América Latina es «indiferente» a la ansiedad de EEUU y la región apuesta por China

Luego de que Brasil alzó la mano para sumarse a la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI, por sus siglas en inglés), la representante comercial de Estados Unidos, Katherine Tai, hizo un llamado al país latinoamericano a meditar la decisión.
«La retórica y la ansiedad de Tai no son nuevas», destaca un editorial del Global Times, en el que el analista brasileño Tiago Nogara recuerda que la titular del Comando Sur de Estados Unidos, Laura Richardson, ha sido crítica de la creciente colaboración entre China y la región.

«Estas declaraciones forman parte de una estrategia más amplia de Estados Unidos para revivir la retórica de la era de la Guerra Fría bajo el disfraz de ‘una nueva guerra fría’, haciendo eco de los principios de la Doctrina Monroe y alineándose con los esfuerzos de Estados Unidos para frenar la creciente influencia de China. No sorprende que esta retórica se haya intensificado junto con el fortalecimiento de las relaciones entre China y América Latina», destaca la publicación.

Según el diario, el endurecimiento de la postura de Estados Unidos hacia China se ha vuelto cada vez más evidente y se ha reflejado en la implementación de medidas económicas más duras contra el gigante asiático.
En América Latina, explica, esta estrategia se ha materializado a través de frecuentes comentarios de altos funcionarios estadounidenses que cuestionan las intenciones detrás de los proyectos de cooperación de China, a menudo acompañados de acusaciones de «imperialismo» o «neocolonialismo» chino en la región.
«A pesar de los esfuerzos de Estados Unidos, los gobiernos latinoamericanos y sus ciudadanos parecen cada vez más indiferentes a esos llamamientos y optan, en cambio, por fortalecer los lazos con China, el mayor socio comercial de América del Sur y el segundo más importante de América Latina en general», pondera el experto, quien destaca el hecho de que más de 20 países latinoamericanos y caribeños ya forman parte de la BRI.

La editorial considera que las inversiones chinas, en particular en energía renovable e infraestructura, siguen creciendo, lo que impulsa significativamente el desarrollo económico local.
Asimismo, el medio sentencia que «resulta irónico que las acusaciones de los supuestos intereses depredadores de China en América Latina provengan de Washington, que durante décadas ha tratado a la región como su patio trasero, interviniendo rutinariamente para proteger sus propios intereses».

En la década de 2000, la recuperación económica de América Latina estuvo estrechamente vinculada a su creciente sinergia con China, que se convirtió en un socio comercial indispensable que sigue fortaleciéndose.
«Como resultado, es poco probable que las declaraciones de los funcionarios estadounidenses resuenen en los países latinoamericanos. Sus afirmaciones carecen de credibilidad si se las compara con la cooperación tangible entre China y América Latina y no reflejan el propio historial de Estados Unidos en la región. Los vínculos entre China y América Latina se han construido sobre el respeto mutuo y la no interferencia», concluye. Sputnik

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