Punto de Vista
Por Jesús Michel Narváez
A partir del uno de octubre, resalta el eco político como nunca.
La primera presidenta de México, repitió en su mensaje inaugural de su nuevo cargo, las mismas palabras de su antecesor y mentor.
Con cuatro días de diferencia, la tercera -la primera fue Rosario Robles- mujer que ocupa la jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, piso sobre las huellas marcada por el expresidente y por la sucesora.
Se entiende que la conductora de los destinos del país por los seguramente seis años, inicie su mandato regalando loas innecesarias al “mejor presidente de México” y que, esperamos, con el tiempo se le agoten las ganas de ser obsequiosa.
Si bien su mensaje del uno de octubre tiene fuerza femenina, hay que entender el género y no cuestionarlo.
A la que se le debe poner en tela de duda la capacidad para gobernar una de las ciudades más grandes e importantes del globo terráqueo, es a quien mostró que le encanta el juego de infantil -se enseña en el segundo grado de primaria- “los de adelante corren mucho, los de atrás se quedarán” o “lo que hace la mano hace el de atrás”.
Repitió como plumífero de lengua negra, textuales palabras de la máxima autoridad del poder Ejecutivo Federal.
Sin pretender minimizar en momento alguno el triunfo del feminismo, en México las dos mujeres muestran que tienen sed de venganza en contra de los hombres. Se reconocen sus victorias y se aplauden. Sin embargo, sus mensajes están dirigidos solamente a las mujeres.
Con la frase “es tiempo de mujeres”, dan a entender que será por lago tiempo que tendrán el poder y que los varones tendremos que acostumbrarnos a obedecer órdenes -lo que hacemos muchos, sobre todo en casa- que nos indiquen.
Si los mejores empleos y salarios serán reservados para el sector femenil, será la recompensa que debieron recibir desde hace cuando menos cinco décadas –con respecto a México- pero, el perverso, pero siempre aparece, sugeriríamos que cada cual muestre sus capacidades.
En el caso de la presidenta parecen ser ya conocidas y sus palabras solamente tiene agradecimiento para su mentor y las mujeres y no hay alguna respecto a los hombres.
Por cuánto a la jefa de gobierno, se esperaba un mensaje conciliador y no de marginación. Tener un gabinete paritario no hace la diferencia si el discurso y las acciones solamente tiene como fin el sector femenino.
Es una reacción que se cuestionó por la forma en que los hombres se referían a las mujeres y por sus acciones políticas -no hablamos de otras actividades- que, generalmente restringían ascensos, salarios, presencia en eventos públicos y hasta en los privados. Un ejemplo de esto último lo dio Olga Sánchez Cordero cuando fungió como secretaria de Gobernación y formaba parte del gabinete de seguridad en las reuniones matinales. Palabras más, palabras menos, dijo que el machismo estaba presente por la manera de ser ignorada por los hombres con los que tenía que dialogar.
La jefa de gobierno de la capital del país no está obligada a repetir palabra por palabra de las expresadas por la presidenta. Comprensible que siga la línea político-ideológico pero las responsabilidades no son “paritarias”. Ella, la presidenta, tiene que gobernar una nación en crisis política, educativa, económica, social.
Ella, la jefa de gobierno, solo gobierna la capital del país.
Hace falta presentar ideas propias y no sr el eco, eco, eco, de la presidenta, que su vez es el eco de su mentor. E-mail: jesusmichelmp@hotmail.com, Facebook Jesus Michel, X @misionpolitica y en Misión, Periodismo sin Regaños martes y jueves de 16 a 17 horas por Radio Cañón en el 760 de amplitud modulada.