ULISES CORONA*
Terminada la elección de los Estados Unidos de Norteamérica, y tratando de asimilar sus resultados, tenemos que poner atención al futuro inmediato que habremos de tomar, siempre anteponiendo el interés supremo de la nación, de independencia nacional y soberanía popular, desde luego en la vigencia del estado de derecho y de nuestras instituciones.
La relación en ambas fronteas no solo esta determinada por la vigencia de los campos de poder, que de la Seguridad Nacional están presentes y vigentes, también en una desafortunada visión de vencidas y conveniencias comerciales y hasta de egocentrismos, sin embargo y a pesar de éstas. la frontera que nos une y nos separa, nos obliga necesariamente a replantear acciones urgentes para que esta vecindad sea lo mejormente conveniente para ambos países.
Propongo algunas líneas de acción para retomar la estratégica relación entre México y Estados Unidos tras las elecciones:
Primero los temas:
Diálogo constante: Reabrir canales de comunicación francos y determinantes, resolutivos; entre ambos gobiernos para discutir temas clave como migración, comercio y seguridad.
Cooperación en seguridad: Fortalecer los acuerdos para combatir el tráfico de drogas, armas y personas, a través de estrategias conjuntas.
Promoción del comercio: Proponer modernización del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) para fortalecer e innovar el comercio y resolver disputas de manera justa.
Migración regulada: Colaborar en políticas públicas migratorias modernas que abriguen los derechos humanos y garanticen una migración ordenada, justa y segura.
Cambio climático: Fortalecer alianzas para combatir el cambio climático mediante la adopción de energías limpias y la reducción de emisiones.
Desarrollo regional: Avalar iniciativas de desarrollo económico y social en América Central para abordar las causas fundamentales de la migración.
Diálogo cultural: Impulsar intercambios culturales, educativos y científicos para mejorar la comprensión mutua entre ambos países.
Ahora las acciones:
-Reactivar el Diálogo Económico de Alto Nivel (DEAN): Reanudar las conversaciones bilaterales enfocadas en el comercio, inversión y cooperación económica, con un enfoque en sectores clave como energía, manufactura y tecnología.
-Fortalecer la cooperación en seguridad fronteriza: Intensificar los esfuerzos conjuntos para combatir el narcotráfico, tráfico de armas y personas en la frontera, asegurando un enfoque balanceado entre seguridad y derechos humanos.
-Revisar y actualizar el T-MEC: Revisar y resolver conflictos pendientes del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), para garantizar su plena implementación y aprovechar nuevas oportunidades de comercio.
-Cooperación en la gestión migratoria: Implementar políticas migratorias coordinadas, basadas en la protección de derechos humanos y en la creación de vías legales para la migración laboral, así como el fortalecimiento de programas de asilo.
-Relanzar iniciativas de desarrollo regional: Colaborar en proyectos de desarrollo económico en México y América Central para mitigar las causas estructurales de la migración, como la pobreza y la violencia.
-Reforzar la cooperación en salud pública: Continuar la colaboración en materia de salud, especialmente en la gestión y respuesta a crisis sanitarias como pandemias, y trabajar en la investigación conjunta de vacunas y tratamientos.
-Promover el intercambio académico y cultural: Ampliar programas de intercambio educativo y cultural, aumentando la colaboración entre universidades y fomentando la movilidad de estudiantes e investigadores entre ambos países.
-Fomentar el diálogo diplomático y multilateral: Participar en foros internacionales como la ONU y la OEA, coordinando posiciones sobre temas globales como el cambio climático, el comercio y la seguridad regional.
-Incentivar inversiones conjuntas en energía y tecnología verde: Desarrollar una agenda común en el ámbito energético, apostando por las energías renovables, la electromovilidad y la reducción de emisiones contaminantes.
-Resolver disputas comerciales y laborales: Establecer mecanismos de resolución rápida y justa para conflictos comerciales y laborales que surjan bajo el marco del T-MEC, especialmente en sectores sensibles como el automotriz y el agroalimentario.
Parto del hecho de que los temas no son lo mismo que las acciones, las segundas son derivativas de los temas a poner en la mesa de discusión, y las acciones son implementaciones de inmediato para contener o administrar el conflicto. Quien deba de llevarlas a cabo, en realidad no importa, solo que éstas son de urgente resolución y de mejora continua. Lo importante es salvar la deteriorada relación vecinal y mantener la capacidad de respuesta y acción, la soberanía popular e independencia nacional están en ello.
Académico universitario *