Punto de Vista
Por Jesús Michel Narváez
Y 120 meses después, la exigencia se mantiene y dos gobiernos fueron incapaces de alcanzar la “verdad”, no la “histórica” redactada con elementos que, si bien no conducen al esclarecimiento, la llamada Comisión de la Verdad a cargo de Alejandro Encinas, no hilvano nada nuevo para llegar al fondo.
Los padres de los 43 estudiantes desaparecidos, saben que sus hijos no están vivos, pero la razón les asiste al insistir en conocer quién o quiénes participaron en la desaparición para, cuando menos, sean procesados y encuentren en los penales la sanción que merecen.
No se trata de cuestionar a las fuerzas armadas, pero sí demandar que los “secretos de estado” sean revelados.
Este gobierno, desde su estadía en campaña, afirmó que se trató de un “crimen de Estado”, algo que no se configuró por lo hasta ahora conocido.
Que unos policías municipales hayan participado en lo que se convirtió en tragedia, no implica que “el Estado” sa el responsable.
Si un grupo de jenízaros ejecuta a 43 personas, no es el Estado. Quizá por dinero, por drogas, por complicidades y hasta por órdenes “superiores” cometieron el crimen. Eso no es El Estado. Porque no lo representan. A lo más, serían irresponsables con quienes eligieron al alcalde que los contrató o si existiera el mando único, el responsable sería el secretario de seguridad del estado de Guerrero.
Diríase que lo antes escrito son “tecnicismos” y a nada conllevan para conocer la verdad verdadera.
Cierto.
Sin embargo, no entender que el ESTADO es la vieja definición que no ha cambiado: pueblo, territorio y gobierno.
Luego, entonces, se debe señalar que el pueblo no intervino, que el territorio está presente pero no actúa y que el gobierno, en este caso el federal, no emitió la orden ni sus empleados militares.
Queda la duda y grave, sobre la actuación de las fuerzas armadas.
Por ello, el constituyente de 1917 estableció en el artículo 129 que “En tiempo de paz, ninguna autoridad militar puede ejercer más funciones que las que tengan exacta conexión con la disciplina militar. Solamente habrá Comandancias Militares fijas y permanentes en los castillos, fortalezas y almacenes que dependan inmediatamente del Gobierno de la Unión; o en los campamentos, cuarteles o depósitos que, fuera de las poblaciones, estableciere para la estación de las tropas”.
¿Válido su uso en el gobierno de Calderón? Técnicamente sí, porque declaró “la guerra al narcotráfico”, lo cual eximía la responsabilidad de violar la paz.
Desde siempre, los militares actúan para lo que se les prepara: para defender la SOBERANÍA, coadyuvar con la sociedad a, junto con las policías civiles, conservar sus vidas y sus bienes.
Sin embargo, sin declaratoria de guerra y viviendo en “tiempos de paz”, las fuerzas armadas hacen de las suyas y ocultan sus acciones.
Los hechos de Ayotzinapa, están en los archivos de la Secretaría de la Defensa Nacional, otros en el de Marina, unos más en lo que el CISEN y muy seguramente en la hoy Fiscalía General de la República.
A 10 años de distancia, sabemos menos que cuando ocurrieron las acciones. Nadie explica la pasividad militar ante la relevancia de lo ocurrido. Estaban los soldados con sus superiores, mirando a lo lejos y no intervinieron en momento alguno. La policía federal llegó tardíamente y los marinos grabaron todo, mientras el comandante de la Zona Naval del pacífico no estaba en la región y terminó por convertirse en secretario de Marina.
¿Cómo saber la verdad si los probables involucrados en las acciones del 26 de septiembre forman parte del actual gobierno?
Gobierno que prometió y se comprometió a llegar a la verdad y lo que hizo en 5 años y 9 meses con 26 días, fue ofrecer tamales de chipilín y atole con el dedo a los padres y representantes de los 43 desaparecidos.
A lo más que llegó el gobierno, fue encarcelar al exprocurador Jesús Murillo Karam, a 16 militares 8 de los cuales llevan sus procesos en libertad y a mostrar que “para dar palos de ciego” se pintan de guinda.
Hoy será un largo y difícil día. Maestros, estudiantes y simpatizantes de los desaparecidos tomarán calles, arrojarán bombas molotov, incendiarán vehículos, marcharán con pancartas y gritos de “justicia” … “fue el Estado” … “vivos se los llevaron, vivos los queremos” que, como ha ocurrido en 10 años, no encontrarán eco en el que se va y tampoco en el que se fue. ¿Lo hallarán con la que llega?
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