Punto de Vista
Por Jesús Michel Narváez
A la Comisión Nacional de los Derechos Humanos no le aplicaron la desaparición forzada.
La dejaron vivir después de destruirla como entidad al servicio de los ciudadanos.
Los senadores de Morena y sus adláteres además de los traidores, decidieron que no había necesidad de sumar el organismo a la lista de los que desaparecerán de manera forzada la próxima semana, sino con reelegir a Rosario Piedra era suficiente para hacerla invisible.
Los perversos congresistas de la cuatroté, cuyos pastores, Adán Augusto López Hernández, Manuel Coello Velasco y Alberto Anaya Gutiérrez, hicieron “team back” para “consolidar” los avances de la ¡ignorancia!
Y se salieron con la suya.
Demostraron, todos los que la reeligieron, que no escuchan a nadie, no miran más que figuras etéreas imposibles que hacen imposible el diálogo y más aún, con apachurrar el botón del voto, las desaparecen.
A los congresistas que disfrutan la borrachera del poder efímero, la vergüenza no forma parte de sus conductas. La ética no existe. La responsabilidad no es con el pueblo. Son lacayos del que ¿se fue? y no niegan la cruz de su parroquia: son sumisos y están a la orden del amo ¿ama? y cumplen con las órdenes sin chistar.
Ah, eso sí, cada día avanzan en sus “conocimientos para hacer trampas” y disfrazarlas de “actos de magia” y “voluntad de transformar” el país, la sociedad, la mente de los mexicanos y demostrar que quienes hoy tienen poder lo “obtuvieron del pueblo” y es el que les mandata abandonar a los que no votaron por Morena y adláteres.
Para que “paguen su insubordinación”.
Haber cerrado los canales auditivos para no escuchar las voces de quienes incluso devaluaron, porque no le puede llamar de otra manera, la inexistencia presencia de Piedra y la colocaron en el lugar 15 de idoneidad y, sin embargo, se coló al tercer lugar y después subió al podio como “ganadora del Premio a la Ignorancia”, exhibe la pérdida de independencia del Senado de la República, en donde el perverso mayor, entregó las boletas de votación con nombre para “que nadie se le olvida…vale más estar seguro”, dicen que dijo a sus ovejas y, acostumbradas a obedecer para no convertirse en barbacoa de Texcoco, simplemente balaron.
No hay justificación que valga, incluida la política.
Sin comprobar, la decisión de los senadores obedeció al “reconocimiento” que la madre de Piedra recibió desde hace tiempo de los que presumieron ser de izquierda y al final de la jornada mostraron ser rabanitos. En éstos, se incluye el que dice vivir en Palenque, dedicado a “seguir sirviendo” al pueblo bueno, porque escribe un libro de la “verdadera historia” de Tenochtitlán.
Su nombre salió en la mañana del pueblo, porque, difundió su sucesora, que hoy cumple 71 años.
Seguramente las felicitaciones no llegarán por paquetería ni en redes sociales, porque según su promesa, cerraría sus cuentas.
Y a un mes y 14 días de entregar la banda presidencial, se afirma que tiene una de repuesto en su finca y se la cruza en el pecho para no perder la costumbre.
Bueno, eso dicen. No le costa a este escribano.
Es el fantasma, eso sí está comprobado, que ronda en los pasillos de Palacio Nacional, en el de San Lázaro y en el oropelesco del Senado, además de realizar viajes en el Tren Maya, en donde siempre encuentra lugar en donde sentarse.
Sí, el reservado a los adultos mayores.
Colofón del trabajo de los senadores: están hecho de un material que hiede.
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