De Plácemes el Crimen Organizado  Ante el Debilitamiento Gubernamental

 

*En Ningún País del Mundo Medianamente Democrático se Rompe el Estado de Derecho, 

*Tampoco se Fulmina la Independencia de los Congresos Supremos Tribunales o Cortes

*Juristas, Académicos, Ministros, Jueces y Magistrados, no Fueron Escuchados 

*El Proceso Ingresó en el Túnel de la Tenebrosidad y no Habrá Amparo Alguno Detenga la Elección

*El Oficialismo no Tuvo Empacho en Avasallar a las Oposiciones y Aprobar Fast-track el Dictamen

*Las Próximas dos Semanas Serán de Tensión Electoral y de Preocupación General

*El Colofón Será que la Carrera Judicial Está Siendo Sepultada 

 

JESÚS MICHEL NARVÁEZ

Contra toda lógica, el senador Gerardo Fernández Noroña, tiene razón.

Afirmar que la selección de aspirantes a jueces, magistrados y ministros de la Corte mediante el uso de la tómbola, es “un hecho inédito” … “estamos haciendo historia” … “en ningún país del mundo se ha democratizado el poder judicial como en México” … “el pueblo decidirá y se acabarán los privilegios y la corrupción”.

La razón le asiste, así como a la presidenta Claudia Sheinbaum, porque, en efecto, en ningún país del mundo medianamente democrático se rompe el Estado de Derecho, se fulmina la independencia de los Congresos y los Supremos Tribunales o Supremas Cortes. Bolivia eligió a los magistrados del Supremo Poder, pero no a la totalidad de juzgadores. 

En Venezuela, el reelecto mandatario tiene todo bajo control mediante la fuerza militar; de Nicaragua, no hablar: es el país de un solo hombre -aunque se afirma que la que tiene el poder es su esposa- y en Cuba hace 60 años que no existe la democracia. 

En Europa y Asia las cosas también son democráticas las conformaciones de los Estados. Con excepción de Corea del Norte, la inmensa mayoría de naciones optó por la democracia y la división de Poderes es un hecho real sin que, en el judicial, se hayan elegido los jueces en comicios abiertos. El privilegio de los Congresos es tener la capacidad de tamizar a los aspirantes y darles el visto bueno o rechazarlos. Algo que se perderá totalmente con la “inédita acción” que inventó el expresidente para “dar oportunidad” para que todos los morenistas quedaran satisfechos. La suerte acompaña a algunos y a otros los abandona.

La reforma al poder judicial federal alcanzará a las 32 entidades del país y serán sus congresos locales los que pongan en línea sus constituciones con la federal.

Si bien el Instituto Nacional Electoral realizará la elección el primer domingo de junio del 2025, no hay garantía de que los sorteados no sean avasallados por los intereses del gobierno y Morena y, el riesgo mayor: la participación del crimen organizado para “elegir a sus jueces”. 

De suyo, es conocido que los grupos del crimen organizado y el narco, tienen notable “influencia” en no solamente los juzgadores sino en los ministerios públicos, federales y estatales, que conviven con ellos por “la buena o por la mala”.

Como bien se ha señalado “la justicia no se rifa”. No es el camino a seguir.

Sin embargo, el senador Jorge Carlos Ramírez Marín, sostiene que es una decisión que democratizará el Poder Judicial.

“Me dicen: ¿un albañil y un chofer de Uber pueden ser jueces? y responde que sí”.

El senador por el PVEM afirma que los requisitos -publicados en la convocatoria el pasado día 15- están claros y no se trata de inventar jueces o magistrados. Por supuesto, se podrán inscribir quienes aspiren a ocupar una de las plazas, pero será el comité de evaluación el que decidirá si son idóneos para la responsabilidad que tendrán al ser juzgadores.

ESCABROSO

PROCESO 

Desde el momento en que se aprobó la iniciativa presidencial -dada a conocer el 5 de febrero- y discutida en “parlamento abierto” de los que dijo el coordinador de Morena en la Cámara de Diputados, Ignacio Mier Velasco, que oirían los planteamientos de juristas, académicos, ministros, jueces y magistrados, pero no serán escuchados, el proceso entró en el túnel de la tenebrosidad.

Ricardo Monreal Ávila, el sucesor de Mier, mantuvo y mantiene la misma postura. La orden es precisa y concisa: la reforma judicial va y no habrá amparo alguno que la detenga, confirma la presidenta Claudia Sheinbaum.

Las prisas para dictaminar la iniciativa, a la que se le hicieron ajustes mínimos, mereció el cuestionamiento de los expertos constitucionalistas.

La velocidad impresa para que el avance del proceso brincara todas las barreras, impidió escuchar las voces de quienes se han preparado para saber cómo y en qué casos interpretar los textos constitucionales o en su defecto recurrir a la literalidad.

Con mayoría calificada en la Cámara de Diputados y a pesar de los cientos de reservas de las oposiciones y una de Morena -con la que se le dio luz verde a la consejera presidenta para nombrar directores sin aprobación colegiada-, el oficialismo no tuvo empacho en avasallar a las oposiciones y aprobar fast-track el dictamen correspondiente y enviar la minuta al Senado de la República con velocidad supersónica.

Todo estaba programado excepto un punto: Morena no tiene mayoría calificada y desde la instalación de la Legislatura requería de tres senadores más para alcanzar la añorada fuerza que le permitiera completar el regalo para el expresidente mexicano.

Y surgió la voz del enfermo que recibió el milagro y sanó en unas cuantas horas.

Dos senadores del extinto PRD fueron los primeros en sumar a Morena y aliados. Faltaba uno. Y llegó el 11 de septiembre para otorgar su voto a favor de la reforma y sumar la tragedia de México a las de Chile y Nueva York.

Ricardo Monreal Ávila, el sucesor de Mier, mantuvo y mantiene la misma postura. La orden es precisa y concisa: la reforma judicial va y no habrá amparo alguno que la detenga, confirma la presidenta Claudia Sheinbaum.

Con todo el andamiaje político logrado con “interpretaciones” a la Constitución, Morena asestó el golpe final con la instrucción de 4 integrantes del Consejo de la Judicatura Federal al ordenar la entrega de las listas de vacantes y el número total de jueces, magistrados y ministros, que dos jueces federales ordenar suspensiones provisionales, mismas que fueron desacatadas por los diputados y senadores de Morena y sus adláteres, Partido del Trabajo y Partido Verde Ecologista de México, con lo cual Gerardo Fernández Noroña festejó el fallo del CJF y ordenó realizar la tómbola de la cual salieron sorteados 800 nombres de los que se desconoce para qué cargos jugarán y si llena los requisitos establecidos en la larga convocatoria publicada, será el comité de evaluación, del que se desconoce hasta ahora quiénes lo integrarán, el que decida si los aspirantes son idóneos o no.

Aunque se prevé que las leyes secundarias reformadas ya, garanticen la legalidad de la elección de quienes se convertirán en jueces, magistrados y ministros del Poder Judicial de la Federación, el tema no está agotado.

La organización de la elección, a cargo del INE de Guadalupe Taddei -ya es de ella- ha presentado más problemas de los esperados y los números que suplieron a las manecillas de los relojes, no se detienen.

Serán las próximas dos semanas, de tensión electoral.

EL SIMIL DE ELEGIDOS:

PASANTES DE MEDICINA

Con el resultado del tenebroso proceso rematado con la rifa de los cargos, la carrera judicial fue sepultada.

Hasta antes de la reforma, para ser juez se estudiaba y se pasaba por un aprendizaje in situ. Es decir, auxiliares de los auxiliares de los jueces; alcanzar el cargo de secretario del juzgado, era un avance que conducía a ejercer el cargo de juez por ministerio de ley y finalmente, la el Pleno Suprema Corte de Justicia de la Nación proponía los ascensos y se llegaba a ser juzgador titular.

La reforma termina con “la tramitología” como la determinaron algunos de los legisladores del oficialismo y se dará oportunidad a los jóvenes que hayan terminado sus carreras de abogados en las diferentes ramas del derecho, entre ellas, penal, laboral, administrativo. Los experimentados que ya ejercen como juzgadores se niegan, en su mayoría, a participar en la elección. Algunos declararon que la “lucha debe darse desde dentro” y por tanto estarán en las boletas electorales.

La opinión del senador Ramírez Marín es parte de la defensa al derruir la institución judicial como la conocemos hasta ahora. 

¿Albañil o chofer de Uber?

Misión Política consultó con algunos juristas -cuyos nombres pidieron ser reservados- sobre la efectividad que tendrán los nuevos jueces que llegarán sin la mínima experiencia para dictar sentencias.

“El símil es claro: un pasante de medicina, por avanzado que se encuentre, no sabrá como realizar una cirugía de corazón. Las técnicas han avanzado y en la mayoría de casos ya no se requiere de practicar una operación a corazón abierto”, comenta un constitucionalista experto en materia penal.

“¿Usted le confiaría a un albañil o a un chofer de Uber que haga los planos de su casa y la construya? Es evidente que no. Claro, si quiere un hogar con deficiencias, inseguridad y a costo bajo, lo mejor sería estudiar en lo personal y diseñar su propio hogar”, apunta un prestigiado ingeniero civil.

“El problema no es si los elegidos tienen conocimientos en alguna rama del derecho. El asunto es que para dictar sentencias se requiere, por ejemplo, a una disputa de patria potestad, hay que entender el derecho familiar y no condenar o condonar las acciones sin valorar, con datos precisos”, expone un licenciado en la materia.

La coincidencia en la valoración de los casos que se judicializan es sorprendente. 

En primer lugar, se encuentran los delitos penales. Es el tema que necesita pruebas irrefutables para tomar la decisión. Y es común que se deje en libertad a un peligroso delincuente por la mala integración de la carpeta de investigación o que se ordene la prisión preventiva oficiosa a un inocente solamente porque el ministerio público -federal o estatal- tiene una “buena relación” con el juzgador.

No están exentos los casos en los cuales los acusados por delitos de cuello blanco son liberados por las influencias políticas o económicas con las que cuentan.

LA SÍNTESIS

La “inédita” reforma judicial, “única en el mundo”, podría convertirse en el conejillo de indias para que nunca, en cualquier país mediamente democrático, se realice algo similar. 

La promesa de que será una elección democrática que “beneficiará a los pobres y terminará con los privilegios de los ricos”, dista mucho de ser realidad en el corto plazo. 

La inexperiencia de los futuros juzgadores será el muro insalvable para que la justicia seda pronta y expedita y se enfoque a los que menos tienen.

 

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