*Y Agradecidos También con Todos los Médicos, Científicos y Especialistas
NIDIA MARIN
Pionero de los hospitales en México en 1524 al ordenar su construcción el conquistador Hernán Cortés con el nombre de Hospital de la Concepción de Nuestra Señora, que años después cambiaría por el de Hospital de Jesús de Nazareno, en este 2024 el nosocomio está cumpliendo 500 años, en los cuales el agradecimiento de las familias mexicanas, mestizas, indígenas y hasta de los países vecinos es ilimitado.
Reza su historia que el 23 de mayo de 1986, se publica en el Diario Oficial el Decreto por el que se crea como Organismo Administrativo Desconcentrado, jerárquicamente subordinado a la Secretaría de Salud, con autonomía operativa
Fue el primero de los 128 que se establecerían en el siglo XVI.
La Concepción de la Caridad fue la razón principal para la fundación de esa serie de nosocomios en el conquistado territorio.
Su historia es extensa. Por ejemplo, en los años veinte del siglo pasado el Doctor Ignacio Chávez fue nombrado por el director, doctor Genaro Escalona como comisionado para convertir el pabellón 21 en un servicio de Cardiología. Los libros señalan que el moderno equipo requerido para tal proyecto arribó en 1925. Eran manómetros, oscilómetros, un esfigmomanómetro de Potain y un cardiógrafo de Boulitte.
Y los éxitos fueron constates. Ahí se realizó la primera autopsia (en 1646) en el Continente Americano; también el desarrollo de la ciencia, además de que, por ejemplo, en 1939 el doctor Aquilino Villanueva junto con el doctor Gustavo Baz al frente de la Secretaría de Asistencia, habrían de mantener la efervescencia científica que a la fecha. Aseguran, es una de las características más importantes de la institución.
Ese sitio, en lo personal me trae recuerdos, porque en los años setenta, en el mismo estuvo internada mi tía y madrina Victoria Marín de Urquiza, así como otros miembros de nuestra familia, atendidos por el doctor Gustavo Baz Prada y otros galenos. Se ubicaba en la calle de 20 de Noviembre donde continúa y la atención era excelente.
Hoy 500 años después sigue dando servicio a los mexicanos. La suma de consultas de cada año es de 40,000 en gran parte de las especialidades que ahí se tratan.
Años más tarde, en septiembre de 1982, en una entrevista con el Grupo “20 Mujeres y un Hombre” (al que esta periodista perteneció) el doctor Baz Prada nos dijo:
“Hay que hacer crecer la cobija con gran disciplina y saldremos de nuestros puntos neurálgicos en menos de tres años, tiempo suficiente para que cobremos conciencia de cuál es la economía real de México. El petróleo debe verse como un recurso, pero nunca como base económica de un país. Y nos sucedió lo que a las gallinas cuando ponen un huevo… empezamos a cacarear hasta que nos sorprendió la crisis y fue necesario tomar medidas radicales temporales cuya situación crítica estamos viviendo”.
Tras la publicación de la crónica informativa en el periódico Excelsior, el doctor me envió una de sus pinturas ya que él, además de haber peleado en la Revolución tras el asesinato de Madero, de ser secretario de Salubridad y Asistencia Pública, ordenar la construcción del Centro Médico Nacional, así como del Hospital Infantil y los institutos de Cardiología y Nutrición y gobernador del Estado de México, era pintor de acuarelas y óleos.
En la actualidad la serie de eventos por el aniversario 500 no cesa.
Ayer, en el lugar de siempre, ubicado precisamente en el Centro Histórico en la calle 20 de Noviembre, estuvo presente el embajador de España en México, Juan Duarte Cuadrado; el doctor José Narro Robles, ex secretario de Salud del Gobierno Federal; la doctora Mercedes Juan López, también ex secretaria de Salud del Gobierno Federal; el ingeniero José Antonio Palacios Pérez, presidente del Patronato del Nacional Monte de Piedad; el licenciado Gonzalo Madrazo Bolívar, presidente del Patronato del Colegio de San Ignacio de Loyola Vizcaínas; Carlos Viesca Treviño, integrante del Departamento de Historia y Filosofía de la Medicina; y el doctor José Alberto Ávila Funes, director de Enseñanza del Instituto Nacional de Nutrición Salvador Zubirán.
Indudablemente el hospital y todos los médicos que ahí laboran, o laboraron merecen todo el respeto de nosotros los mexicanos.
