Los investigadores de la Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN) esperan poder transportar pronto un contenedor de antimateria en camión por toda Europa para trasladarla a otros laboratorios.
Los científicos del CERN que estudian la antimateria han construido dispositivos, que contienen imanes superconductores, sistemas de refrigeración criogénica y cámaras de vacío, donde se pueden atrapar los antiprotones, evitando el contacto con la materia normal, y transportarlos en camiones de siete toneladas.
Según The Guardian, para 2025, los equipos implicados en los experimentos pretenden trasladarlos a un laboratorio de precisión especializado en la Universidad Heinrich Heine de Düsseldorf (Alemania).
La antimateria es el material más caro de la Tierra y el más difícil de manejar, porque si entra en contacto con la materia normal, ambos se aniquilan, liberando una potente ráfaga de radiación electromagnética. Al mismo tiempo, es la apuesta de los científicos para resolver cuestiones fundamentales sobre el origen del Universo conocido o el futuro de las energías limpias.
Sin embargo, su producción representa un reto, ya que se necesitan billones de dólares para un solo gramo y entornos absolutamente controlados, como el centro de investigación del CERN cerca de Ginebra.
Aunque existe el riesgo de que el material explote durante el transporte, los científicos insisten en que las cantidades de antimateria transportadas serán insuficientes para generar una explosión de magnitud catastrófica y que el avance que supone transportar el material podría significar un mayor dominio de esta tecnología en un futuro próximo.
El objetivo de reubicar la antimateria radica en que las investigaciones que estudian y observan los antiprotones —una de las partículas que, junto con los positrones (o antielectrones), conforman la antimateria— deben realizarse en un nuevo laboratorio, donde los científicos podrán realizar mediciones 100 veces más precisas para profundizar en el conocimiento de estas partículas.
