La corporación aeronáutica estadounidense Boeing sufre una huelga, primera desde 2008, justo cuando no consigue salir de una serie de escándalos relacionados con la calidad de sus productos y se enfrenta a un desplome de la cotización de sus acciones y a la amenaza de una baja calificación. ¿Qué originó ese paro y qué presagia para las partes?
Desde 1948, los empleados de Boeing irrumpieron en huelga siete veces durante una media de 58 días cada una. El último paro tuvo lugar en 2008, duró 57 días y le costó a la empresa unos 1.500 millones de dólares al mes, es decir, 50 millones al día.
Boeing, uno de los mayores fabricantes de Estados Unidos, emplea a casi 150.000 personas en todo el país y a más de 170.000 en todo el mundo. ¿Con qué se motiva esa nueva huelga que afecta aproximadamente a una quinta parte de los empleados de la empresa?
«Solo queremos un salario justo»
En julio de 2024, los empleados de la planta Boeing en Seattle anunciaron una huelga, con la que pretendían que la dirección incrementara los salarios un 40% a lo largo de los próximos tres años en nuevo contrato. El convenio anterior expiraba el 12 de septiembre.
«Solo queremos un salario justo. No somos codiciosos. Es difícil vivir en este estado [de Washington]. Uno tiene que cobrar más de 160.000 dólares [al año] para comprar una casa», cita AP a un electricista de una planta de Boeing.
A principio, Boeing consiguió evitar el paro al alcanzar el 8 de septiembre un acuerdo provisional con la Asociación Internacional de Maquinistas y Trabajadores Aeroespaciales (IAM), que preveía un aumento salarial del 25% a lo largo de los cuatro años del contrato, en lugar del 40% en que insistía el sindicato.
El salario más bajo entre los empleados de la empresa es de 15,74 dólares la hora, con un máximo de 23,74 dólares. Los trabajadores altamente cualificados ganan entre 26 y 51,44 dólares la hora. Con ello, el salario mínimo en el estado de Washington se estipula en 16,28 dólares por hora.
La compañía propuso también un aumento de las cotizaciones a las cuentas de jubilación, una reducción de la cuota de los empleados en los costos del seguro médico y vacaciones más largas.
Inicio de la huelga y estancamiento de las negociaciones
Sin embargo, a primera hora del 13 de septiembre, unos 33.000 trabajadores que construyen aviones comerciales de Boeing en Seattle y Portland abandonaron sus labores, luego de que la gran mayoría de los miembros de la IAM votaran a favor rechazar un contrato provisional que habría aumentado los salarios un 25% en un período de cuatro años.
De acuerdo con medios locales, la huelga inició tres horas después de que la rama local del sindicato anunciara que el 94,6% de los trabajadores votantes rechazaba el contrato propuesto y el 96% aprobaba el paro laboral, superando fácilmente el requisito de dos tercios.
La compañía, a su vez, respondió al anuncio de huelga diciendo que estaba «dispuesta a volver a la mesa para alcanzar un nuevo acuerdo».
Al mismo tiempo, se comprometió a enviar a decenas de miles de huelguistas de permiso sin sueldo, informó Reuters, citando una declaración del director de la compañía, Kelly Ortberg.
Según el medio, a algunos empleados se les ha pedido que se ausenten del trabajo cada cuatro semanas durante todo el periodo de huelga, mientras que los ejecutivos de Boeing «sufrirían recortes salariales proporcionales mientras dure la huelga».
La dirección también aseguró que no impedirá la reincorporación de los empleados despedidos una vez que las partes lleguen a un acuerdo y finalice la huelga.
El 23 de septiembre, la empresa aceptó hacer concesiones e hizo en tono de ultimátum «la mejor y última» oferta, ofreciendo un aumento salarial del 30% en cuatro años, pero los huelguistas volvieron a rechazar la proposición el 27 de septiembre, pues pretendían un aumento del 40%. La manera en que lo hizo Boeing también desató un escándalo adicional: en lugar de haberla enviado a los representantes del sindicato, la enviaron directamente a todos los miembros del sindicato.
«Las negociaciones fracasaron y, por el momento, no tenemos programadas más fechas. Seguimos abiertos a dialogar con la empresa, ya sea directamente o a través de un mediador», anunció la IAM en su sitio web.
Conforme con el comunicado del sindicato, la empresa «no se comprometía sustancialmente» en las cuestiones como el aumento salarial, una progresión de sueldo más rápida y más tiempo libre remunerado.
A continuación, el 2 de octubre, el sindicato instó al CEO de la empresa que «se implique de verdad» en las negociaciones. Además, IAM realizó una encuesta entre sus miembros en la que se mostraba que compartían esta postura y además consideraban «una falta de respeto» hacer pública la propuesta sin acuerdo previo con el sindicato, informó Financial Times.
Por su parte, Boeing también se mostró dispuesta a reunirse de nuevo con el sindicato y «negociar de buena fe para llegar a un acuerdo lo antes posible».
¿Cuánto le costará a Boeing?
Expertos ya han empezado a calcular las pérdidas de la empresa. Por ejemplo, según una estimación del banco de inversión TD Cowen, el paro podría costarle a Boeing al menos 3.000 millones de dólares, señaló The New York Times.
Pero además de las pérdidas monetarias directas y de tener paralizado ya la producción de sus aviones 737, 767 y 777 MAX, puede haber consecuencias de mucho mayor alcance para la empresa.
Al nada más empezarse la huelga, las agencias de calificación como Fitch, Moody’s y S&P Global Ratings pronosticaron una desaceleración de la recuperación de Boeing y una rebaja de su calificación crediticia.
En concreto, Moody’s sitúa a Boeing en Baa3 y Fitch en BBB-, ambos solo un escalón por encima de la calificación de basura.
Un descenso a esa categoría aumentaría los costos de endeudamiento de Boeing en un momento en el que «está perdiendo dinero en algunos contratos de defensa, y su negocio espacial se ha visto acosado por retrasos y sobrecostos» y ha acumulado una deuda de 58.000 millones de dólares. La capitalización de la compañía ha caído un 41,7% desde principios de 2024.
Si la calificación de Boeing cae por debajo del grado de inversión, se limitaría su capacidad para obtener capital de deuda, y sus bonos quedarían excluidos de los fondos de pensiones y muchos otros inversores que solo pueden invertir en instrumentos con grado de inversión, explicó el portal MarketWatch.
Igualmente, dependiendo de la duración de la huelga, puede acarrear problemas a los múltiples socios de Boeing.
Por ejemplo, el 25 de septiembre, Financial Times informó de que el proveedor de fuselajes de Spirit AeroSystems, empezaría a obligar a sus empleados a tomar vacaciones dentro de tres semanas si la huelga no ha terminado para entonces. Spirit es el principal suministrador para Boeing y se espera una fusión entre las dos empresas.
Junto con los fabricantes de fuselajes y alas como Spirit AeroSystems, los proveedores de componentes de cabina, incluida Collins Aerospace y RTX Corp se encuentran entre los más vulnerables al impacto de la huelga.
El 1 de octubre, Bloomberg reportó que Boeing está considerando recaudar al menos 10.000 millones de dólares ofreciendo nuevas participaciones para reponer reservas agotadas por la huelga de empleados.
Entretanto, el director gerente de AeroDynamic Advisory, Kevin Michaels, considera que «todas las cartas todavía están en manos de los trabajadores, y si Boeing aún no se ha dado cuenta, simplemente tiene que solucionar el problema lo antes posible». Sputnik