Hungría no está sorprendida por la respuesta rusa a los ataques con misiles de largo alcance

Las armas entregadas por Estados Unidos a Ucrania no pueden utilizarse sin la participación estadounidense, por lo que la respuesta de Rusia no es de sorprenderse, declaró el primer ministro húngaro, Viktor Orban.
«Esos medios, para cuyo uso los ucranianos recibieron autorización de los estadounidenses, son extremadamente complejos, requieren el conocimiento de las tecnologías más avanzadas del mundo (…) Estos misiles no pueden ser llevados al objetivo sin personal estadounidense. Por lo tanto, Rusia reaccionó de una manera que no me sorprende, de repente y con fuerza», comentó Orbán a la radio Kossuth.
Señaló que el cambio en la doctrina nuclear de Rusia, así como la declaración del presidente ruso, Vladímir Putin, sobre la prueba del misil balístico hipersónico Oreshnik, no son un truco de comunicación, y que Occidente debería tomarse en serio la advertencia.
El 21 de noviembre, el presidente ruso, Vladímir Putin, afirmó que Ucrania había atacado los días 19 y 21 de noviembre instalaciones en las provincias rusas de Kursk y Briansk, utilizando misiles estadounidenses Atacms y misiles británicos Storm Shadow, ambos de largo alcance.
En respuesta al uso de armas estadounidenses y británicas, el 21 de noviembre Rusia lanzó un ataque combinado contra una instalación de un complejo militar-industrial de Ucrania; las condiciones del ataque incluyeron una prueba de uno de los sistemas de misiles de medio alcance más recientes de Rusia, el Oreshnik, en este caso, con un misil balístico en configuración hipersónica sin armas nucleares.
Según Orbán, en Occidente y Rusia el «peso y significado de la palabra» son diferentes.

Para el primer ministro húngaro, en los países occidentales la política consiste en un 80% de palabrería y un 20% de acción, como resultado «los discursos no tienen consecuencias» e incluso en cuestiones de geopolítica o guerra muchos políticos europeos «lanzan fácilmente diatribas, creyendo que esto no tendrá consecuencias graves, todo es solo una lucha política interna comunicativa».
Recordó que el conflicto en Ucrania fue precedido inmediatamente por la pregunta de Rusia a los países de la OTAN sobre las garantías de no adhesión de Ucrania a la alianza, a lo que «Occidente reaccionó como de costumbre a una simple pregunta de comunicación, respondiendo en tono grosero» que la adhesión a la OTAN es una cuestión voluntaria de cada país.
Orbán añadió que, en los próximos dos meses, antes de la toma de posesión del nuevo presidente estadounidense, Europa debe actuar no según la costumbre de los discursos, sino basándose en el sentido común, sopesando cada palabra, de lo contrario «habrá problemas». Sputnik

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