Por Juan Ignacio Martí
El proceso evolutivo (en la naturaleza, la humanidad, el universo) se da por la dinámica de la dialéctica (tesis, antítesis y síntesis). La diversidad es fundamental, necesaria, para que se active la dialéctica, y el proceso evolutivo sea continuo.
La 4T se plantea (nada nuevo) como algo definitivo, permanente, estático. “Para los próximos 30 años o más” dijo un senador morenista. “Morena y el Estado (los tres poderes) ahora son uno (le llamó “singularidad”)” dijo el heredero del negocio llamado partido político Morena. “La disidencia es traición a la patria” afirma el heredero. Nada nuevo.
Los morenistas tienen que eliminar la diversidad para mantenerse por tiempo indefinido en el poder. El poder por el poder mismo. Sin entender que el poder es responsabilidad (para construir en un proceso evolutivo una sociedad perfeccionable permanentemente).
La “ideología” de los políticos que no tienen el poder, pretenden sea la antítesis de la tesis del partido político en el poder. Una vez que logran el poder, destruyen todo el proceso evolutivo anterior (“antes de la revolución y después de la revolución “ repetían incesantemente en los países comunistas del siglo pasado, ahora desaparecidos). Y le aseguran a la sociedad que la permanencia de su “ideología” impositiva la llevará a un mayor nivel de bienestar. A un desarrollo idealizado.
Ignoran que al frenar arbitrariamente el proceso evolutivo, entra la sociedad en un proceso de entropía, un proceso involutivo de autodestrucción. Como se da en la endogamia y su consecuente destrucción genética.
Los comunistas del siglo pasado, de los regímenes autoritarios desaparecidos, decían que “el capitalismo lleva en sí mismo la semilla de su propia destrucción”. Esa afirmación es una mala interpretación, y a medias, de la dialéctica.
Lo mismo se aplica al capitalismo, que al comunismo, al populismo o cualquier otro “ismo” que quiera perpetuarse rígido e inmutable en el “poder”.
El proceso evolutivo es universal, permanente, trascendente y superior al ignorante deseo de “poder” de persona o grupo alguno.