ALBERTO F. MENA MALLEN
Un México, donde los que lo habitan están felices, muy felices, en el otro, también estamos felices, pero extrañados de que quienes se apropian del país, sean unos gandallas, que han utilizado las mentiras, las extorsiones, los abusos, las ilegalidades, las triquiñuelas, la falta de respeto hacia los mexicanos que piensan distinto y el que se sientan superiores, como si fueran esculpidos por la mano de Dios. Y la ciudadanía solo con la boca abierta.
Y no quieren voltearnos a vernos y si lo hacen, tratan de vernos desde arriba porque no quieren soltar el poder, a pesar de las argumentaciones de que en la 4T no hay clasismo, no existen las divisiones, de que no son iguales, por lo que hay que recordarles que todos somos mexicanos y que todos vivimos en estas tierras benditas, hechas por nuestros padres y abuelos.
La 4T, inventada por un macuspano egoísta, que dividió a los que aquí habitamos, generó que se le criticara por la falta de congruencia desde que inició este gobierno y de lo que diariamente se queja en sus shows mañaneros, construyó un mundo donde solo habitan los morenistas y otro donde radican los opositores al régimen, los que critican fuertemente al actual gobierno, porque las mentiras y las verdades a medias que emite todos los días le calan duro en su ego que creció conforme avanzaba la administración y que fue acumulando con los años.
Nadie duda de que ha sido un buen candidato, un buen político, un excelente orador, pero pésimo presidente y administrador, porque todo lo que ha hecho lo quiere para beneficio personal y de sus familiares y cuates, aunque pregona que primero los pobres, o de que no debe haber un gobierno rico con un pueblo pobre, pero nunca ha sido capaz de una autocrítica que explique muchas de las fallas que ha cometido en estos casi seis años.
También es de felicitarlo por los apoyos económicos directos que entrega cada bimestre a diversos sectores sociales, (los cuales le agradecen todos los días), que mucha falta hace pero, desgraciadamente, se ha utilizado electoralmente esta política pública para beneficio de su grupo y no de todo México, lo que niegan sistemáticamente.
Destaca el argumente de que quieren seguir gobernando para hacer del país una nación con libertad y bienestar, con un pueblo feliz, próspero, con crecimiento para todos, pero que no combate la corrupción -lo que prometió como promesa de campaña-, de los suyos y de sus familiares, quienes se han hecho más ricos con los recursos públicos o con el tráfico de influencias, y que ha permitido mayor impunidad que llama la atención de propios y extraños. Y ni dudarlo, también con el cash del narco.
En su sexto y último informe de gobierno, que duró un poco más de dos horas, dibujó un país con sus otros datos al emitir puras cifras alegres, positivas, para que México no se sienta triste y en cambio siga feliz, muy feliz con lo que ha hecho la 4T hasta el momento, pero nunca hubo autocritica sobre los traspiés que se cometieron para que, de nuevo, no se le critique como hasta ahora de lo que él está consciente porque lo citó en algunas ocasiones.
De su famosa promesa de que se construiría un sistema de salud mejor que el de Dinamarca, solo citó que el programa IMSS Bienestar asiste a millones de mexicanos sin oportunidades para atenderse de sus enfermedades, pero que ahora sí ya tienen miles de médicos, enfermeras, instalaciones apropiadas, medicamentos, o de que en el ISSSTE ya se eliminó la corrupción, pero nunca señaló que pasa con el resto de ciudadanos que cuentan con otros sistemas de salud como el del IMSS, donde continúan carentes de médicos especialistas y aún faltan medicamentos o de cómo la población resuelve sus problemas de salud como pueden, ya que continúan las carencias en este sistema de salud, ocasionadas por su famosa austeridad que ha recortado recursos a esta área.
En su informe escrito, entregado a la Cámara de Diputados, enumera miles y miles de cifras alegres, muchas de las cuales no son comprobables, pero señala por ejemplo que en materia económica, casi casi dijo, que ni los Estados Unidos están mejor que nosotros, pero de lo que nunca informa es de que en este año bajaran drásticamente las remesas, lo que repercutirá en los bolsillos de los mexicanos y más cuando no han podido reducir la inflación que ronda cifras superiores del cinco por ciento, y lo que afecta los aumentos a los salarios mínimos de lo que presume cada vez que puede, aunque hay que agradecerlo, pero que de nada ha servido.
Ha dicho que la economía nacional es positiva, pero los datos que se manejan en sectores especializados, afirman que no es así y que la próxima presidenta recibirá muchos cartuchos de dinamita, -que irán explotando poco a poco-, sobre todo porque la aprobación del Plan “C” con la reforma al poder judicial y a la Suprema Corte de Justicia, tiene de un hilo a los sectores productivos y económicos, ante la falta de confianza que, se afirma, no existe con dicha reforma.
Tan es así que ya están en alerta muchos mexicanos que consideran que, si saldrán afectados con estos cambios legislativos, como los estudiantes de Derecho de diversas instituciones de educación superior, o los trabajadores que prefirieron irse a paro nacional para presionar a los diputados y senadores, aunque al parecer no los tomarán en cuenta la mayoría aplastante morenista.
Incluso, hay personas poco estudiadas que, si les interesa lo que está sucediendo actualmente, muchas de ellas con el ánimo de participar en protestas, tal y como sucede actualmente con muchos ciudadanos que no son atendidos adecuadamente para la resolución de sus problemas y demandas, lo que provoca malestar en otras áreas ciudadanas que tienen que soportar las afectaciones que les causan, como las inundaciones de varias colonias en Chalco, Estado de México que llevan más de un mes sin resolverse.
El rey de palacio se irá, pero hay pronósticos de que regresará.
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