La agencia de espionaje israelí Mosad colocó explosivos en 5.000 bíperes importados por la organización chiita libanesa Hizbulá meses antes de las detonaciones del 17 de septiembre que mataron a 12 personas e hirieron a miles, informó una fuente de seguridad libanesa de alto rango y recogió ‘Al Arabiya’.
«El Mosad inyectó una placa dentro del dispositivo que tiene material explosivo que recibe un código. Es muy difícil detectarlo», destacó la fuente.
Es decir, que según la fuente, los dispositivos habían sido modificados «en el nivel de producción». Agregó que 3.000 de los bíperes explotaron cuando se les envió un mensaje codificado, activando simultáneamente los explosivos.
La fuente de seguridad libanesa destacó que los dispositivos eran de la compañía Gold Apollo, con sede en Taiwán, pero la empresa respondió que no fabricaba los dispositivos, sino que los hacía una firma europea con derecho a usar su marca.
Los bíperes habían sido traídos a Líbano a principios de este año, según varias fuentes.
Los miembros de Hizbulá han estado utilizando bíperes como un medio de comunicación de baja tecnología en un intento de evitar que los israelíes los ubiquen, según los analistas.
En un discurso televisado el pasado 13 de febrero, el secretario general de Hizbulá, Hasán Nasralá, advirtió a sus filas que sus teléfonos celulares eran más peligrosos que los espías israelíes y declaró que debían romperlos, enterrarlos o encerrarlos en una caja de hierro. Así, el grupo optó por distribuir bíperes a todos los miembros, desde los combatientes hasta los médicos.
El 17 de septiembre se produjo una explosión masiva de dispositivos electrónicos de comunicación en distintas zonas del Líbano, que dejó al menos 12 muertos y más de 4.000 heridos. De acuerdo, con el Gobierno del país, fue un ciberataque de Israel. El movimiento libanés Hizbulá también responsabilizó al Estado judío de las explosiones de los bíperes.