Urge que se Legisle en México Sobre la Inseguridad ¿Ahora?

A la Vuelta de la Esquina

*La Respuesta Está en el Aire… que Sopla en el Congreso de la Unión 

IVÁN RUIZ FLORES

¿Qué hay de la seguridad en México, considerado el más grave problema de todos los que enfrenta el país en la actualidad?

Todavía nada que conmueva al universo o que surta algún efecto. Y sí, en cambio, gran coraje, irritación, tristeza y… muchas críticas por la falta de resultados y lo endeble de las posibilidades para avanzar en la materia.

Ante ello, entre los habitantes de la República Mexicana existe enorme preocupación, ya que estamos peor que antes de que iniciara el pasado sexenio (2018-2024) y no hay nada para avizorar alguna mejoría.

La desazón se ha estado demostrando, por ejemplo, en el Congreso de la Unión y quedó plasmada en decenas de iniciativas presentadas por los legisladores de las bancadas de las cuales, en el Instituto Belisario Domínguez, del Senado de la República, hacen una síntesis de lo que hay.

El doctor Juan Pablo Aguirre Quezada, investigador del IBN, en la “Mirada Legislativa” de octubre, bajo el título de “Seguridad Nacional en México y sus iniciativas en el Congreso durante la LXV Legislatura” explica el trabajo realizado por aquellos legisladores.

¿Estamos peor que antes?, nos preguntamos.

Indudablemente, es nuestra la respuesta. 

De ahí que mirando al pasado con tristeza resaltemos:

“La historia de la seguridad nacional en México -señala el investigador- se remonta a la toma de decisiones como país independiente hace 200 años. Durante el siglo XIX las amenazas eran guerras civiles e invasiones extranjeras como la expedición española al mando de Isidro Barradas (1829); conflicto con Texas (1836); la guerra de los pasteles contra Francia (1838); contra Estados Unidos (1846- 1848); y la intervención francesa e imperio de Maximiliano de Habsburgo (1862 -1867). Posteriormente, en una etapa al final de esa centuria, la situación de nuestro país tuvo mejoras, lo que coincide con la definición de este concepto, que busca “preservar las condiciones de paz, libertad y justicia en que se sustenta el orden jurídico constitucional, permitiendo el desarrollo soberano del país” (Angulo s/f, 19).

Sí, hubo de todo. ¿Y en este terrible siglo XXI?

A juicio de Aguirre Quezada y de los expertos, por ejemplo, “…los delitos cibernéticos son una de las principales amenazas a la seguridad nacional de nuestro país, debido a los riesgos que puede generar en materia financiera, protección ciudadana, protección de datos personales, defensa nacional, uso del espacio aéreo, soberanía marítima, entre otros. Al respecto, se destaca que “las tecnologías han creado nuevos problemas a la seguridad nacional que antes no existían y que, por lo tanto, el Estado debe atender” (Romero, 2018, p. 71). Por lo que estos desafíos son una realidad, por ejemplo, cuando se llevan a cabo ciberataques a la red o portadas web de las instituciones de gobierno o de organismos descentralizados y paraestatales”. 

No es todo, desgraciadamente…

Otra amenaza a la seguridad nacional consiste en factores climáticos que pueden afectar las diferentes actividades humanas con consecuencias como escasez de agua, afectación de cultivos, problemas de migración, entre otros. De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (ONU) “el quebranto de la seguridad ambiental, como resultado de los impactos del cambio climático, puede repercutir de manera específica en la pérdida de territorio y en el potencial colapso de la vida social, económica y política” (ONU, s.f. p.3). Por tanto, una de las aristas que debe enfrentar nuestro país para garantizar el bienestar de su población es brindar soluciones y mitigar los efectos del cambio climático”.

¿Y el narcotráfico que tiene postrado al país?, preguntarán ustedes.

Dice el doctor Aguirre Quezada: 

“Algunas voces sostienen que abordar los desafíos de la seguridad pública dentro del conjunto de actividades que considera la seguridad nacional “es importante porque se han incrementado la delincuencia y el narcotráfico en los últimos años provocando efectos en la seguridad ciudadana en los ámbitos nacional y fronterizo” (Ramos, 2005. p.34). Debido a los efectos nocivos que puede tener en contra de la legalidad, riesgos para la población, así como el uso legítimo de armas para las fuerzas policiales y militares, es necesario que la seguridad pública sea un componente de la seguridad nacional. Por tanto, uno de los aspectos en los que es más visible las políticas públicas en la materia es el combate a la delincuencia”.

Tristemente, basta observar los ríos de sangre en Sinaloa, Guerrero, Michoacán, Sonora, Chiapas, Veracruz y un largo etcétera para darse cuenta de la urgencia de que se legisle en la materia, pero sensatamente y sin conceder privilegios a los ejércitos de narcos.

LA RESOLUCIÓN DE 

INICIATIVAS PENDIENTES 

Evidentemente hay preocupación por la seguridad en México y de ahí que durante la LXV Legislatura de la Cámara de Diputados y del Senado de la República, se presentaran 79 iniciativas en la materia de las cuales, explica el investigador del IBD, seis son reformas constitucionales, mientras que, las 73 restantes modifican leyes secundarias. 

Explica, además, que las mencionadas seis iniciativas de reforma constitucional están pendientes de ser discutidas y analizadas en sus comisiones de Cámara de origen, es decir dos en la Cámara de Diputados y dos son del Ejecutivo Federal.

Se trata de reformar los artículos 16, 25, 26, 27, 28, 30, 32, 33 y 37 de la Constitución.

Acerca de las 73 iniciativas de leyes secundarias, refiere el investigador, 60 están pendientes de análisis y discusión en Comisiones en Cámara de origen; cinco fueron retiradas; cuatro fueron publicadas en el Diario Oficial de la Federación; tres recibieron dictamen negativo en Cámara de origen; y una está pendiente de análisis y discusión en Comisiones de Cámara revisora.

A juicio de Aguirre Quezada:

“En la LXVI Legislatura el tema de seguridad nacional tendrá desafíos para las y los representantes populares tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado de la República, a fin de resolver temas novedosos como la ciberseguridad; abasto de agua y de alimentos; combate a la delincuencia organizada; defensa de la soberanía nacional; riesgos epidemiológicos; vigilancia del territorio terrestre, marítimo y espacio aéreo; entre otros temas de trascendencia para nuestro país”.

Y en esas estamos…

No tardarán pues en cumplir con su deber los nuevos legisladores, ante la gravedad de los problemas en el país, a menos que… sí, a menos que le saquen al bulto.

  

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