Galaxia Política
*Solicitar que se cuiden los criminales, una ofensa
*Pasar a la Historia destruyendo, no es buena opción
POR JESÚS MICHEL NARVÁEZ
Dos elementos se conjuntaron en la semana para generar la tragedia: la violencia desatada en Sinaloa -minimizada por el huésped temporal de Palacio Nacional- y el derribo, hasta hacerlo añicos, del Poder Judicial de la Federación.
Una semana que oscurece la celebración del 224 inicio de la gesta de Independencia y 204 de haberse consumado.
Para el oficialismo, como en todo gobierno autócrata o dictatorial, -nunca en un democrático- “hay mucho por celebrar” y así será esta noche en la Plaza de la Constitución y, sin duda, desde el Balcón Central de Palacio Nacional se añadirán dos o tres arengas para justificar cómo se “gobierna con el pueblo a lado”.
Hay sentimientos encontrados en millones de mexicanos. No saber qué y por qué se festeja, es prácticamente imposible de descubrir. La mente oculta lo que le disgusta y brilla para gritar lo que el destructor quiere escuchar.
Hasta el momento es probable y se apostaría por el vocablo “seguro”, millones de ciudadanos no se han dado cuenta de la tragedia que se escribió la madrugada del día 11, sí el más trágico en la historia de México, del país independiente y soberano, que mostró agallas para romper con la Corona Española y para diseñar su forma de gobierno basada en cambios estructurales que lo convirtió en parte del mundo que respeta y ama la democracia.
La democracia que se gestó en Francia la Primera República al abolir la monarquía y que cumple ya 220 años. Con el paso del tiempo, se ha fortalecido porque los franceses saben entender la sentencia del triunfo de la revolución: Libertad, Igualdad y fraternidad.
En México, el de este sexenio, se abandonó el principio de José María Morelos plasmado en Los Sentimiento de la Nación: de contrapesos, de igualdad y legalidad. Solamente existen en el discurso mediático y dramático del presidente López.
Haber logrado que su, de su propiedad, reforma judicial fuera aprobada por el mecanismo de la cooptación, compra o amenaza de un presunto delincuente, no tiene paralelo. Es el “descubrimiento” que el “fin justifica los medios”.
Cuando un presidente que no es Jefe de Estado, una definición que muestra la altura de miras del gobernante, busca acumular el poder para demostrar que está llevando a cabo una transformación, cuyos resultados, por lo menos al cierre de un mandato, son un fracaso, es impensable el avance de la nación.
En la mayoría de los casos en los que triunfo un individuo y obtiene el poder por la vía del voto democrático y al alcanzar el poder inicia el cambio de régimen sin consultar a sus gobernados, se perfila el camino hacia la autocracia que conduce a la meta: la dictadura.
Está ocurriendo en México y la ciudadanía parece no darse cuenta. Está más entretenida con el programa la “Casa de los Famosos”, que meditar las consecuencias de las decisiones tomadas y que conllevan extinción de libertades, adoctrinamiento educativo, censura periodística, expropiaciones de empresas y propiedades. Todo en nombre de la “justicia”.
El festejo patrio nace de romper con la esclavitud. La tragedia actual, surge de la ambición de poder, de pasar a la historia como el hombre que sepultó la democracia en aras de destruir el neoliberalismo y el cáncer mayor que produjo: la corrupción.
Quedaron atrás las obligaciones constitucionales fundamentales: el bienestar de los gobernados que incluye la protección de sus vidas y sus bienes.
METEORITOS
No se cumple ninguno de los supuestos. La violencia se apoderó del país. Ya no hay crimen organizado. Hay crimen autorizado.
Cifras duras, obtenidas del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, revelan que al 13 de septiembre los homicidios dolosos alcanzaron la cifra de 194 mil 723. La versión oficial de Palacio Nacional apunta que es resultado de la lucha entre criminales.
Quizá el mejor ejemplo de la semana y que será utilizado hasta el 30 de septiembre, es lo ocurrido en Sinaloa, en donde los integrantes de los Chapitos y los del cártel del Sinaloa -los de El Mayo- han tenido bajo zozobra durante cinco días a los habitantes de Culiacán y de 5 municipios aledaños.
Es la violencia que deja pasar el gobierno sin otorgar protección a las vidas ni bienes de miles, quizá millones de ciudadanos.
Frente a la realidad en Sinaloa, la ausencia de gobierno se advierte.
Cuatro días después de iniciado el enfrentamiento entre los criminales el presidente López osó enviar un mensaje:
“Tienen que buscar otras formas, que no perjudiquen a la gente inocente, que no se enfrenten, que no haya pérdidas de vidas, que no afecten a otros y que no se afecten entre ellos. Es un asunto de ellos, nada más que no afecten a la población y que ellos también se cuiden, ayuden a su familia, no queremos pérdidas de vida”.
¿Ellos también se cuiden?
Suena a burla. Porque es una burla.
BRILLA EL SOL
En lugar de actuar para frenar la delincuencia, ha permitido con su política de “abrazos, no balazos”, el “fuego no combate con el fuego”, la expansión de los grupos criminales que, conforme al Comando Norte, controla más del 35 por ciento del territorio nacional.
Cuenta con más de 270 mil soldados, 60 mil marinos y 120 mil elementos en la Guardia Nacional. En conjunto, sus acciones han mostrado que no hay el uso de fuerza letal que le confiere la Constitución, y que quienes agreden a la población, aunque se califique de “daño colateral”, se sienten protegidos.
Pasar a la historia a cualquier costo, sobre todo de vidas y libertades, no es la opción correcta. Por el momento disfrutará de su triunfo.
Sin embargo, más temprano que tarde, aflorará la calificación que las acciones emprendidas dejaron en un país que, con todo y todo, no se acabará y la recuperación de la democracia, será una realidad.
CHOQUE DE METEOROS
Se multiplican las opiniones sobre la incapacidad del gobernador Rubén Rocha Moya, para quien hechos como el secuestro masivo y los enfrentamientos entre criminales “son cosas que pasan”
Y a pesar de todo. ¡VIVA MÉXICO!
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