El Medio, Justificación Para Obtener el fin; Septiembre 11, el día Trágico
*Fechas Coincidentes: Chile, Torres Gemelas
y Sepultura del Poder Judicial
*La Interpretación a Modo del Artículo 49 de la
Constitución, un Despropósito
*Las Consecuencias Visibles del “Triunfo” de la
mal Llamada 4ta Transformación
JESÚS MICHEL NARVÁEZ
Hay fechas para recordar. Algunas con alegría, otras con tristeza.
Días aciagos que preludiaron tragedias.
Uno de ellos es el 11 de septiembre.
En 1973, el golpe de estado que derribó el gobierno democrático de Salvador Allende.
En 2021, el golpe que derribó las Torres Gemelas de Nueva York.
En 2024, el golpe contra la democracia en México.
En Chile tardaron 30 años para superar el gorilato, la dictadura militar-naval-aérea, que se apoderó del país y sometió a miles de personas que exigían libertades y el regreso del orden democrático. Miles fueron asesinados. Miles fueron torturados. Miles fueron mutilados. Miles huyeron.
Para Estados Unidos, el derribo de sus Torres Gemelas, icónicos edificios donde se albergaba a cerca de 30 mil empleados, fue el más severo golpe asestado por el terrorismo que cobró cerca de 4 mil vidas. Desde entonces, el síndrome del temor a otro artero golpe, ha prevalecido entre millones de estadounidenses y particularmente en quienes habitan y trabajan en Nueva York.
En la madrugada del 11 de septiembre de 2024, en el Senado de la República los legisladores del oficialismo lograron la mayoría calificada para aprobar la minuta de los diputados oficialistas. Cooptaron a un congresista de la oposición y celebraron derribar la torre que representaba el Poder Judicial de la Federación con lo cual hicieron añicos el artículo el artículo 49 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos… todavía vigente hasta el 15, sí, el domingo cuando sea publicado el decreto de reforma judicial en el Diario Oficial de la Federación. Y cuyo corto texto señala:
El Supremo Poder de la Federación se divide para su ejercicio en Legislativo, Ejecutivo y Judicial.
No podrán reunirse dos o más de estos Poderes en una sola persona o corporación, ni depositarse el Legislativo en un individuo, salvo el caso de facultades extraordinarias al Ejecutivo de la Unión, conforme a lo dispuesto en el artículo 29. En ningún otro caso, salvo lo dispuesto en el segundo párrafo del artículo 131, se otorgarán facultades extraordinarias para legislar.
Coincidencia de fechas. Distintos años. Razones diferentes. Lo de Chile ocurrió hace 51 años. Lo de Nueva York hace 23… lo de México hace 6 días.
Un 11 de septiembre fatídico para la democracia mexicana.
Porque desde Palacio Nacional se fraguó la venganza que surgió por la aplicación de la LEY cuya vigencia impidió diversas normas y, dándole la vuelta al rechazo de las oposiciones en el Poder Legislativo, se pretendió colocarlas por encima de la Constitución.
Lo ocurrido a partir del 3 de septiembre y culminado la madrugada del 11, es el golpe más severo que ha recibido la democracia mexicana y que difícilmente resistirá en los siguientes lustros. Sin Poder Judicial Autónomo e Independiente, sin Poder Legislativo autónomo e Independiente todo quedará bajo el control del Ejecutivo federal y el país dejará de responder a la norma de pesos y contrapesos declarada por José María Morelos en su célebre y contundente documento titulado “Los Sentimientos de la Nación”.
Hoy, bajo la premisa tomada del artículo 39 constitucional, cuyo contenido se acomoda a modo y establece:
La soberanía nacional reside esencial y originariamente en el pueblo. Todo poder público dimana del pueblo y se instituye para beneficio de éste. El pueblo tiene en todo tiempo el inalienable derecho de alterar o modificar la forma de su gobierno.
Por supuesto que el cambio no apunta a la pérdida de libertades, el sometimiento de los “enemigos”, la concentración del poder en un solo ente, la dominación política, jurídica y social.
La interpretación del presidente Andrés Manuel López, de sus congresistas –porqué son de su propiedad, aunque lo niegue-, de los integrantes de su corte y los “ángeles” que lo cuidan, no es lo que 98 millones de ciudadanos quieren.
Con 36 millones de votos para la candidata presidencial y menos de 21 para Morena respecto a la elección de diputados y senadores, representan apenas al 28 por ciento de la población.
Y las elecciones de 2024 no se trataron de un referéndum.
El presidente López no estuvo en la boleta, aunque su influencia popular se convirtió en el pivote para el triunfo de su movimiento.
EL VOTO DEL
SEPULTURERO
Concediendo sin aceptar que los ciudadanos votaron, libre, secreta y universal, mayoritariamente por la coalición “Juntos Seguiremos Haciendo Historia”, no le concedieron de forma directa la facultad para desaparecer el Poder Judicial de la Federación.
Consejeros (ras) del INE, encabezados por Guadalupe Taddei Zavala, interpretaron la Constitución y la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales, en cuanto la asignación de diputaciones y senadurías mediante la representación proporcional. A pesar de los recursos presentados por las oposiciones, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación confirmó la decisión del INE, con lo cual otorgó mayoría calificada a Morena en la Cámara de Diputados mediante la sobrerrepresentación. Sin embargo, no obtuvo el mismo resultado para el Senado de la República.
Durante los primeros días de septiembre, el mes fatídico, los constitucionalistas, expertos en derecho electoral, académicos y políticos además de ciudadanos organizados, confiaron en que el oficialismo no alcanzaría la mayoría calificada en el Senado y la reforma al Poder Judicial sería desechada.
La esperanza murió.
Sí, cuando el senador veracruzano, Miguel Ángel Yunes Márquez decidió cambiar su voto en contra de la reforma por la palabra “aprobada”. Si bien es cierto que los congresistas son libres de votar en el sentido que consideren necesario y en ocasiones en contra de los dirigentes de sus partidos, también lo es que el voto de la traición daña en lo más profundo de las entrañas a la democracia.
No se trataba de un voto más, que podía o no cambiar una ley.
Se trataba del voto que haría añicos al Poder Judicial, la Constitución, a la ciudadanía y al país en general.
La confirmación de que el senador Yunes fue cooptado, corrió a cargo del propio presidente López, al reconocer que el “fin justifica los medios”.
El fin era derribar el muro que le impidió el abuso de poder.
El medio, un senador al que le mostraron las carpetas de investigación abiertas en su contra, así como en contra de su padre y de su hermano.
La libertad de tres presuntos delincuentes tiene un sobrecosto que los mexicanos tardarán décadas en pagar.
CONSECUENCIAS
VISIBLES
El mayor riesgo que correrá el “nuevo poder judicial” no estará en el sometimiento que intentará el Gobierno federal y los estatales con su poder judicial, sino en la presencia del crimen organizado que, queda claro, tendrá jueces, magistrados y hasta ministros bajo su control.
La corrupción en la administración de justicia se multiplicará y las leyes secundarias que emanen de los artículos reformados, no podrán estar por encima de los textos constitucionales, como afirman diputados y senadores del oficialismo.
La interpretación de la Constitución será realizada por quienes resulten electos, no por los que sepan el fondo del Derecho.
El coro desafinado que encabeza el presidente de México, no le ha explicado al “pueblo bueno y sabio” que, con la reforma judicial, la justicia no será más rápida y expedita, sino que será más lenta por el desconocimiento de quienes serán postulados por el Gobierno: Ejecutivo y Legislativo, los cuales serán los proponentes de los que harán campaña para ganar el voto ciudadano. Además, de ralentizarse, aquellas personas, (en lo individual y sin recursos suficientes), que pretendan obtener un amparo para frenar el abuso de poder encontrarán innumerables trabas que impedirán la defensa de sus bienes.
Sí, 11 de Septiembre… ¡Fatídico!