Mirra, la “China Poblana”, Nacida en  Mongolia que se Volvió Símbolo Mexicano

 

*En la Nueva España fue Bautizada Como Catalina de San Juan

*Sus Restos Descansan en el Templo de la Compañía, en Puebla

*En un Jarrón de Talavera Reposan los Restos, Dijo Lupita, la Sacristana

*Degustando Platillos Típicos en el Restaurante “La Antigua China Poblana”

*Mole de Caderas, Chiles en Nogada, Cemitas, Empipianadas…

*Por Mandato de un Rey se buscó un Lugar al que se le Nombró Puebla

*La Historia de la Casa de las Muñecas Contada por un Capitán de Restaurante

SUSANA VEGA LÓPEZ,

Enviada.

PUEBLA, Pueb.- ¿Qué relación tienen Filipinas, piratas, jesuitas, Acapulco, Puebla, una iglesia y una fonda? Que forman parte de la historia de la China Poblana.

Cuenta la leyenda que el virrey de la Nueva España, Diego Carrillo de Mendoza y Pimentel, solicitó le llevaran a una mujer para que estuviera a su servicio, por lo que un mercader trajo de Filipinas a Mirra, que resultó ser una niña raptada por piratas portugueses de su natal península de Indostán.

Se dice que los piratas la llevaron a Cochín, al sur de la India, aunque Mirra logró escapar para esconderse en una misión jesuita donde la bautizaron como Catalina de San Juan; sin embargo, sus captores la encontraron y nuevamente se la llevaron, esta vez a Manila. donde la compró un mercader para llevarla a la Nueva España.

Mirra llegó a Acapulco en la Nao China y en lugar de entregársela al Virrey, la vendió como esclava a don Miguel de Sosa, un comerciante de Puebla que pagó diez veces más lo ofrecido por el Virrey.

Luego de algunos años don Miguel falleció no sin antes dejar, en su testamento, la orden de manumitir (darle la libertad) a la esclava quien, nuevamente, ingresó a otro convento.

Se dice que Mirra fue una princesa. Catalina de San Juan murió a los ochenta y dos años, el 5 de enero de 1688 y sus restos descansan en el Templo de la Compañía, en Puebla; se le conoce como La Tumba de la China Poblana.

LOS RESTOS DE LA CHINA POBLANA 

EN EL TEMPLO DE LA COMPAÑÍA

A unas calles de zócalo está el Templo de la Compañía donde nos dijeron se encuentran los restos de la China Poblana, por lo que Misión Política se dirigió a ese lugar.

La sacristana Lupita se encontraba en la iglesia; preparaba lo necesario para que comenzara la misa. Preguntamos por los restos de la China Poblana y, muy amable, nos pasó a la parte de atrás y nos enseñó el lugar.

Nos llevó frente a un gran jarrón de talavera; detrás, en la pared, cuatro letreros: uno en latín, dos en español y otro en inglés; el que llama la atención inscribe el siguiente texto:

“Esconde esta tumba a la venerable en Cristo, virgen Catarina de San Juan, a la cual la Mongolia dio al mundo y al Angelópolis al cielo después que por el cúmulo de todas las virtudes amada por Dios y por el pueblo, ilustre por su sangre regia y sin embargo pobre y humilde por su servicio. Vivió 82 años. Su muerte (sepelio) tuvo lugar en la mayor solemnidad del pueblo y del clero en la misma vigilia de los tres santos reyes en el año 1688. Esta es la China Poblana”.

Luego, Lupita, aseguró que allí están los restos; a manera de complicidad (no eran horas adecuadas) nos llevó a otras áreas de la iglesia; nos dijo que no habláramos en voz alta, por lo que apenas si susurramos para preguntar.

Un espacio enigmático; vimos un teatro subterráneo; un túnel obscuro que no tenía fin; una sacristía terminada en oro laminado; largos muebles de madera con cajones, y una habitación donde descansan los restos de los sacerdotes que han oficiado allí, además de otras personas como Martín Hammer (1853-1926); Carlos N. Porragas y Reynaud quien falleció el 11 de febrero de 1928 o Adela Reyes (1936).

Lupita confiesa que se dedica a limpiar ciertas áreas y por eso tiene las llaves de acceso, aunque también colaboran más personas que, seguramente, estaban en descanso.

LA ANTIGUA 

CHINA POBLANA

Y, en los portales del centro histórico de Puebla se encuentra una fonda que lleva el nombre de “La Antigua China Poblana”; un restaurante con platillos típicos como el mole de caderas, el chile en nogada, cemitas, empipianadas, pipián verde o rojo, sopa poblana, trilogía de moles y más.

En este acogedor lugar -que forma parte del corredor gastronómico de Puebla- llama la atención su decoración llena cuadros, pinturas y murales referentes a la China Poblana, con talavera por doquier.

Fue una casona de algún marqués español o personaje importante de la Nueva España, a decir de don Alfredo Peregrino, capitán encargado del restaurante, quien aseguró que además de ser un establecimiento de comida es un lugar que se renta a través de la plataforma de Airb&b.

ALGUNOS DATOS 

HISTÓRICOS

Don Alfredo refirió que Puebla tiene de fundada cerca de 500 años. En aquel entonces, afirma, reinaba en España el rey Carlos V quien mandó buscar un valle rodeado de montañas y con ríos.

Así fue que, por mandato del rey, se buscó el lugar al que se le nombró Puebla, que significa “poblar”, un lugar rodeado por La Malinche, el Popocatépetl, el Iztaccíhuatl y varios ríos que ahora están entubados.

La fundación empieza en el barrio de Analco; construyen la iglesia de San Francisco donde está el beato Sebastián de Aparicio (más antigua que la Catedral). También habló de la Capilla del Rosario. Aquí, precisó don Alfredo, abunda la cantera gris, negra y rosa. “Catedral tiene, por ejemplo, piedra de cantera gris, igual que Palacio de Gobierno”.

El capitán del restaurante se refirió a La Casa de los Muñecos, propiedad del señor Agustín de Ovando Villavicencio, “quien comenzó a construir su casa en esa zona. Sin embargo, como la edificación resulta ser más alta que del edificio que ahora alberga el Palacio de Gobierno, le pararon la obra porque ningún inmueble debía ser más alto que esa construcción, pero como gozaba de influencias, le permitieron continuar.

Mandó traer talavera de España y puso 16 muñecos en los que ridiculizaba al cabildo: a uno de los muñecos lo pone en pañal; a otro con un garrote…

Son casonas de la época colonial, donde había dos patios: el grande y el chico porque debían entrar los carruajes. Están bien cimentadas, bien hechas, dijo.

Y sí, muchas de las casonas tienen puertas de gran altura, grandes.

EDIFICIO JENKINS

Y a dos calles se encuentra el edificio Jenkins de estilo Art Nouveau, una obra de ingeniería a cargo de Schwartz y Meurer, los mismos que ayudaron a construir la Torre Eiffel, así como las entradas del metro parisino y creadores de la famosa escalera monumental del Hotel Majestic (hoy Península) de París.

Una obra de ingeniería hecha en piedra y acero; una estructura con grandes ventanales en la esquina que forman las calles 2 Norte y 2 Oriente. Se dice que originalmente se le conoció como Las Fábricas de Francia, aunque se lee en la fachada un texto que afirma que el Edificio Jenkin albergó la famosa tienda departamental “La Ciudad de México” inaugurada en 1910 e inspirada en los grandes almacenes franceses… En 1931 se inauguraron los nuevos almacenes “Las Fábricas de Francia y, posteriormente, el “Almacén Blanco”. En 1954 se estableció la “Fundación Mary Street Jenkis”.

No cabe duda que Puebla, al igual que la Ciudad de México, tiene mucha historia.

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