Por los Pasillos de un Castillo Inglés en … ¡Puebla!

 

*Se Ubica ni más ni Menos que en la Ex hacienda de Chautla, Entre la Naturaleza

*Hay que Verlo al Fondo de un Pequeño Islote Rodeado de Árboles

*Ambiente Relajante Entre Libélulas Azules y Rojas Volando a ras del Agua

*Pescar o Acampar en esa Zona se una Verdadera Delicia

*Viajar en Tirolesa o Practicar la Fotografía es Sumamente Agradable

*Las Cabañas que se Rentan Lucen Acogedoras y Cuentan con Asador

SUSANA VEGA LÓPEZ,

Enviada

SAN SALVADOR EL VERDE, Pue.- Al dejar la carretera federal México-Puebla, en el kilómetro 4.5 y entrar a la ex Hacienda de Chautla, pareciera que estás en otro país pues se encuentra un castillo de estilo inglés con fachada de ladrillos, columnas blancas, ventanas, cuatro torres al frente (dos en medio y una en cada costado) que concluyó el 12 de mayo de 1887, así como un pequeño islote.

De inmediato haces conexión con la naturaleza; se respira aire fresco, las serenas aguas de su laguna artificial te llevan a la reflexión, a la tranquilidad; caminar por el lugar; sentir los rayos del sol que atraviesan el viento es gratificante, aunque si estás a pleno rayo la sombra de los árboles te protegen si te acercas.

“Si yo te regalo sombra tú no me regales basura, ¡recógela!”, se lee en un letrero antes de entrar a los terrenos de la ex hacienda de Chautla los cuales lucen limpios. El camino hacia los lugares estratégicos es de adoquín gris.

Llama la atención el sendero que lleva a un kiosco y, enseguida, al cruzar un puente, un pequeño islote rodeado de árboles es ideal para la toma de fotografías pues, al fondo, se yergue un hermoso castillo.

Andar por estas veredas es tranquilizante, relajante; se ven libélulas azules y rojas volando a ras del agua; por allá, el sonido del agua que hacen los patos al revolotear sus alas rompe el silencio de la naturaleza.

Un pato negro con pico blanco se da maromas para sumergirse en las aguas donde se reflejan el azul del cielo, el verde de árboles con sus largos troncos y la imagen del castillo. De nuevo, otra zambullida rompe esta especie de espejo que hacen las aguas.

Más allá, trabajadores se encargan de limpiar el lago de yerbas a las que llaman espinillo o sargazo. Labor que realizan todos de dos a tres veces por semana y por zonas, mismas que van peinando con un gran rastrillo de metal que arrastran con una cuerda, a decir de Don Erón López, quien lleva 12 años con esta tarea.

Comenta que lo que sacan, lo juntan y lo llevar a otro sitio para que les sirva de composta. Sólo se da en esta zona porque del otro lado hay tule, precisa.

Don Erón llega a las ocho de la mañana, cuando el sol comienza a subir y deja de laborar a las seis de la tarde. Lo mismo que sus compañeros quienes se reparten los quehaceres: “unos suben a la lancha y se llevan al fierro (una especie de gran rastrillo) que está atado a esa larga cuerda; lo sueltan donde empieza la yerba y comienzan a jalar hasta la orilla. Aquí, otros, lo sacamos. Luego nos vamos a otro lugar para hacer lo mismo”.

Al entrar al castillo por la puerta principal artículos varios están a la venta para el recuerdo en un área que delimitaron para la tienda donde igual adquieres lentes para el sol, tazas, dulces, llaveros, plumas, talavera, muñecos de peluche, productos de aromaterapia, cremas, bolsas, paquetes fotográficos más.

Del lado izquierdo, un cuarto, un cubo, donde inician las escaleras que te llevan a lo alto del castillo y si quieres llegar a la cima, habrá que subir escaleras y más escaleras que forman una espiral. Ya en lo alto, se contempla el lago (artificial); la zona de campamento, un pequeño islote ideal para tomar fotografías; y el camino que se recorre para llegar al castillo, mismo que divide el lago.

PESCA, TIROLESA, CABAÑAS, 

ZONA DE ACAMPAR

Desde 1984 lo adquiere el gobierno de Puebla para ser un lugar de recreación con diversas actividades: paseo en lancha, tirolesa; pesca de trucha; pesca deportiva; sesiones de fotos; terrazas; cabañas y eventos sociales.

Si quieres aventurarte a pescar, aquí lo puedes hacer pues entre los servicios que presta es el permiso de pesca de trucha y pesca deportiva 320 pesos; permiso de pesca de trucha, 60 pesos, que incluye paquete de pesca (caña y carnada) más el alquiler de la lancha (80 pesos la media hora o 140 pesos la hora; las hay para remar o pedalear. En el lago hay, además de trucha, carpas, lobinas y bluegills (también conocido como besugo o nariz de cobre).

Pero si lo tuyo es la aventura, hay una tirolesa (de una sola línea) por 120 pesos. En cuanto a la práctica de la fotografía y video puedes hacerlo por 995 pesos y las sesiones fotográficas están a ese mismo precio.

Las cabañas (con capacidad para cuatro personas) se ven acogedoras; resalta la madera en vigas, pisos y muebles; se rentan en mil 885 pesos por noche. Cuentan con un asador al lado de la habitación donde se antoja preparar unas carnes y/o quemar bombones; también hay una mesa con bancos.

Aunque si prefieres acampar al aire libre debes llevar tu propia casa de campaña y escoger el lugar que más te agrade. Tiene costo por persona: 95 pesos adultos y 70 pesos estudiantes; también hay asadores en esta zona.

En cuanto a los eventos sociales, puedes rentar la zona del castillo para realizar bodas, festejar 15 años o cualquier aniversario que desees. Según el festejo, iluminan el camino hasta llegar al castillo color ladrillo con blanco.

POCO DE HISTORIA

El Rey Carlos III, en 1777, otorgó a Manuel Rodríguez de Pinillos y López, el marquesado de Selva Nevada quien fue el primer dueño de la hacienda de San Antonio de Chautla.

Si bien residía en la Ciudad de México, permitió que sus terrenos -de unas seis mil hectáreas- fueran trabajados para producir trigo, maíz y alfalfa. Abarcaba varios pueblos y ranchos; parte de sus tierras estaban en el estado de Tlaxcala y, el casco, en el estado de Puebla.

En la época de la Independencia pasó a manos de Agustín Rojano pero debido a la revuelta de grupos rebeldes venidos del estado de Tlaxcala, el ritmo de producción de la hacienda bajó a la mitad.

EULOGIO GUILLOW 

Y SU HACIENDA

A finales del siglo XIX el obispo poblano Eulogio Guillow, hijo de un inglés nacido en Liverpool que llegó a México por negocios, heredó los terrenos de Chautla y los visualizó para mejorar la producción agrícola.

Muy cercano al presidente Porfirio Díaz, el propietario de la hacienda de San Antonio Chautla trajo beneficios a los lugareños.

El católico pensó que el lugar, al estar cerca del río Atoyac, sería ideal para optimizar la siembra y se dio a la tarea de introducir una trilladora y una cortadora de alfalfa. Pagó bien a los campesinos y mandó construir una escuela para los hijos de sus trabajadores.

Guillow viajó a Roma donde fue nombrado camarero secreto supernumerario del Papa y sirvió a las audiencias debido a que dominaba cuatro idiomas. Fue gran amigo de la emperatriz Carlota quien, tristemente, perdió la razón.

En una de las paredes de adobe del lugar resalta una fecha: 1887 mayo 12. Atrás, muros blancos se levantan.

UBICACIÓN Y COSTOS

Queda en el municipio de San Salvador El Verde, Puebla; en el valle de San Martín Texmelucan; a hora y media de la Ciudad de México. El estacionamiento es de 21 pesos, aunque si traes una camioneta Van, es de 57; y ¡claro!, permiten la entrada de camiones de turistas por 115 pesos.

La entrada general es de 45 pesos; los estudiantes, 28; niños de 3 a 10 años, 12, igual que INAPAM; las personas con discapacidad no pagan.

Es necesario darnos una escapada para restablecer la comunicación con la naturaleza.

 

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