La era digital transformó la cinematografía y mandó al celuloide a los museos: Demetrio Bilbatúa

 Por Edmundo Cázarez C

Foto Especial

Sin lugar a dudas, los grandes personajes del Siglo XX estuvieron frente a la cámara del exitoso cineasta y documentalista Demetrio Bilbatúa Rodríguez, en esta quinta y última parte de la entrevista exclusiva con EL UNIVERSAL, expresa que la era digital transformó la cinematografía y mandó al celuloide a formar parte de los museos. Asimismo, considera que después de Lázaro Cárdenas, don Adolfo López Mateos fue el presidente mexicano que mostró mayor solidaridad con los republicanos españoles, manteniéndose firme frente a la gran presión que recibió para que se restablecieran relaciones diplomáticas con el entonces gobierno del dictador Francisco Franco.

Con absoluta sinceridad y humildad, mi entrevistado confiesa no ser un hombre de lágrima fácil, pero al recordar aquellas inolvidables palabras del ex presidente Adolfo López Mateos, le estrujan el corazón y hasta le mueven las fibras más sensibles de su ser. Con un dejo de agradecimiento, manifiesta un enorme gozo y emoción desde lo más profundo de su alma y recuerda: “Regresábamos de una interminable gira de trabajo por Europa, estando ya en el Zócalo de la Ciudad de México, miles de personas esperaban al presidente López Mateos, quien, desde el balcón principal de Palacio Nacional, se dirigía a la multitud con voz fuerte, segura y sin poder disimular la emoción que inundaba su espíritu, expresaba con energía: ¡No a las relaciones con Francisco Franco, pero sí, Viva la República Española!!

Al consultarle qué sucederá con los valiosos documentales que grabó en películas de 35 milímetros, en donde se guarda la historia de México durante las últimas siete décadas, ante la llegada de la era digital, enfático respondió: “Reconozco y admiro esta extraordinaria iniciativa filantrópica del señor Carlos Slim, que, a través de Fundación Slim se dio a la tarea de digitalizar los mil documentales que realicé durante toda mi vida en 35 milímetros, a un nuevo y moderno formato 4K, pues con dicha acción nos solamente se preserva nuestra memoria colectiva, sino que también la hace accesible a las futuras generaciones”

-Señor Bilbatúa, a distancia de casi 70 años ¿Por qué le sacude tanto el recuerdo del expresidente López Mateos?

-Es que su arrolladora personalidad me impresionó muchísimo desde el momento en que lo tuve frente a mí, sobre todo, porque, yo, había sobrevivido de niño la guerra civil española, sufriendo en carne propia el terror de la dictadura. No podía dar crédito, que apenas unos cuantos años más, después de aquella terrible experiencia tan amarga, pudiera contemplarme junto con mi hermano Ángel, estar colaborando tan de cerca y como camarógrafos personales del presidente Adolfo López Mateos, el gran estadista del país que nos había abierto las puertas cuando más lo necesitamos.

-No hay mal que dure cien años…

-Eso mismo lo llevo muy presente en mi mente. Iniciaba una fantástica época de mi vida, en la que no solamente viajé por todo México y gran parte del mundo. Tuve la enorme oportunidad de conocer lugares y personalidades que jamás hubiera soñado, pero, lo que más me cimbra, es que me convertí en testigo presencial de acontecimientos históricos. Además, logré dar el salto de ser un humilde camarógrafo de la televisión, al cine y hasta conquistando, poco a poco, cierta autonomía como realizador.

-Zapatero a tus zapatos…

– ¡En efecto!! Mi hermano Ángel y yo, formamos parte de un gran equipo de camarógrafos, directores, editores y escritores que trabajábamos para la empresa Cinematográfica Ariel, S.A., propiedad de los productores Adolfo Sánchez Tello y los hermanos Figueroa Mateos, por cierto, Gabriel y Roberto, eran primos hermanos del presidente Adolfo López Mateos, gracias a ese parentesco, fue como consiguieron el contrato para acompañarlo en todas sus giras y realizar los documentales.

-Don Gabriel Figueroa, ya era un aclamado productor y director cinematográfico…

-En efecto, don Gabriel Figueroa era ampliamente reconocido en todo el mundo y hasta laureado en festivales cinematográficos de carácter internacional, por lo mismo, no era la persona idónea para filmar a su primo…

– ¿Y qué sucedió?

-El presidente López Mateos nos eligió a los hermanos Bilbatúa para realizar ese extenuante trabajo de giras presidenciales, al lado del también experimentado Alex Phillips.

-Dice el refrán: “Cuando Dios ayuda a manos llenas, hasta pone los costales…”

-En un primer momento, me incorporé al equipo de camarógrafos presidenciales como asistente de cámara. Me acuerdo muy bien que tenia que cargar conmigo, las baterías de la cámara que eran sumamente pesadas, además, contenían un líquido que, si se vertía, perforaba la ropa y todo lo que tocara, dejándolos inservibles.

– ¿Cuál fue esa primera gira junto al presidente López Mateos que le tocó “cubrir”?

-Jamás la habré de olvidar. Fue al estado de Puebla, recuerdo que Alex Phillips iba con nosotros y me puso a filmar con su cámara, y te digo que jamás la olvidaré, porque fue la primera vez que filmé todo el santo día con una cámara de 35 mm

– ¿Qué se hacía con esos documentales, al lado de López Mateos?

-Estos testimonios fílmicos llegaban al público a través de los clásicos “cortos” que se proyectaban en todos los cines del país. Eran aquellos tiempos en que la gente hasta aplaudía al presidente de la República cuando se le mencionaba o aparecía en la pantalla gigante de los cines.

-Para concluir esta etapa… ¿Qué tenía de especial don Adolfo Lòpez Mateos, que todo mundo habla maravillas de él?

-Insisto, era un hombre con una enorme sensibilidad y calidad humana, esto, no te lo digo porque haya tenido el alto honor de colaborar muy cerca de él, sino que, de verdad, era un hombre con una enorme sencillez y humildad que la gente valoraba mucho, además, se ganó, a pulso, el cariño, respeto y admiración.

-Un presidente ciento por ciento humano, usted, ¿qué veía en él?

-La verdad es que sí. don Adolfo se interesó de manera especial por estrechar relaciones con los creadores del grupo de los países no alineados que fueron identificados como del Tercer Mundo, como eran Jawaharlal Nehru, Josip Broz Tito y Ahmed Sukarno, con este último, llegó a entablar una amistad personal.

-Don Adolfo ¿Era un verdadero estadista y no como el “enano” que tuvimos hasta hace poco, que no salía de su ratonera en Palacio Nacional?

-Don Adolfo viajó por todo el mundo como ningún otro presidente de la República lo había hecho. Para nosotros, los hermanos Bilbatúa, nos tocó el privilegio de ser testigos fílmicos de cada uno de sus tantos viajes, poniendo el nombre de México muy en alto. El presidente López Mateos rompió con muchos viejos esquemas. Su arrolladora personalidad y convicciones, combinadas con una dinámica audacia, dieron a su gobierno un aliento renovador, era una muy significativa la presencia de México en la comunidad internacional, con nuevas y productivas perspectivas, con un estilo diplomático que dejó huella y motivó el flujo de numerosas inversiones extranjeras en el país.

-De todos esos viajes que acompañó al presidente López Mateos, ¿cuál de todos, le dejo una huella imborrable?

-Definitivamente, cuando viajamos a Paris. A propósito, nuestro documental “Presencia de México en Europa”, relata una emotiva ceremonia que cubrimos, mi hermano Ángel y yo, durante la gira presidencial de López Mateos a Francia, destacando el momento cuando el presidente mexicano recibía de manos del General Charles De Gaulle, las banderas mexicanas que habían sido capturadas durante el primer enfrentamiento entre el ejército mexicano y el francés, durante la intervención a México.

– ¿Cuál era el rostro de López Mateos en ese momento?

-Estaba mucho muy emocionado. Había transcurrido un siglo desde aquella batalla, y don Adolfo, era el primer mexicano en tocar las célebres reliquias. Al día siguiente, acudió a depositar una corona de flores en el monumento a los soldados caídos en batalla, al pie del majestuoso Arco del Triunfo en París.

– ¿Y cuando vino a México Charles De Gaulle, ¿cómo fue ese recibimiento?

-Eso, sucedió un año después, era impresionante la multitud de personas que habían llegado al Zócalo de la Ciudad de México para recibir a De Gaulle, correspondiendo a la visita que había realizado López Mateos a Paris. Platicarte todo esto, me tiene muy emocionado. Me tocó estar dentro de Palacio Nacional, con mi cámara al hombro, a tan solo 2 metros de distancia de ambos mandatarios.

-Eran otros tiempos en que México adoraba a sus presidentes…

– ¡Eso sí!!, era muy emotivo escuchar a miles de personas cuando coreaban los nombres de ambos presidentes, por cierto, alcancé a escuchar que Charles De Gaulle le dijo a López Mateos: ¡Señor Presidente, su pueblo lo quiere mucho!!

– ¿Y qué le respondió el presidente López Mateos?

-Con una leve sonrisa en sus labios, simplemente asintió con un ligero movimiento de su cabeza… ¡estaba feliz de la vida!!! Pero todavía agregó algo más Charles De Gaulle: “Dichoso usted, señor presidente, porque en mi país, los franceses no me quieren, ni me lo demuestran como a usted, sino que solamente me necesitan”

– ¡Wooow!!, ahorita que me lo cuenta, a mí también se me pone chinita la piel, qué orgulloso debió sentirse usted por haber presenciado algo tan histórico…

-Acto seguido, el presidente Charles De Gaulle se dirigió al pueblo de México desde el balcón presidencial de Palacio Nacional, para convertirse en el único estadista extranjero que haya tenido ese privilegio hasta la fecha.

– ¿Qué gratos recuerdos atesora junto a Gustavo Diaz Ordaz?

-Entre los muchos eventos que me tocó testimoniar, como camarógrafo personal del presidente Gustavo Diaz Ordaz, sin lugar a dudas, fue la ceremonia entrega de El Chamizal, una pequeña parte del territorio nacional en la parte fronteriza entre Chihuahua y Estados Unidos, que debido a una crecida del Rio Bravo, había quedado del lado estadounidense, pasaron casi cien años antes que el gobierno norteamericano accediera entregarlo al pueblo de México.

-Entiendo que estando con cada presidente, cada uno tenía su estilo muy personal…

-Aquella filmación en El Chamizal, marcó un parteaguas en mi vida profesional…

– ¿Qué fue lo que paso?

-No por el evento en sí, que no dejaba de ser un acto, más bien, simbólico…

– ¡Ah caray!!… ¿Entonces?

-Es que era el camarógrafo más joven de la Presidencia de la República, al grado que don Francisco Galindo Ochoa “Pancho Galindo”, como se le conocía cariñosamente, me confió que, por primera vez, la dirección del documental por completo estaba a mi cargo…

– ¿Pensó que no iba a poder con el “paquete”?

– ¡Al contrario!!, estaba muy emocionado y sorprendido, era una enorme responsabilidad para mí, afortunadamente, hice un buen trabajo.

– ¿Pero, qué más sucedió en esa histórica reunión, entre ambos presidentes México/Estados Unidos?

-Recuerdo perfectamente que el presidente de Estados Unidos Lyndon B. Johnson viajó a Ciudad Juárez para hacer personalmente la entrega de aquel territorio mexicano, que había quedado del lado americano. A raíz del entonces, reciente asesinato del presidente John F. Kennedy, las medidas de seguridad por parte del FBI y de la CIA, eran sumamente extremas. Habían dispuesto un estricto control hacia los fotógrafos y camarógrafos que acompañábamos al presidente Diaz Ordaz. Ni que decir de los “invitados especiales”, habían sido confinados y alejados de los dos presidentes…

– ¿Y cómo le hizo para realizar esas extraordinarias tomas de la firma de entrega de El Chamizal?

-Es cuando la audacia te obliga sacar lo mejor de ti. No me importaba el riesgo que iba a correr para lograr las mejores tomas con mi cámara. Durante la toma oficial del evento, el presidente Johnson me reclamó tajantemente… “Y usted, ¿cómo fue que llegó hasta aquí?” Estaba a menos de dos metros de distancia de los dos presidentes, mientras, los agentes del FBI y de la CIA, me miraban completamente sorprendidos e incrédulos. Hasta el mismo presidente Diaz Ordaz se hacia el disimulado, pero me había hecho un “guiño” con el ojo derecho.

-No cabe duda, que usted… ¡nació para triunfar!!

-Muchas gracias por el concepto que tienes de, éste, tu amigo Demetrio Bilbatúa…

-Cuénteme cómo estuvo su acercamiento con el inmortal Pablo Neruda?

-Por esos mismos años, además de trabajar como camarógrafos en la Presidencia de la República, mi hermano Ángel y yo, colaborábamos simultáneamente con el periodista Carlos Denegri para su programa de televisión “Miscelánea Denegri”, en donde me desempeñaba como director de cámaras. Habíamos ido a Santiago de Chile, era nuestro último día y Carlos Denegri estaba mucho muy molesto porque Olga Moreno, su secretaria, no había logrado conseguir la cita para entrevistar al poeta Pablo Neruda. Estábamos hospedados en el hotel Carrera, todo era gritos y maldiciones por parte de Carlos Denegri: “Maldito comunista… negarme a mí, para que lo entreviste…” -refutaba una y otra vez-

– ¿Y qué sucedió?

-Déjame contarte que, desde que salimos en el avión de la Ciudad de México hacia Chile, yo tenía la ilusión de conocer a Pablo Neruda. Había leído mucho sobre él, de su comportamiento con los republicanos españoles, de cómo se había convertido en protector de los desplazados por la guerra civil, ayudándolos a huir hacia Hispanoamérica. Me había “recetado” más de mil veces su libro “España en el corazón”, hasta me había aprendido de memoria sus poemas de amor. Lo sentía muy cercano a mi persona y sin haberlo conocido.

-A lo Mero Macho… ¿Cómo logró convencer a Carlos Denegri, que le permitiera acompañarlo?

-Si no me falla la memoria, creo que era noviembre de 1961, le pedí al “furibundo” de mi jefe que me permitiera tratar de conseguir la entrevista con Pablo Neruda…

– ¿Y qué le dijo?

-No le quedaba de otra que aceptar, aunque con cierto enfado, me dijo: “Qué más da. Vaya usted Demetrio… Nada más recuerde la hora de salida del vuelo de regreso a México” Total, abracé mi cámara y sin pérdida de tiempo, recorrí las pocas calles que separaban el hotel de la casa de Pablo Neruda, que estaba ubicada detrás del Palacio de La Moneda. Llegué hasta la reja de la casa, toqué a la puerta y fui atendido por una hermosa mujer…

– ¿Quién era esa persona?

-Matilde Urrutia, la correligionaria, musa y último amor del poeta Neruda. Con súplicas, le narré brevemente que era hijo de un fusilado por Francisco Franco y que vivía en México, que me quedaban muy pocas horas en Santiago de Chile y quería entrevistarlo.

– ¿Cuál fue su actitud?

-Creo que le caí bien, me dijo que esperara un momentito, se metió a la casa para consultar a su marido. No habían pasado ni diez minutos, cuando regresa y me hace pasar a un pequeño recibidor, en donde ya me esperaba… ¡Pablo Neruda!!

– ¿Cómo era Pablo Neruda?

-No era un hombre con mucha personalidad, mucho menos, que envolviera a primera vista, pero durante la hora en que me permitió conversar con él, la verdad, es que sí, me provocó una muy fuerte impresión.

-Insisto, la suerte siempre le acompaña… ¿De qué hablaron?

-Me habló de una España casi desconocida para mí. Así como de un México del que tenia un enorme conocimiento y al que le prodigaba un inmenso cariño… “Mis amores de la vida se llaman México y España”, me dijo con voz fuerte y clara. Por dentro, yo me sentía mucho muy emocionado, aproveché para contarle que, gracias a sus poesías, había logrado enamorar a más de una mujer…

– ¿…Y cuál fue su respuesta?

-Mirándome fijamente a los ojos me expresó: “La palabra tiene más fuerza que un volcán en erupción, amigo Bilbatúa” Al despedirme de él, no cabía dentro de mí, estaba totalmente lleno de emoción y gusto, había tenido el honor de estar frente a un hombre extraordinario de nombre Pablo Neruda.

-Señor Bilbatúa… A lo Mero Macho, me hace falta espacio para recopilar tantas y tantas anécdotas de su brillante trayectoria… ¿Cómo le fue con Luis Echeverría?

-Con la llegada de Luis Echeverría a la presidencia de la República, mi hermano Ángel y yo, dejamos de trabajar para Los Pinos…

– ¿Por qué?

-Por una parte, Agustín Barrios Gómez, con quien me había asociado, criticaba duramente al ex secretario de Gobernación, que había sido elegido como presidente de México, a quien calificaba como “la rata de Bucareli”. Por esa sencilla razón, nunca pude estar tan cercano a Luis Echeverría. Curiosamente, a finales de los años 70`s, la sociedad que manteníamos con Barrios Gómez se disolvió, dado que lo nombraron Embajador de México en Canadá y lo obligaba dejar a un lado su ocupación como documentalista. Junto a Barrios Gómez, fue mi verdadero arranque como productor cinematográfico, emprendimos infinidad de trabajos en Producciones Barrios Gómez – Bilbatúa, tales como la serie de documentales en torno a los Juegos Olímpicos México 68.

-Maestro querido, de todos los documentales que ha realizado, ¿cuál de ellos es su “consentido”, o el que más le haya gustado?

-Algunos de mis amigos más cercanos, suelen decirme que los documentales que más les han gustado, entre los muchos que he realizado a lo largo de mi carrera, son aquellos que no tienen una narración…

– ¿Más habla una bella imagen que mil palabras?

– ¡Exacto!! Mi lenguaje son las imágenes, a decir verdad, creo que las palabras están de más cuando se ha captado una secuencia de imágenes convincentes. De hecho, existe uno de esos cortometrajes sin voz que se encuentra entre mis favoritos. De fondo, se escucha el Huapango de Moncayo, mientras en la pantalla se van mostrando distintas imágenes de la Ciudad de México. El diálogo entre música e imágenes, expresaba con mucha nitidez lo que yo quería comunicar.

-Querido Maestro, ¿le ha costado mucho trabajo adaptarse a la era digital, que transformó completamente la cinematografía, confinando al celuloide a los museos?

– ¡Esa, es una muy buena pregunta!! Sabía perfectamente que el último parteaguas de nuestra trayectoria cinematográfica estaría marcada con el final del celuloide y la llegada de la era digital.

– ¿Es el inicio de una nueva vida fílmica?

– ¡Exacto!!, nuestra vida dentro del cine, estaba centrada en el revelado y edición de los rollos de película, es decir, sabíamos con certeza lo que duraba una toma con solo recorrer la cinta.

– ¿La Era Digital, manda el celuloide a los museos?

-Este nuevo mundo digital terminó de tajo con el laboratorio de nuestra empresa, que era considerado como uno de los más grandes e importantes de América Latina, que había iniciado operaciones en 2003, dedicado al revelado de negativo de imagen y sonido en 35 y 16 mm, así como la elaboración en alto volumen de copias positivas, con una capacidad de producir entre 150 y 160 copias de largometraje por día. Así como procesar poco más de 86,400 pies de negativo en alto contraste y el revelado de 120 mil pies de negativo a color en formatos de 16 o 35 milímetros… ¡era una labor titánica!!

– ¿Le dolió tener que cerrar “su crisol de la creatividad e imagen”, para dar paso a la modernidad?

-Debo confesar que no fue nada fácil tomar esa decisión de cerrarlo, pero no podíamos darle la espalda a la llegada de la modernidad y el futuro de la digitalización.

– ¿Cómo nace New Art Digital?

-New Art Digital es una empresa de vanguardia tecnológica, que cuenta con procesos de postproducción en 4K, en nuestra sala Baselight, que en términos coloquiales significa la perfección de la imagen en cuanto a la captura de la esencia real en colores, en las profundidades de la imagen, planos y resolución, es decir, todo lo que un fotógrafo y camarógrafo siempre quiso captar con su cámara.

– ¿Es como perfeccionar una obra de arte?

-¡Exacto!!, en New Art Digital, en donde tomé la decisión de pasarle la estafeta a mi nieta Andrea Bilbatúa, quien se desempeña como directora general, y no porque sea mi nieta, sino que cuenta con una extraordinaria preparación en la carrera de Comunicación que realizó en Madrid España, logrando construir una base sólida con equipos de vanguardia, como es el Baseligth, equipo líder en corrección 2K y 4K. Asimismo, sofisticados equipos de Scratch 1Q en audio con una consola S6 para masterizar sonido en 5.1 y 7.1.

-Señor Bilbatúa, deja usted un gran legado para las nuevas generaciones…

-Es que, en New Art Digital, New Art Sound y New Art Doblaje, con 20 años de existencia, apuestan por los nuevos talentos dentro de la industria cinematográfica, para lo cual, otorgamos apoyos en coproducción y premios de postproducción en los principales festivales de cine que se llevan a cabo en el país. Con mucho orgullo, puedo decirle que hemos recibido premios importantes a nivel nacional e internacional, por cintas en las que hemos intervenido en procesos de postproducción, como fue “El Maestro y la Flor”, premiada en el Festival de Cine de Cannes, Francia. También hemos tenido destacada presencia en el Festival Internacional de Cine de Guadalajara y Festival Internacional de Cine de Morelia, por citar algunos.

-Es loable que usted aprendió el oficio sobre la marcha, ahora, es digno de aplaudir su esfuerzo por enseñar a las nuevas generaciones…

-Demetrio Bilbatúa es un hombre que se forjó así mismo, gracias a muchas personas que en este bendito país alentaron mis esfuerzos por superarme. Así es que, desde hace 50 años, tomé la decisión de apoyar a las nuevas generaciones, no solo cineastas sino escritores, ingenieros, químicos, etcétera, estimulándolos para que puedan ampliar sus conocimientos dentro de mi productora y laboratorio cinematográfico.

– ¿Qué siente ser tan reconocido por esta huella imborrable que ha dejado?

-A lo largo de mi carrera cinematográfica, he procurado mantener contacto con diversas universidades e institutos de educación superior, en donde se forja el futuro de este maravilloso país. Me siento sumamente honrado que, en el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey, Campus Estado de México, se haya creado la cátedra de cine Demetrio Bilbatúa.

-A lo largo y ancho del territorio nacional, su nombre brilla con intensidad, los nuevos cineastas le rinden pleitesía…

-Estoy sumamente agradecido por tantas y tantas muestras de afecto, con lágrimas en los ojos, le puedo decir que la Universidad Autónoma de Occidente de Sinaloa, me honro en otorgarme el grado de “Doctor Honoris Causa”, y dedicó un edificio para el Museo de Cine Documental Demetrio Bilbatúa, dotado con avanzados equipos cinematográficos de revelado, de postproducción y un Telecine que pude donar a esta prestigiada institución educativa.

– ¿Cuando hacía sus “pininos” como camarógrafo en Telesistema Mexicano, llegó a pensar que se convertiría en un gran maestro del documental?

-No, la verdad es que no. Ahora, para mí, es una enorme satisfacción poder contribuir con esa juventud deseosa de superarse, mujeres y hombres llenos de ilusiones por producir cine, para ello, pongo a su disposición más de mil documentales rodados en cine de 35 milímetros, ahora digitalizados

– ¿Qué sintió cuando don Antonio Sáenz de Miera, en su calidad de presidente del Club de Periodistas de México, en 1980, le hizo entrega del Premio Nacional de Periodismo?

-Mucha emoción, recuerdo que se llevaba a cabo el 11º. Certamen Nacional de Periodismo, recibirlo de manos del gran e inolvidable Antonio Sáenz de Miera, me llenó de felicidad. Han pasado 44 años, ahora, el pasado 5 de diciembre de este 2024, vuelvo a recibir con enorme emoción este codiciado reconocimiento que otorga el Club de Periodistas de México.

-Recuerdo que también fue objeto de un merecido reconocimiento por parte del entonces presidente Enrique Peña Nieto…

-En abril de 2015, sentí que era la ocasión propicia para anunciar la donación del Acervo Fílmico “Hermanos Bilbatúa” al pueblo de México, durante una ceremonia solemne que tuvo lugar en la entonces Residencia Oficial de Los Pinos, en donde pude subrayar y reconocer el apoyo, la amistad y el consejo sabio que recibí de mi hermano Ángel y de grandes personalidades como lo fueron Gabriel Figueroa, mi socio Agustín Barrios Gómez, el gran escritor Carlos Montemayor, entre otros muchos más.

– ¿Qué le dijo el presidente Peña Nieto?

-Primeramente, me agradeció la donación y aportación que estaba realizando a las nuevas generaciones. Acto seguido, me hizo entrega del Premio Nacional de Comunicación y me expresó: “A través de los mil documentales que usted realizó, ha logrado difundir la gran riqueza natural, histórica y cultural de nuestro país. Así como el esfuerzo colectivo de los mexicanos por construir un futuro de progreso y bienestar para todos. Muchas gracias por esta noble e importante aportación en favor de todos los mexicanos. Su obra es un fiel testimonio de la evolución de México, y al mismo tiempo, un referente de creatividad y calidad cinematográfica que ha hecho escuela”

-El propio Carlos Slim lo conminó para preservar este tesoro histórico fílmico, digitalizando los mil documentales que realizó durabnte toda su vida en 16 y 35 milímetros a formato 4k…

-Reconociendo el valor patrimonial de estos documentales, don Carlos Slim, un muy destacado empresario con un alto espíritu filantrópico, a través de Fundación Slim, se dio a la tarea de digitalizar los mil documentales que había realizado durante toda mi vida en 16 y 35 milímetros a un formato 4K. Esta extraordinaria iniciativa filantrópica del señor Carlos Slim, no solamente preserva nuestra memoria colectiva, sino que, también la hace accesible a las futuras generaciones. De esta manera, esta digitalización permitirá preservar la historia y la cultura de México para siempre, haciendo accesible este patrimonio cultural a un público mucho más amplio.

-Esa es una gran obra del señor Carlos Slim…

– ¡Sin lugar a dudas!!, Don Carlos ha realizado una acción visionaria y significativa, como ya lo expresé, para preservar y compartir la rica cultura e historia de México en la segunda mitad del Siglo XX, en donde tuve la oportunidad de producir 1000 documentales en cine de 35 milímetros, que reflejan la esencia de este maravilloso país llamado México, desde su folclore, cultura, infraestructura y una infinidad de eventos de tradiciones y costumbres.

– ¿Es Caminar juntos hacia el futuro…?

– ¡Exacto!!, el celuloide se convierte en digital, porque ya no existen proyectores para celuloide en todo el mundo. El cine en su totalidad, se ha transformado a digital. Eso es lo que hizo Fundación Slim, digitalizando y restaurando todos los negativos de películas, Una labor sumamente titánica que le agradezco con toda el alma. Desde mis inicios y en mi forma de hacer cine, siempre ha sido en equipo. Demetrio Bilbatúa no es una sola persona, siempre he estado apoyado por gente valiosa como lo son Roberto Greco y Gerardo Donneaud, mis fieles y leales colaborades desde hace más de cincuenta años, que, sin ellos, difícilmente hubiera llegado hasta este momento, es decir, el final de mi obra queda al servicio de las nuevas generaciones para que conozcan la segunda mitad del Siglo XX a través de imágenes

– ¿Ya conocía usted a don Carlos Slim?

-No, fíjate que no, todo fue gracias a una encantadora persona, Mónica Aspe, quien intercedió con el señor Slim. Total, un día, me llama la secretaria de don Carlos Slim y me cita en su casa.

– ¿Cómo se sintió estar frente al señor Slim?

-La verdad, resultó una reunión encantadora, con un hombre de una exquisita sensibilidad para el arte y me dejó gratamente impresionado. En Museo Soumaya Loreto, existe una interesante Sala de Exhibición Demetrio Bilbatúa, en donde el público podrá conocer todas las cámaras que me acompañaron a lo largo de mi vida.

– ¿Cómo vive el hombre Demetrio Bilbatúa, dejando a un lado su incansable actividad cinematográfica?

-Soy un hombre muy agradecido con Dios, con la vida misma y con este maravilloso país que me recibió y me dio todo. Soy un hombre de 89 años que vive acompañado de mi esposa Tere y mi hija Olinca. Mis otros dos hijos Demetrio y Yuri, el primero de ellos vive en Estados Unidos, mientras que Yuri vive en España. Tengo dos maravillosos nietos Andrea y Jordi, así como un fantástico bisnieto que me tiene todo loco, Pablito, de tan solo dos años de edad, un niño mucho muy inteligente.

-Maestro querido, muchas gracias por su tiempo, ¿desea agregar algo más?

-Me siento mucho muy a gusto platicando contigo y agradeciendo a EL UNIVERSAL, por este espacio. Te felicito porque realizas un extraordinario trabajo. Amas tu profesión que ejerces de manera exquisita. Eres un brillante entrevistador, haciendo sentir a tu entrevistado mucho muy cómodo. He disfrutado mucho esta amena conversación. No cabe la duda que la vida es una película que tiene un final feliz. Así me siento contigo en este momento, disfruté construyendo una deliciosa película platicando contigo.

 

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