Trump era Trump

SE COMENTA SOLO CON

CARLOS RAMOS PADILLA



También allá se consumó.

 

Las urnas decidieron que Trump arrasara, ganara las Cámaras y todo el poder de manera absoluta. Llegará Trump con una validación popular y una fuerza legislativa sin precedentes. 

 

Un sujeto que se reelige envuelto en escándalos legales, pero también en narrativas extremas. Gano electoralmente avanzando con una victoria arrasadora que obligó a sus contrincantes a retirarse de la plaza. 

 

En México se criticó duramente a Xóchitl por reconocer la suma de votos que la derrotó, allá en Estados Unidos Kamala Harris simplemente abandonó a los suyos y se fue a dormir. 

 

Trump es un personaje de enorme controversia: soberbio, arrogante que humilla a sus oponentes. Sus arengas prometen radicalización, pero los estadounidenses encontraron algo en él y son dos motivos: ya gobernó y se consolidó como un gran negociador, fortaleció la economía, frenó a Corea del Norte, estimuló su relación con Putin, marcó frenos migratorios y evitó, en geopolítica, conflictos bélicos. 

 

Pero también por otra parte, el ciudadano percibió a un sujeto dispuesto a endurecer la aplicación de la ley, lo hará defendiendo a los suyos en lo suyo. Actuará contra los enormes conglomerados de ilegales (asunto que no nos gusta ni conviene), atacará frontalmente la crisis producida por el fentanilo y la citación de criminales y cartela de la droga (esquema que por corrupción preocupa a muchos en México), abatirá los estériles debates sobre el género y sus alteraciones psicosociales y gobernará otorgando a su pueblo más beneficios que los ofrecidos y logrados por Biden. 

 

Cierto se mantuvo en campaña de promoción, por cierto, años y Harris en apenas tres meses luego de tropezones internos entre los demócratas. 

 

Las negociaciones, de todo tipo, con nuestro gobierno deberán ser muy claras y contundentes. La reforma al poder judicial los tiene inquietos, muy incómodos por lo que respecta a la seguridad legal firmada en los acuerdos comerciales y en la protección de sus inversiones en nuestro territorio. Por lo menos en sus posicionamientos se ve dureza. Su principal acción será presionar a otros gobiernos para ganar beneficios. Eso. sin duda. 

 

Algunos esperan que su mejor carta de negociación con nuestro gobierno descansa en la información que los capos detenidos allá (tendría que haber sido aquí) están ofreciendo. Ellos están abriendo el cofre de los más íntimos y grotescos secretos de la evidente combinación entre autoridades y delincuentes y eso tiene una factura altísima. 

 

Veremos si Trump y su yerno aceptan sentarse a negociar los cambios necesarios al tratado comercial con Marcelo Ebrard, cuestionado allá y con evidentes desacuerdos con los de acá. 

 

Pienso que ni en Estados Unidos ni aquí hay motivos de celebración porque los ajustes dañaran a miles de manera irremediable y los beneficios no están asegurados. Allá y acá hablan de construcción, pero con argumentos montados sobre escombros. 

 

Arriban con un respaldo electoral (Sheinbaum y Trump) pero eso los obliga a responder con exacta precisión. Deberán ser prudentes y consecuentes. 

 

El camino está minado. Como sea, uno queda preocupado.

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