ALBERTO F. MENA MALLEN
Como casi nos cambian los morenos el modito de andar, con sus prisas por modificar el régimen político-social de la República democrática y federal que hemos sido hasta la fecha y porque siempre, durante el sexenio pasado y también éste de la simi-calca todos somos y estamos muy felices y también porque todo ello nos lleva a que no pasa nada, nada, propongo que México cambie de nombre por “Pejelandia Feliz”, en su segundo piso.
Todo lo que se construyó por años con base de esfuerzo, luchas, sangre, sudor y lágrimas, para llegar a ser un país democrático, de libertades, de paz y prosperidad, ahora de un plumazo nos lo quitan por los deseos de un social-populista que todavía hasta ahora, quiere tener todo el poder y lograr quedarse con él hasta en cincuenta años, aparte de acumular mucho cash para realizar sus tropelías, sin importar las leyes ni la Constitución.
Ello, aprovechándose de la apatía de los mexicanos que piensan que no pasa nada hasta que lo ven perdido, como ahora que salen a las calles, particularmente los trabajadores del poder judicial que serán afectados por los cambios a la carta magna por la reforma judicial -aunque afirmen que no se les tocará ni con el pétalo de una rosa-, y que se tiren a la basura esfuerzos, cientos de horas de estudios y dedicación, días sin acompañar a las familias, y todo, porque un puñado de morenistas se sienten dueños de México.
Los argumentos son de que sus decisiones se basan en la petición del pueblo para democratizar al poder judicial, cuando “su pueblo” abarca solo 36 millones de votantes -lo que se duda, porque la resistencia afirma que hubo un fraude mayúsculo en las elecciones de junio pasado-, y dejen a un lado al cuarenta y cinco por ciento que no votaron por la alianza Morena, PT y PVEM, sin que se les tome en cuenta para sus decisiones.
Aparte de que se han aliado con la delincuencia organizada para obtener ese poder que dicen fue logrado democráticamente y no como lo repiten una y otra vez quienes desean no perder privilegios o continuar con la corrupción y el evitar que México sea gobernado por “el pueblo”, quien debe decidir el futuro que debemos tener, tal y como ellos lo llevan a cabo, al pie de la letra sin cambiarle ni una coma.
No importa la crisis constitucional que generan con sus decisiones, no importan los muertos políticamente y físicamente hablando, nada les parece importante, más que arrollar, arrasar contra lo que les ordena el macuspano desde la presidencia, antes y ahora desde Chiapas, de destruir las instituciones que son nidos de corrupción y de poder del neoliberalismo y de la mafia del poder.
México se ha denominado de diferentes maneras a través de los años:
Época colonial: Reino de la Nueva España (1535)
América Mexicana (Sentimientos de la Nación, Congreso de Chilpancingo en 1813)
Imperio Mejicano (1821-1823)
Nación Mejicana (Constitución de 1823)
República Mejicana (Constitución de 1857). La Constitución de 1857 hace oficial el uso del nombre República Mexicana, pero en el texto se emplea también la expresión Estados Unidos Mexicanos.
Imperio Mejicano (1863-1867)
Estados Unidos Mexicanos (Constitución de 1917 a la fecha -en la Constitución de 1824 ya se había utilizado el nombre, pero no fue retomado hasta este año).
Y ahora habría que agregarle: Pejelandia Feliz o Pejemex feliz en su segundo piso.
(Fuentes: Los nombres de México, Miguel Ángel Porrúa, 1998; México, Fernando Benítez, 1998, FCE; Viaje por la historia de México, Luis González y González, Secretaría de Educación Pública, 2010)
Dicha denominación sin importar el número de muertos y desaparecidos por la violencia de los cárteles mexicanos, sin importar los feminicidios que son noticia todos los días, sin importar que mueran miles de mexicanos diariamente por falta de atención médica y de medicinas o atención preventiva de la misma.
Lo malo que pasa en el país no se toma en cuenta por parte del gobierno, quien desea emitir un ambiente positivo, de prosperidad, de felicidad con lo que ellos efectúan a lo largo y ancho del territorio nacional y que lo único que hacen es que el “pueblo” esté contento con sus decisiones y determinaciones, aunque sea violando disposiciones, leyes y la propia Constitución.
No les importa que el crimen organizado ya regule y controle la actividad social, política y económica de muchos pueblos mexicanos, donde el cobro de piso (impuestos) de la mafia sea quien decida sobre la inflación que agobia a los consumidores y amas de casa que no saben ya cómo estirar el gasto para que les alcance.
No importa que en el exterior México sea ridiculizado por la forma de gobierno que quieren imponernos y que las inversiones dejen de llegar para ser muy nacionalistas con las riquezas que tenemos, pero que se agotarán con el paso del tiempo, de acuerdo a experiencias en otras naciones como Cuba, Venezuela y Nicaragua.
Pero están convencidos de que ese es el camino que desea la mayoría, que no lo es, pero que aseguran a través de la determinación del “pueblo” -llamase López Obrador y ahora “de la calca”-, que México debe tener un sistema político autoritario, de corte social-populista, en vez de ser una nación de derecha que solo busca el interés de los poderosos y no de quienes no son agraciados con el desarrollo de su vida.
Por cierto, la doctora Sheinbaum afirma -en varias ocasiones de sus discursos-, que su gobierno no es autoritario, como lo señalan los adversarios, cuando afirma que la reforma judicial VA y que habrá elecciones en el 2025 de jueces, magistrados y ministros, acorde a lo que sostuvo el presidente del SENADO Gerardo Fernández Noroña, de que ellos conducen un tráiler y los oponentes un Volkswagen y que el choque será inminente, por lo que sabemos quién ganará esta confrontación.
¿Seguiremos siendo un país feliz, contento con el gobierno de locura de los morenos?
¿Perderán el poder en las elecciones del 2027, por tanto, atropello?
¿Seguirán las confrontaciones durante tres años, hasta que las próximas elecciones se den?
La moneda está en el aire, aunque muchos no deseamos la confrontación y si el diálogo para resolver las diferencias, lo que los morenos no han querido tener porque solo sus pistolas truenan, no está en su ADN.
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