Al inaugurar una nueva presa, López Obrador minimizó la ola de violencia que padece Sinaloa, con el argumento de que no se debe estigmatizar a los habitantes del estado.
En la que fue su última gira al estado como primer mandatario, y enterado del número de fallecidos por la guerra entre criminales, afirmó: que a su Gobierno le “duelen todas las pérdidas de vidas humanas”.
Por eso estamos aquí, porque los de la Embajada de Estados Unidos sacaron una notificación (para que) no vayan a Sinaloa, que no vayan a Culiacán”, indicó el mandatario sobre la alerta emitida por el gobierno de Biden el pasado 12 de septiembre.
Según el medio local Noroeste, desde el arranque de la ola de violencia en Sinaloa el pasado 9 de septiembre, han sido asesinadas alrededor de 97 personas.
En este marco, anunció que las Fuerzas Armadas seguirán participando en los operativos de seguridad que se llevan a cabo “para evitar los enfrentamientos” en la entidad que este fin de semana cumplirán 20 días.
“Bueno, aquí estamos nosotros para decir: ¿cómo no vamos a estar aquí?, y yo confío en que pronto las cosas vuelvan a la calma porque durante todo el Gobierno no tuvimos ningún problema, fue en estos últimos días, en estos últimos meses, por una decisión que tomaron que no fue correcta y que se fraguó en el extranjero”, agregó López Obrador, durante la inauguración de la zona de riego de la presa Santa María, en la localidad de El Rosario.
Por su parte, Sheinbaum evitó hablar sobre la jornada violenta en la entidad, que afirmó “es tierra de hombres y mujeres trabajadoras” y destacó que su esposo es originario de la ciudad de Mazatlán.
Además, prometió continuar apoyando al actual gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, quien también estuvo presente en el evento, al asumir la presidencia el próximo martes.
“Vamos a seguir apoyando a Sinaloa. Si me lo permiten vamos a regresar porque ya hemos estado platicando con Rubén Rocha para informarles las obras los proyectos que van a continuar en este grandioso estado de Sinaloa”, adelantó Sheinbaum.
