Punto de Vista
Por Jesús Michel Narváez
Sinaloa se incendió hace 46 días y el fuego sigue más vivo que un dolor de muelas.
Cuestionamientos por la forma que ha desgobernado el actual responsable de la conducción de la entidad, han ido en aumento y ya un grupo de ciudadanos ha propuesto la revocación de mandato, algo que todavía está por verse si procede.
Eso, claro, no le preocupa al doctor Rubén Rocha Moya.
Muestra de ello es que ayer se reunió con la secretaria de Gobernación y ¿de qué hablaron?, seguramente de la situación que priva en la entidad. Es de suponerse que no se contaron chistes ni anécdotas y que se revisó la “estrategia” para regresar la paz que rompieron los criminales y desataron la guerra entre chapitos y mayitos.
Esa no fue la única visita que realizó el exrector de la Universidad Autónoma de Sinaloa.
Sin estar en el cuarto día de la Semana Santana, recorrió si no las 7 casas sí cuando menos tres.
Gobernación, San Lázaro y el oropelesco edificio del Senado. En la cámara alta no hubo información al respecto.
Ah, pero en San Lázaro, por supuesto que sí y en voz del coordinador, Ricardo Monreal, el único que tiene redes sociales personales y se utilizan para difundir sus dichos y sus actos.
“Nos reunimos con el gobernador de Sinaloa, Rubén @rochamoya_, quien describió la situación que vive su estado; diputadas y diputados de todo el país le mostramos aprecio y solidaridad.
Nuestro apoyo al pueblo sinaloense; deseamos que recuperen su tranquilidad y paz. Confiemos”, dijo el zacatecano.
Si los buenos deseos se hicieran realizada, el señor Monreal ya contaría con su capilla en la que se le reconocería la capacidad de lograr los milagros.
Más allá de confiar en que los sinaloenses recupere su tranquilidad y paz, sí hay acciones que podrían ser comparables con “milagrosos” cambios en las reformas constitucionales en las que, apenas aprobadas y publicados los decretos, ya se llevaron a cabo las “contrarreformas”.
Y eso no es fácil ni siquiera para quien para estar al frente de la Junta de Coordinación Política durante la LXVI se atrajo a 7 diputados del PVEM y del PT. Conformó la mayoría simple gracias a sus adláteres. Así, tal y cual lo hace su mancuerna en el Congreso federal, Adán Augusto López Hernández, controla la Mesa Directiva y la Jucopo. (El tabasqueño se apropió, además, del Instituto Belisario Domínguez. Para eso es el poder que le otorgó “el pueblo”, aunque sa senador de lista).
El caso de Rocha Moya es patético.
Acude a la ciudad de México y abandona, aunque sea por días u horas, el infierno en el que se ha convertido Sinaloa.
Viene por las “bendiciones” presidenciales y, por supuesto, de los “ángeles” guinda que cobran en las cámaras al Congreso de la Unión.
Y como ya expresó la presidenta que en su gobierno no hay impunidad y que si hay pruebas en contra del gobernador, que se presenten. Ah, claro, pidió no hacer caso de las informaciones que se difunden día con día y que relatan el número de muertos, de desaparecidos, de víctimas colaterales, cierre de negocios, comercios, oficinas y paralización del transporte público, además de escuelas.
Quizá, solamente quizá, las bendiciones de sus admiradores, sean suficientes para que siga en el cargo, aunque no gobierne para nadie… ni para los criminales.
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