La Fiesta de los Morenos

ALBERTO F. MENA MALLEN

Los morenos adscritos a la 4T festejan sus triunfos con socarronería, con presunción, con perversidad, sin importarles las ilegalidades que cometen, las violaciones a las leyes y a la Constitución y no dan un paso atrás para que no se les tilde de abusivos, pero lo único que demuestran es el de querer el poder y el cash, de lo que son expertos, a costa de lo que sea.

También provocan con sus prisas para tapar cualquier camino democrático, irregularidades en los procesos legislativos, además por tener un festejo del que se jacte su  mentor tabasqueño y ahora su lideresa Claudia Sheinbaum, que presume los pasos que se dan uno a uno para tener el país de sus sueños y de sus feligreses, sin voltear a ver a quienes no pensamos igual que ellos y que vemos con preocupación la edificación de una nación solo para los dueños, solo por ahora para decisiones alocadas y perversas.

Presumen y agreden con maldad a sus opositores y demás que no están de acuerdo con lo que hacen, lo que realizan para tapar los caminos a la democracia que existía, hasta que fue aprobada lo de la supremacía constitucional, la cual en la realidad es una supremacía morenista legislativa y de sus aliados rémoras que viven a todo lujo a costa de los mexicanos.

Festejan lo ingenioso que son, pero con perversidad, con trapacerías que tapan con ilegalidades una tras otra, sin importarles que la crítica arrecie, “porque son mayoría y el pueblo se los manda”, aunque el famoso pueblo morenista sea de 36 millones de mexicanos, -una falacia que utilizarán durante este sexenio-, y no de más de 60 millones que no votaron por ellos.

Igualmente argumentan que por ser mayoría calificada en el Congreso de la Unión y en el Constituyente, pueden cambiar la Constitución como les plazca, sin mirar ni hablar con millones de mexicanos a quienes no les pidieron su anuencia, aparte de que, con argucias no legales, se apropiaron de dicha mayoría. Habrá que recordarles que no son un congreso constituyente, sino uno constituido que no puede cambiar la Constitución como les dé la gana, por eso utilizan el lenguaje a su beneficio.

Pero no festejan ni le hacen fiesta al problema de la inseguridad, que va viento en popa, lastimando a cientos de familias que pierden cada día unas 80 personas, mismas que podrían ser el sustento de los hogares y que provoca, que éstas se las vean negras para enderezar el rumbo familiar sin la presencia de estas víctimas de la violencia.

Tampoco festejan los problemas y huecos económicos que heredó la actual mandataria de su tutor y destapador electoral y menos el margen de maniobra que habrá con el asunto del déficit presupuestal que existe actualmente en las finanzas públicas y más cuando los apoyos sociales cada año se incrementarán sustancialmente porque fue otra de las herencias del macuspano.

No festejan el asunto del alza a los precios de los productos y alimentos básicos para que una familia pueda vivir sin problemas en los bolsillos y que genera una inflación al alza que puede desbordarse por la falta de seguridad jurídica por las malas decisiones que toman, sobre todo en contra de quienes son sus opositores, pero que no ven más allá ya que afectará a todos los mexicanos.

Y agréguenle los festejos por el triunfo de Donald Trump en los Estados Unidos, ante las amenazas que ha divulgado durante su campaña en contra de México y que son una realidad que enfrentará la actual presidenta, quizá con la imaginación que les caracteriza como ha sucedido con el asunto de la reforma judicial que taparon caminos a la democracia para que no les pudiera llamar perdedores a la mala o de ser un gobierno autocrático y casi casi dictadura.

La doctora Sheinbaum emitió, como siempre, un mensaje de tranquilidad para todos los migrantes en los Estados Unidos y para sus compatriotas en territorio nacional, aunque las proyecciones de especialistas en asuntos internacionales, auguran un futuro nada prometedor tanto para la calca morenista como para millones de  ciudadanos que fueron apáticos para defender el fin de la Constitución, los cambios de régimen político federal, ya que se perderán tanto el pacto federal, la separación de  poderes y muchas libertades.

No festejan la pérdida, como república, ya que las decisiones que se toman provienen del centro político del país, incluso para los congresos locales que se pelean por ver quiénes son los más aduladores de la 4T, al aprobar la reforma judicial y la supremacía morenista, sin tocar el texto de la misma, lo que permite que se pueda opinar sobre lo “arrastrados y fieles” que son con la 4T. En Oaxaca se aprobó dicha reforma, incluso antes de que fuera autorizada por el congreso de la Unión.

De la misma manera los chairos le festejan a diario las mentiras y mucha información no comprobable a la doctora Sheinbaum, quien aprendió de su mentor, que a diario en sus mañaneras salían de su boca estas imprecisiones, pero que servían de propaganda para sus huestes, que todo se creen de sus líderes, aunque no sean ciertas.

Esperaremos que también festejen dentro de tres años, en las elecciones del 2027, sobre todo la molesta clase media y muchos sectores que han sido agredidos con las políticas cuatroteístas y morenistas que consideran que sus triunfos son permanentes, por siempre, como sucede con los trabajadores del poder judicial que serán despedidos sin miramientos y sin amparos adecuados, ahora que ya no hay manera de cambiar la carta magna que beneficie a todos los mexicanos y no solo a una porción que votaron por Morena.

Cuando inició este sexenio había alguna esperanza de que hubiera ajustes en el gobierno pejista y que ya no habría todo lo malo que se presentó con el todavía rey de palacio, pero los hechos demuestran que no será igual, sino peor, sobre todo por quienes acompañan al ejecutivo federal, en las cámaras de senadores y diputados, quienes actúan como si no hubiera presidenta y solo este poder, el legislativo sea quien gobierne a México.

A ponerse las pilas, ciudadanos

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