ALBERTO MENA MALLÉN
Mientras la KalCa de AMLO propone sembrar vida en lugar de la guerra en la reunión del G20, celebrada en Brasil, donde pide a los poderosos mandatarios que destinen el uno por ciento del gasto militar de cada país para su propuesta, México se sigue tiñendo de rojo y de violencia, pero la austeridad, ya franciscana, que aplican desde el sexenio pasado, al reducir recursos públicos a muchos programas, causa muertes ante la falta de mejorar a los policías estatales y municipales, así como en la atención médica y de medicamentos en todo el territorio nacional, sin olvidar los homicidios y las matanzas.
Y aunque haya modificado la estrategia para atacar la violencia y a los carteles de las drogas, por las amenazas del presidente electo Donald Trump de usar de todo lo que dispone para acabar con las organizaciones criminales, quizá ya sea tarde de actuar por parte del gobierno mexicano, debido a que los narcos ya se expandieron y se adueñaron de muchas regiones del país, incluso del mundo.
Para ello deberá, sí o sí, coordinarse con los norteamericanos para evitar malos ratos en los que podemos estar en caso de que se haga realidad los deseos del republicano y buscar de esta manera disminuir la violencia y el correr de los ríos de sangre que a diario se amalgaman con la tierra y evitar el acendrado nacionalismo que presumen a diario en sus discursos, sin tomar en cuenta que ya vivimos en un mundo globalizado.
La pax morenarca que se tiene actualmente nos dice que es una estrategia de los gobiernos populistas tal y como lo afirmó Patricia Bullrich, ministra de seguridad de Argentina, -durante su intervención en el Foro América Libre, realizado en Ciudad de México-, que además de alertar sobre el debilitamiento del Estado de Derecho, afirmando que “sin seguridad, la libertad de las personas deja de ser una realidad para convertirse en una simple aspiración”. Según ella, el avance del narcotráfico y las bandas criminales en distintos países es una estrategia para someter a los pueblos, destruir las democracias y fomentar autocracias que perpetúan el poder.
Lo que es una nueva visión con este planteamiento, aunque no deja dudas del mismo, por la estrategia que utilizan en la 4T para evitar que sus votos electorales disminuyan al otorgar apoyos que compren sufragios, tal y como lo afirmó el macuspano en enero del presente año cuando dijo “ayudar a los pobres es parte de su estrategia política, porque ellos regresan el apoyo respaldando a la Cuarta Transformación”, lo que vimos con su triunfo en las pasadas elecciones de junio del presente año. Igualmente dijeron que, si los pobres pasan a ser clase media, ya no los voltean a ver, por eso los quieren pobres.
Y tal vez, es por ello utilizó su programa de “abrazos y no balazos”, para permitir que las organizaciones criminales, además de apoyarlos electoralmente, hagan y deshagan en el país, lo que permitió su crecimiento en muchas entidades del territorio nacional y que ahora sean una fuerza que atenta contra la democracia y el estado de derecho, destrucción que ya lo inició la 4T con sus propuestas de cambios a la Constitución en materia de justicia.
Además de que inquietó al gobierno norteamericano, particularmente a Trump, quien ya amenazó con acabar con los carteles de la droga que proliferan en México, para lo cual ya existe información en medios de comunicación y redes sociales en el sentido de que ya se preparan en la organización de esta deportación masiva. Un ejemplo es Texas, que donará 600 hectáreas para la construcción de campos de deportación. Hay quienes hablan de más superficies.
Es importante destacar las declaraciones de Jorge Cuellar, vocero de Seguridad de Tamaulipas: “La violencia es un cáncer social difícil de erradicar”, además de detallar que los enfrentamientos en San Fernando, están relacionados con los constantes enfrentamientos entre grupos criminales de la zona, mismos que no han podido ser erradicados.
Habrá que recordar al general Francisco Jesús Leana Ojeda, comandante de la Tercera Zona Militar, que fue destituido de su cargo tras una serie de declaraciones que generaron indignación en Sinaloa, al señalar en septiembre de este año que la tranquilidad en Culiacán no dependía del Ejército mexicano, sino de los grupos criminales que operan en la región.
También, aún no se conoce si ya el gobierno de Sheinbaum busca preparase para que, en caso de que Trump actúe para extraditar a un millón de migrantes cada año que viven en los Estados Unidos en forma ilegal, luego de que ya hay malas experiencias y la problemática que se tiene en los gobiernos estatales que reciben a estos paisanos, ante la escasez de recursos para atender esta problemática, como ya se conoce y por la falta de apoyo del gobierno federal que en muchas ocasiones se desentiende de ello.
Los narcos están pendientes de estos sucesos, ya que se allegan recursos de estas personas que solo desean mejorar sus condiciones de vidas, sin que el gobierno mexicano lo evite, por las políticas que aplican en materia migratoria; ya hay mega-caravanas en marcha por el territorio nacional hacia la frontera con los Estados Unidos para tratar de cruzarla antes de que tome posesión Donald Trump en enero del próximo año.
México vive una pax morenarca en donde hay que cuidarse a diario cuando circulas por las calles de las ciudades, para evitar en su caso, una bala perdida que se disparan en los enfrentamientos entre grupos delictivos y la seguridad pública o para no pagar extorsiones que ya es el pan de cada día en muchas localidades mexicanas y en donde el gobierno no ha podido incidir para eliminarla o cuando menos reducir este delito.
Cuando uno viaja por carreteras del territorio nacional va uno con el Jesús en la boca ante las noticias que se emiten a diario de los famosos retenes falsos, en donde puedo uno perder sus propiedades o de plano la vida, aunque en Chiapas ya se divulgó una imagen donde los narcos pasan un retén de policías a pesar de que portaban armas largas y sin que nadie los pueda detener.
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