Informe Turístico
México no Está en la Lista de las Potencias en Turismo, Sino en el sexto Sitio y … ¿en Descenso?
ARTURO LINO GUZMÁN
Llama la atención la fuerte carta que se publicó en el portal lasillarota.com, firmada por Fernando Martí y dirigida a la Secretaria de Turismo, Josefina Rodríguez Zamora, en donde de inicio el autor lamenta cómo México transitó desde el éxito hasta la irrelevancia en materia turística y en la que expone que en 1989 ya existía la inquietud porque del otro lado del planeta surgía una nueva potencia turística y se refiere a Turquía.
En el texto de la misiva Fernando Martí, quien ha sido uno de los actores y analistas del sector turístico y ocupado cargos de importancia en el sector oficial, expone que Turquía estaba lejos de jugar un papel protagónico en las grandes ligas en turismo y al igual que México las autoridades vislumbraron en el turismo una palanca de crecimiento económico y social. Por ello, en el Primer Plan de Desarrollo de 1963-1968, se propuso duplicar en un lustro las capacidades de la naciente industria.
Allá en Turquía, hicieron inventario de sus atractivos y apostaron por Capadocia (la ciudad subterránea) y las legendarias poblaciones que describió Homero en la Ilíada (Esparta, Troya, Pérgamo) y las ruinas mejor conservadas que dejó el Imperio Romano, más las poderosas mezquitas, palacios y fortalezas, harems, baños turcos y bazares, entre otros.
Se agregaron las mejores posiciones en el Mediterráneo en la costa del mar Egeo, con sus caletas y playas íntimas con aguas templadas y cristalinas, todas cercanas a in vestigio arqueológico.
En aquellos años, Turquía recibía unos 200 mil visitantes al año, pero con una estrategia clara y contundente, los turcos empezaron a promover sus destinos y los ingresos que tuvieron en 1990 por visitantes alcanzó la suma de 327 millones de dólares que dejaron cinco millones de turistas y para no depender de terceros crearon la aerolínea Turisk Airlines.
Sin embargo, México lo estaba haciendo mejor y en 1969 se creó el Fondo Nacional de Infraestructura Turística (Infratur) que luego pasó a ser el Fondo Nacional de Fomento Turístico (Fonatur) para con arrojo y talento, construir ciudades turísticas a partir de cero, los famosos Centros Integralmente Planeados (CIP´s), de donde surgió Cancún, Ixtapa, Los Cabos y Huatulco, que son preferidos de muchos extranjeros.
Pero dice Martí, “estas historias paralelas no tienen el mismo desenlace, pues en Turquía su presente es feliz con un futuro promisorio y en el vaso nuestro hay un esfuerzo discontinuo y fragmentado lleno de contradicciones que apuntan a un horizonte sombrío”.
En sólo 50 años, Turquía se ha convertido en una potencia turística y recibe 50 millones de turistas al año que dejan una derrama de 50 mil millones de dólares.
Estambul, dejó de ser una ciudad barata, las tarifas de los hoteles y los menús en los restaurantes son similares a los de Madrid y Cancún, en tanto que los hospedajes van de 500 a 1000 dólares la noche a orillas del Bósforo, en la zona pudiente, pero es difícil conseguir una habitación decente en menos de 100 euros.
El futuro luce bien para Turquía que, de acuerdo a Price Waterhouse, ocupará el sexto lugar mundial en recepción de turistas en 2041 con cerca de 100 millones de visitantes, por delante de Inglaterra y Alemania, a tan sólo dos puestos de España.
Por desgracia México no está en la lista de las potencias y si bien estamos en sexto sitio, se debe a tabla sigue desajustada por efectos de la pandemia y uno de los factores que comprometen nuestro futuro turístico -de acuerdo al especialista- es la renuncia del gobierno a adoptar el turismo como una industria estratégica. Mientras los turcos hacían realidad las pesadillas hispanas, México se dedicó a desmantelar sus capacidades probadas y a dilapidar el Know-how adquirido a partir de los CIP´s
Señala Martí que a México le ha faltado el principal ingrediente de la receta turca: continuidad. Mientras allá se ha dejado el turismo en manos de expertos, aquí, existe la manía de destruir, congelar, de desechar lo anterior con consecuencias desastrosas, porque la fantasía de la 4T de reinventar el país, desprecia los avances del pasado.
Dentro de las conclusiones de ese material publicado que no es casual que México lleve medio siglo sin crear un producto consistente y el sector ha ido perdiendo peso e influencia y cada titular de la Sectur, tiene menos poder que el anterior.
Lo anterior es un reflejo de lo que se percibe en el ambiente turístico, en donde parece que no hay rumbo ni dirección de hacia dónde vamos en materia turística, el desdén que muestran las autoridades que junto con el Legislativo (le quito a propósito lo de “Poder”, pues cuál poder cuando la mayoría está subordinada, sometida voluntariamente, que muestra falta de dignidad o carácter y obediencia a sin reservas a un proyecto oficial sin transparencia), reducen el presupuesto a la Sectur, que es una dependencia que se debe apoyar para lograr competitividad en el plano internacional.
Hay tiempo para la reflexión y para rectificar. Ojalá la titular de Sectur, Josefina Rodríguez, tenga la visión de que su administración puede trascender y ella convertirse en una funcionaria de grandes alcances.