ALBERTO F. MENA MALLEN
Conforme avanza la 4T de Morena, ahora con la calca de Claudia Sheinbaum, que aplicará el segundo piso y la destrucción de México en otro periodo de seis años, se percibe que a estos personajes no les importan voltear a ver a quienes no votaron por ellos en las pasadas elecciones, además de que traen prisa por aprobar la reforma judicial que, según la mandataria, será ejemplo en el mundo de un proceso para elegir mediante el voto a impartidores de justicia, jueces. magistrados y ministros.
En tanto, en Harvard, abogados de diversos países, se ríen de la misma cuando se da a conocer uno de los requisitos que se solicitan para poder participar en la elección como son las cinco cartas de recomendación de vecinos para que pueda tener acceso a la elección, aunque lo cierto es que este plan morenista será el segundo en Latinoamérica, después de Bolivia de implementar este sistema, que ha tenido diversos problemas desde su implementación en 2009 y en sus dos elecciones del 2011 y 2017. Actualmente se busca prorrogar el mandato de estos servidores públicos por cuestiones políticas y más problemas.
López Obrador que buscó desde el inicio de su gobierno, dejar atrás la designación para dar paso a lo que ha llamado la democratización del Poder Judicial de la Federación, estableció en su controversial iniciativa que serán los tres poderes los que postulen a los candidatos a cargos de jueces, magistrados y ministros, los cuales deberán hacer campaña y será el Instituto Nacional Electoral (INE) la instancia encargada de los comicios, los resultados y la entrega de constancias de mayoría.
Especialistas en temas electorales, académicos y organizaciones relacionadas con el Derecho, tanto nacionales como internacionales, han afirmado que dichos comicios, que se efectuarán en junio de 2025 y cuyo proceso ya inició, será todo un galimatías de enredos y problemas tanto para quienes organicen las elecciones como para los ciudadanos que deban votar para elegirlos, ya que las boletas son tantas que desencantará a los electores para su participación. Se augura una gran abstención.
Pero estas elecciones serán “un ejemplo para el mundo”, señaló la doctora Sheinbaum con un dejo de presunción, aunque se ha haya roto todo un sistema que fue preparándose con los años para que la justicia en México se especializara, aunque la permisividad y la falta de supervisión permitieron la corrupción y el mal manejo organizacional de la misma.
Ahora se comenzará de cero, -aunque la mitad del personal que deberá adquirir experiencia, se elija en 2025 y el resto en 2027-, lo que acarreará diversos problemas para quienes soliciten y recurran al poder judicial para tratar sus casos, y más cuando el personal del mismo se encuentra en paro, lo que aglutina el trabajo de miles de expedientes que esperan sean atendidos.
Los morenistas y aliados, son tan peleoneros y “sácale-punta” que ahora buscan integrar a la Constitución Política reformas para que la Suprema Corte de Justicia de la Nación, no anule su reforma judicial, ante diversas suspensiones emitidas por los jueces, una de ellas definitiva, mismas que no han sido atendidas por la presidenta y su gobierno, y niegan que haya desacato, ante las irregularidades e ilegalidades que han cometido los jueces, según la argumentación obradorista que utilizan para defenderse de las tonterías que se cometen y que es contraria a las opiniones de expertos y estudiosos del Derecho.
Ellos aseguran que dicha reforma judicial limitará y violará los derechos humanos de los mexicanos, por cómo ha sido planteada, sin respetar experiencia, profesionalismo, de los actuales juzgadores, quienes, por cierto, andan muy molestos porque los dejarán sin chamba, luego de que muchos de estos tienen años ejerciendo su profesión en este ámbito, misma que desaparecerá de un día para otro. Ante tal atropello, varios ya no buscarán pertenecer a este sistema.
Así como lo anterior, hay muchos ejemplos de que el gobierno de hoy no quiere a los mexicanos que no votaron por la actual mandataria. Presumen sus 36 millones de votos en las pasadas elecciones, -un 54 por ciento de participación-contra los 31 que obtuvo López Obrador, cuando la lista nominal del padrón cercana a los 100 millones de personas que deberían votar, y que con estas argumentan que “el pueblo” es quien ha decidido que se lleva a cabo la reforma judicial.
Los argumentos que utilizan los morenistas, incluyendo al Peje y a la calca de Obrador, son con sus datos y no con lo que dicta la realidad, donde se topan frecuentemente, como sucede con el asunto de la violencia e inseguridad, que ya escaló niveles peligrosos para la población, sobre todo porque continúan con el plan del macuspano de no enfrentarse con la delincuencia, tal y como sucedió con el gobierno anterior, lo que permitió que el crimen se apropiara de muchas regiones del país.
Incluso, ante esta situación donde las organizaciones criminales apoyaron el triunfo de los morenos, ahora lo podrán hacer con las elecciones de jueces, magistrados y ministros porque las condiciones y requisitos que se utilizarán así lo permitirán, ya que los carteles podrán presionar a los candidatos y partidos, incluso al mismo gobierno para elegir a quienes deseen y así continuar con la toma de poder en México.
Pero se nota que hay prisa para que se apruebe la reforma judicial, aunque pasen por encima de quien sea, ya que se menciona que así podrán evitar ser juzgados quienes hayan cometido ilícitos en la administración pasada y continuar impunes como hasta ahora lo han hecho, debido a la protección del tabasqueño hacia familiares, amigos y conocidos de la familia.
Además, no han permitido la participación ciudadana, u organismos en la discusión de dicha reforma, lo que le da un tinte de que solo quieren el poder por el poder, el cash y privilegios de los que acusan a los neoliberales de haber obtenido con sus puestos en sexenios pasados, cuando quienes pueden ser acusados de neoliberales, tramposos y mentirosos son los morenistas.
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