“Antígona” 

Ante la ley Injusta

*Recordatorio de Valores Superiores al Simple Capricho de un Poder Transitorio

*Valentía Para Defender la Justicia Ante la Injusticia Promovida Desde el Poder y te Cueste la Vida

HORACIO ARMANDO HERNÁNDEZ OROZCO

“Antígona” (Ἀντιγόνη) adaptación cinematográfica de 1961 de la clásica tragedia griega homónima de Sófocles; dirigida por Yorgos Javellas, y protagonizada por Irene Papas (Antígona), Manos Katrakis (Creonte), Maro Kontou (Ismene), Nikos Kazis (Hemón), Ilia Livykou (Eurídice) y Tzavalas Karousos (Tiresias); su estreno fue en el 11° Festival Internacional de Cine de Berlín.

“Antígona” cuenta a su hermana Ismene que Creonte, actual rey de Tebas, impone la prohibición de hacer ritos fúnebres al cuerpo de Polinices, como castigo ejemplar por traición a su patria, a quien lo haga se le dará muerte. Ismene se niega a ayudar a Antígona para enterrar el cuerpo de su hermano por temor a las consecuencias de quebrantar la ley. Antígona reprocha su actitud y decide enterrarlo.

LOS DOS HERMANOS

En la mitología griega, Antígona es la hija de Edipo que, según las obras trágicas, tuvo una relación incestuosa con su madre Yocasta también conocida como Epicasta; sus hermanos fueron Ismene, Etéocles, y Polinices. En La Odisea se cuenta que cuando Epicasta se entera que tomó en matrimonio a su hijo Edipo, se ahorca.

Dentro de las tragedias de Esquilo está el mítico episodio de Los siete contra Tebas, donde se produce el enfrentamiento mortal de Etéocles y Polinices durante el asedio a Tebas, cumpliéndose la maldición que su padre Edipo había lanzado contra ellos.

Se suponía que Etéocles y Polinices se iban a turnar en el trono, pero, en algún momento, Etéocles decide quedarse en el poder después de cumplido su turno, por lo que Polinices busca ayuda en Argos, una ciudad rival, arma un ejército y regresa para reclamar lo que es suyo.

El poder enferma y envilece a la gente, nunca traerá cosas buenas la permanencia ilegítima como soberano, la alternancia da la posibilidad de cambios en pro del pueblo.

LA DESOBEDIENCIA CIVIL

Ante la muerte de Etéocles y Polinices, su tío Creonte se convierte en rey de Tebas y ordena que el primero sea sepultado con todos los honores fúnebres, mientras que el cadáver del segundo yace insepulto y por haber traicionado a su patria no será enterrado dignamente, se le dejará a las afueras de la ciudad al arbitrio de los cuervos y los perros.

Los honores fúnebres eran muy importantes para los griegos, pues el alma de un cuerpo que no era enterrado estaba condenada a vagar por la tierra eternamente.

Antígona se resiste a cumplir la ley humana por respeto a la superior ley divina o derecho natural, y pide ayuda a su hermana Ismene, pero ésta se niega por temor a las consecuencias de quebrantar la ley, señala que dar sepulcro a su hermano es una acción imposible y absurda, pues excede de sus posibilidades (hybris).

Antígona decide enterrar a Polinices; un guardia informa  a Creonte de la desobediencia de Antígona y la condena a ser encerrada viva en una tumba.

Aquí entran en conflicto dos leyes: la humana dictada por Creonte y la divina o natural que manda a que toda persona muerta reciba sepultura.

La desobediencia de Antígona se justifica en la existencia de una ley divina, que no está escrita y cuyo origen es inmemorial, que manda dar sepultura a los muertos y que Creonte está mandando más allá de su competencia, que se limita sólo a la ciudad, pero no le permite disponer sobre lo que pertenece a los muertos, porque ese es el ámbito de los dioses.

LA TRAGEDIA FAMILIAR

Ismene, a pesar de que no ha desobedecido la ley, desea compartir el destino con su hermana y se confiesa culpable, pero Antígona, resentida contra ella porque ha preferido respetar la ley promulgada por el rey, se niega a que Ismene muera con ella.

El adivino y ciego Tiresias interviene para señalar a Creonte que los cuervos y los perros arrancan trozos del cadáver de Polinices y los dejan en los altares y los hogares, prueba de que los dioses muestran señales de cólera. Acusa a Creonte de imprudente y vaticina que alguien de su sangre pagará sus errores con su muerte.

Creonte piensa que Tiresias ha sido corrompido por el dinero, pero el coro de ancianos también aconseja al rey que cambie de actitud, y ante las profecías de Tiresias, cede y se dispone a rectificar sus faltas.

Primero da sepulcro a Polinices y luego pretende salvar a Antígona, pero ella ha decidido ahorcarse; esto da paso a otras dos muertes, Hemón, al ver muerta a su prometida se suicida en el túmulo, abrazando a Antígona; mientras tanto, Eurídice, esposa de Creonte y madre de Hemón, al saber que su hijo ha muerto se hiere de muerte con una espada.

Las muertes de Hemón y Eurídice provocan un profundo sufrimiento en Creonte, aunado al desprecio de su sobrina Ismene y la muerte de Antígona, todo ello provocado por su funesta decisión, y es cuando se pregunta: ¿habrá valido la pena esta absurda ley que no trajo beneficio alguno para alguien?

Si una ley no tiene beneficio alguno en la comunidad es una ley injusta, ya que no puede darle a cada quien lo suyo.

Creonte consciente de su error al haber decidido imponer su soberanía por encima de las leyes divinas, acarreando su propia desdicha. La cinta interpreta muy cercanamente a la obra original, pero finaliza con una diferencia; en vez de que Creonte se retire al interior del palacio como en la obra, en la película Creonte se quita la corona, abandona su título y se exilia de Tebas.

El filósofo y teórico de la literatura George Steiner señala que el enfrentamiento entre Antígona y Creonte por el destino de los restos de Polinices plantea cinco conflictos: entre hombres y mujeres, entre la vejez y la juventud, entre la sociedad y el individuo, entre los seres humanos y la divinidad (la ley humana y la ley divina) y entre el mundo de los vivos y el de los muertos.

La tragedia Antígona más allá de la tensión entre los intereses del Estado y el imprescindible proceso de duelo que atraviesan quienes pierden a un ser querido, ha sido considerada un referente de los principios éticos que guían a las sociedades y que se identifican con una de las fuentes del derecho, el derecho natural, fundamento del iusnaturalismo, frente al derecho positivo.

Antígona es un recordatorio de valores superiores al simple capricho de un poder transitorio, es el ejemplo de una gran virtud: la valentía para defender la justicia sobre la injusticia, aunque ésta sea promovida desde el poder y te cueste la vida; Antígona es una mártir por la justicia y por el derecho natural; ella es ese recordatorio a no ceder ni ápice ante esos gobernantes que controvierten valores esenciales para el respecto a los derechos humanos.

Pero ¿en estos tiempos difíciles, será necesario que surja una Antígona que se martirice para que los gobernantes corrijan las leyes injustas?

La mejor respuesta la tendrá como siempre nuestro amable lector…

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