteles y jamás regresaron a ellos. (En 1985, con motivo del terremoto que devastó el Distrito Federal, se sugirió que los soldados ayudasen para rescatar gente, vigilar las zonas afectadas y el entonces secretario de gobernación, Manuel Bartlett externo: “si salen, jamás volverán a los cuarteles). La “profecía se cumplió.
Y en el sexenio, la militarización llegó para quedarse. Hoy el Ejército realiza las obras importantes, tiene una Línea Aérea, hoteles, restaurantes, constructoras, banco, concesiones por 30 años en el AIFA y el Tren Maya, entre otras muchas actividades que no corresponden a la función de la milicia.
Ah, también tiene a su cargo la seguridad pública en la que se acompaña con la Marina y la Guardia Nacional.
Sin embargo, es hasta los últimos dos meses cuando se advierte que las fuerzas armadas sí enfrentan al crimen organizado y destruyen laboratorios de producción de narcóticos, principalmente fentanilo. Las acciones son quirúrgicas, se informa, y mediante investigación y alta tecnología, se ubican los blancos. Sin embargo, la violencia aumenta en entidades como Guerrero, Chiapas, Michoacán, Estado de México, Sonora, Chihuahua, Quintana Roo y qué decir de Sinaloa en donde está declarada la guerra en los grupos criminales surgidos de la fractura en el cártel del Pacífico (Sinaloa).
Lo que pudo frenarse desde hace seis años y se dejó crecer, tardará años en recomponerse y que la paz regrese en el país.
Porque con la falsa óptica de “atender el problema de raíz”, el gobierno federal diseñó la política de abrazos, no balazos, porque el fuego no se apaga con fuego y porque si aplicamos la ley del talión “muchos seríamos chimuelos”, México vive la etapa de la oscuridad y el silencio que se rompe con el sonido de las balas, las ráfagas de metralleta, los enfrentamientos entre criminales, las emboscadas a las fuerzas armadas, las extorsiones a productores de agro-alimentos, los secuestros.
En el corte de cada del pasado gobierno, quedan muchas deudas por pagar.
En el nuevo, la caja está vacía y el anuncio de las nuevas estrategias no dejan de ser una copia casi fiel a las que se impulsaron entre 2018 y 2024.