En la Recámara de Carlota y Maximiliano, y el  Mundo Alrededor de Don Porfirio y su Carmelita

 

*Desde Hace 80 Años el Museo se Ubica en el Castillo de Chapultepec: Rueda Smithers

*Tardaron 5 Años en Llevar Toda la Colección que Estaba en el Museo de la Calle de Moneda

*Cuenta Media Docena de Murales de los Mejores Pintores de México

*El Total de Piezas en el Lugar es de 105,000 y hay 6,000 Piezas Expuestas

*Pero Zapata “Está Como si l Hubieran Boleado… Todo Mundo la Toca”

*En ese Lugar se Presentará del 25 de Diciembre al 12 de Enero el Espectáculo “Navidades en México”

*Y ya Viene el Ballet de Amalia Hernández en Este Magnífico y Encantador Sitio

SUSANA VEGA LÓPEZ

Aquí, en el gran Castillo de Chapultepec, que fuera sede del Colegio Militar, se cuenta la historia de México desde la época de la Conquista (1521) hasta el siglo XX a través de una serie de objetos que te remontan a tiempos pasados como, por ejemplo, las recámaras del Alcázar, los vitrales, los murales.

Sí, las recámaras donde durmieron Maximiliano y Carlota (1864-1867); o Porfirio Díaz y doña Carmelita (Carmen Romero Rubio). Y es que, en la planta baja del Alcázar se exhiben muebles, joyas, cuadros, utensilios domésticos y más de cuando habitaron los emperadores; en tanto que, en la planta alta, se muestran artículos de la época del porfiriato, cuando el entonces presidente y su esposa ocupaban el Castillo como casa de verano (1883-1910).

Se trata del acervo del Museo Nacional de Historia y para llegar ten en cuenta que hay que caminar porque no hay estacionamiento, por lo que deberás considerar el tiempo que hagas para tu visita.

Ya que estás en la primera sección del Bosque de Chapultepec tendrás que hacer gala de tu condición física y subir, paso tras paso, el sendero desde donde se aprecian detalles de la inigualable bella Ciudad de México. Ya en el Castillo, la recompensa es sinigual.

Si te paras en medio de alguna de sus salas y haces un esfuerzo intelectual verás que hay coherencia entre las piezas exhibidas, no te pierdas y busca el detalle del por qué están allí tales o cuales objetos.

El director general del Museo Nacional de Historia, Salvador Rueda Smithers, en entrevista para Misión Política, recordó que desde hace 80 años este museo se encuentra en el Castillo de Chapultepec.

En septiembre de 1944 abrió como Museo Nacional de Historia basado en el decreto de Lázaro Cárdenas (1939). “Se tardaron cinco años en traerse toda la colección que estaba en el Museo Antiguo (en la calle de Moneda a un lado de Palacio Nacional)”, dijo Rueda Smithers.

Se trajeron unas 55 mil piezas y desde entonces ha estado siempre abierto excepto por un par de veces que estuvo en reestructuración (1964 y en el 2000).

Comentó el director del museo que cuentan “con una media docena de murales de los mejores pintores de México que se hicieron con fines didácticos, como originalmente era el muralismo, es decir, dirigiendo una lección a gente que no sabía leer”.

APRECIAR Y RELACIONAR AL 

ESTAR EN UN MUSEO

“Moreno Villa, un intelectual español que llega en 1939, decía que lo interesante de los murales mexicanos es que el artista pone a los vencidos y a los vencedores; a los que matan y a los muertos; a los de arriba y a los de abajo, porque la historia de México no se ha detenido y los mexicanos los confrontamos en los murales, los vemos como si estuvieran vivos, y los juzgamos ‘y por eso todavía regañan a Hernán Cortés’”, dijo en tono de broma Salvador Rueda.

Reveló el funcionario que hay alrededor de seis mil piezas expuestas, aunque la colección es de más de 105 mil piezas de todo tipo. “Hemos buscado que el discurso sea básicamente un discurso civil y no militar como se hacía antes, hace 60 años, cuando nos enseñaban que los eventos militares eran el motor de la historia”.

“Ahora el motor de la historia es el avance tecnológico, el gusto; las discusiones legales, las constituciones… pero están las piezas que son las que realmente hablan. No importa lo que la historia diga sino lo que el historiador escogió para poner en las vitrinas”.

Conminó a que se debe aprender a ver, a relacionar, a apreciar, por ejemplo, “tienes a un Porfirio Díaz pintado por José Cusachs en 1906 (cuando es el héroe de la patria) y allá tienes al mismo personaje pintado por Siqueiros en 1960 (cuando era villano). Lo vemos cómo lo pensaban en esos años; aquí el chiste es que entre uno y otro hay 20 metros”.

El ejercicio que se debe hacer es ligar esos acontecimientos, esas épocas; ligar a Sor Juana y 150 metros ver a Pancho Villa, los extremos de México. Reiteró que el chiste del museo es que se relacionen las cosas.

QR EN EL MUSEO

Ahora se cuenta con códigos QR. Los niños ya tienen aparatos que leen el QR. “algunas personas de Difusión no estaban tan convencidas en poner los QR hasta que vimos que los niños tienen mejores teléfonos que los papás”. El asunto es que se acostumbren a leer; el trabajo, ahora, es llenar de información esos QR, afirmó el funcionario.

También refirió que se puede ingresar a las páginas del Museo donde están las cédulas para tomar los datos. “Antes los niños no veían las piezas porque se ponían a apuntar; ya no se les deja entrar con cuadernos y lápices para que se metan a la página ya que hay una sección que se llama ‘Me lo dejaron de tarea’ para que saquen los datos que requieran”.

COLECCIÓN DE INSTUMENTOS 

MUSICALES EN EL LUGAR

Habló que el Museo cuenta con una pequeña colección de instrumentos musicales; el más antiguo es una percusión, una sonaja, y un clavicordio de teclas; tenemos partituras del siglo XIX y XX (1850 y hasta 1950) cien años de partituras, la mayoría para piano, aunque hay para orquesta, algunos arreglos del himno nacional. Se guardan en el acervo. El maestro Sandoval ya grabó un par de discos con estas partituras; se encuentran en el acervo del INAH.

LO QUE MÁS VISITAN: “NO TOCAR”

Hay quienes vienen por el interés de ver a Los Niños Héroes; a Carlota; a ver los murales; a asomarse a ver el edificio en sí mismo, a ver la torre.

Hay un letrero en el patio donde está la tienda que dice “no tocar”, y es, precisamente para que los niños toquen; se trata de un cañón de metal. También hay una escultura de Zapata, de metal, donde la gente se toma la fotografía como si fuera un “rock star”; es de un escultor que se apellida Camorlinga (David Camorlinga Tagle) y si le ven la bota a Zapata está como si la hubieran boleado de que llega todo mundo y la toca aunque diga “no tocar”.

ELEVADOR SÓLO PARA 

PERSONAS ESPECIALES

¿Se acuerdan que para subir al Castillo había unos trenecitos?, sí, los mismos que, ahora, también dan un recorrido por el Bosque de Chapultepec pero que ya no llegan hasta la cima para bajarse en El Castillo.

Actualmente se cuenta con un pequeño elevador para, tal vez, tres personas “porque si sube una cuarta ya no funciona; sólo es para la persona con su silla y algún acompañante. Los demás tienen que caminar. Hacer dos esfuerzos: uno físico y, otro, intelectual.

-Pero es muy cansado, sobre todo cuando la gente es mayor y para quienes traen niños pequeños-, insistí.

-Los milagros no se repiten, señaló, luego de recordar que se tuvo un pequeño accidente con un trenecito. “Los milagros no se repiten. Prefiero que la gente se queje a que tengamos otro accidente”- respondió.

Y sí, fue un choque.

EL TRENECITO

Ahora el trenecito es eléctrico y, aunque ya no sube al Castillo, recorre la primera sección de Chapultepec donde explica 15 puntos importantes con un costo de 50 pesos. ¡Ah, y reciben tarjeta bancaria para el pago!

Se encuentra a un costado del Museo de Sitio; se trata de un circuito donde se recorre todo el bosque y se llega al punto de partida, aunque te puedes bajar en cualquier estación asignada. Eso sí, una vez que bajas ya no podrás volver a subir.

Los niños menores de 85 centímetros suben gratis y hay descuento para personas de la tercera edad.

Cabe recordar que el primer trenecito fue un ferrocarrilito que tenía máquinas locomotoras marca Ford que usaba rieles, vías, para ponerse en marcha. Tenía su propia estación donde la gente hacía largas filas y esperaba para subirse a este automotor que fue pensado para los niños pero que los adultos disfrutaron con singular alegría.

Hasta antes de la pandemia venían muchos alumnos, muchas escuelas; ahora ya no vienen tantas y en cambio sí ha subido mucho la visita de turistas nacionales y extranjeros. Es parte de las corrientes del mundo; tal vez debido un poco a la promoción, o a que en las escuelas ya no dejan salir a los niños tan fácilmente.

Cuando llega una escuela, viene con seis u ocho maestros, pero vienen 90 padres de familia ¡y está bien!, para que atiendan a tantos alumnos, y entonces también su entrada es gratuita. Son parte de las cosas que han cambiado.

El director del museo estimó que el aforo en los fines de semana es de ocho o nueve mil visitantes por día aunque varía; por ejemplo, “acaban de contarse 42 mil visitantes el pasado fin de semana y el domingo poco más de 20 mil; entre semana el promedio es de dos o tres mil personas diarias”.

El museo abre de martes a domingo de nueve a cinco de la tarde. El recorrido tarda de una hora y media a dos “sin detenerte en las cédulas porque si te detienes te puedes tardas más de cuatro horas”, aseguró.

Gente mayor de 13 años y menor de 60 tiene un costo de 95 pesos, pero gratis los menores de 13 años, mayores de 60, los domingos es gratuito, así como alumnos y maestros con credencial.

NAVIDADES 

EN MÉXICO

Y es aquí, en el Castillo de Chapultepec donde se presentará, del 25 de diciembre al 12 de enero el espectáculo “Navidades en México”, una puesta en escena que expondrá tradiciones del norte y sur de la República Mexicana que darán una pincelada de lo que se vive en Chihuahua, Tamaulipas, Yucatán y Oaxaca en época decembrina y año nuevo.

Nuevamente -como desde hace 16 años- regresa la danza al Castillo con el Ballet Folklórico de México de Amalia Hernández, como lo anunció el director general, Salvador López López; y la directora artística, Viviana Basanta, (hija de doña Amalia), en conferencia de prensa realizada en el Alcázar de Chapultepec.

Ya me veo presenciando este espectáculo en la terraza del Castillo, al aire libre, con danzas tradicionales y música en vivo; con representaciones de la época navideña y año nuevo, con posadas y sus piñatas; nacimientos vivientes, pastorelas y hasta la llegada de Los Reyes Magos.

No se pierdan la visita, es memorable, nadie que viene al Castillo de Chapultepec lo olvida.

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