Ucrania sigue «jugando con fuego», poniendo en riesgo la seguridad de la central nuclear en la región rusa de Kursk, declaró el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, comentando el reciente ataque de Kiev en las cercanías de la planta.
«En realidad, Kiev continúa jugando con fuego», enfatizó el vocero ante la prensa.
Moscú, aseguró el vocero, mantiene contacto con el Organismo Internacional de Energía Atómica sobre la situación en materia de seguridad en la central nuclear.
El 3 de octubre, el gobernador de la provincia de Kursk, Alexéi Smirnov, informó que cerca de la ciudad de Kurchátov, donde se ubica la central, «los medios de guerra electrónica suprimieron un dron ucraniano tipo avión» y, como resultado de su caída, «se produjeron explosiones en una dependencia que no está relacionada con la planta nuclear de Kursk».
Por su parte, desde la corporación rusa de energía nuclear Rosatom aseguraron que la central opera con normalidad tras el ataque.
La planta nuclear de Kursk está ubicada a unos 75 kilómetros de la frontera con Ucrania y cuenta con cuatro reactores RBMK-100, el mismo modelo que el utilizado en Chernóbil. Sputnik