Alcalde hizo realidad el sueño…

Punto de Vista

Por Jesús Michel Narváez

Con su discurso en la sede de la Cámara de Diputados -ignorando el protocolo- Luis Alcalde Luján hizo realidad el sueño del huésped de Palacio Nacional y al que se le vence el contrato el día 30: “Entrego el último informe del mejor Presidente que ha tenido el país”.

¡Córcholis!

Con 8 palabras borró de la historia a Guadalupe Victoria, Benito Juárez, Francisco I. Madero y Lázaro Cárdenas. Hizo lo propio con Miguel Hidalgo, José María Morelos y Pavón, Vicente Guerrero, Ignacio Allende, entre la docena de caudillos de la Independencia que, si bien no fueron presidentes, sí los que nos dieron patria.

Las comparaciones son odiosas pero necesarias. 

Con su afirmación hizo realidad, en el mundo de bizarro en el que ha vivido, el sueño dorado, anunciado y confirmado desde el inicio de su mandato: quiero pasar a la historia como el mejor presidente de México.

Las palabras se las lleva el viento. La historia estará escrita por profesionales del estudio, no por fantasmas. Y desde ahora es pronosticable que no será elogiosa con las acciones del gobierno de la transformación de cuarta.

Repetir como plumífero poblano o tabasqueño, lo que por la mañana expresó el “amo y señor de las parcelas”, no la hacen pensante y mucho menos capacitada para definir quién es el “mejor presidente de México”. Es difícil de digerir mensajes como ese. 

De entrada, muestra la soberbia, el falso engrandecimiento de un movimiento que se hizo de curules por servilismo de la autoridad electoral. El pueblo no votó por ellos. Cuarenta millones de ciudadanos lo confirman, aunque buena culpa, la mayor que se pueda encontrar, por mostrar la apatía ante un “arroz que ya se coció” y dejar de ir a las urnas.

Si es verdad y está en la ley de la Administración Pública Federal que la Secretaría de Gobernación -sea quien fuere su titular- tiene la responsabilidad de establecer los mecanismos para el diálogo con los otros dos poderes de la Unión, nunca se establece que tiene la calidad para gritar y ordenar públicamente a los legisladores.

Claro, ellos se dejan y festinan las palabras de la que muy seguramente será la dirigente, no líderesa, de Morena. Ellos aceptan el regaño y aplauden el regalo.

Cegada por la victoria y por el poder adquirido, mostró, eso sí, desconocimiento de lo que son las finanzas públicas y ello, es seguro, no agradó al transexenal secretario de Hacienda y puede ser la otra gota que llene al vaso hasta derramar el agua.

“En este documento que entregamos está la esencia del humanismo mexicano, de la más justa distribución del ingreso y la riqueza… …los que antes no pagaban impuestos hoy pagan, y esos recursos se destinan a los que menos tienen, a los adultos mayores, a las personas con discapacidad, a los estudiantes de las escuelas públicas, a los jóvenes, a los campesinos, y no, no son programas sociales, hoy son derechos sociales gracias a todas y todos ustedes”, expresó.

Presumió que todo lo anterior se ha logrado sin incrementar impuestos ni endeudar al país, “implementando una fórmula que parece sencilla, pero que nunca se había implementado”, que es acabar con la corrupción y acabar con los privilegios: “Con un ejercicio honrado del presupuesto en tan solo 6 años se han logrado construir trenes, puertos, aeropuertos, carreteras, distritos de riego, hospitales, plazas, universidades, hemos recuperado las empresas públicas y también la rectoría en nuestros recursos naturales, se ha incrementado el salario al doble y lejos de distorsionar la economía hoy tenemos máximos históricos en empleo formal, máximos históricos en salario promedio y máximos históricos en inversión extranjera, el peso pesa como una moneda en el mundo y les consta que como nunca se ha defendido la soberanía, y hoy a México se le respeta”.

Por supuesto que, para los oídos del amo, fue música de Chico Che.

Sin embargo, la realidad es otra: el país si fue endeudado por el señor López y un dato lo confirma: el déficit de 5.9% en el presupuesto de egresos de este 2024. Otro más: la advertencia de las calificadoras del riesgo que corre la deuda soberana. Uno más: la asignación de casi dos billones de pesos a Pemex durante el sexenio. 

Ignora la palabra despilfarro y, con sorpresa, todos los que por necesidad escuchamos el VI informe, el de la despedida, supimos que el Tren Maya costó más de 500 mil millones de pesos y la Refinería Dos Bocas, casi 300 mil millones de pesos.

Analistas financieros estiman que en ambas obras hubo sobreprecios que, en el caso del chu-cu-chu-cu triplicó lo proyectado en el inexistente -nadie lo encuentra- proyecto ejecutivo y lo mismo ocurrió con la refinería. Su costo lo fijo el señor López en 8 mil millones de dólares y su puesta en marcha a toda su capacidad en junio de 2023. Absorbió tres veces el monto.

Y decir que “hoy a México se le respeta” no es una quimera, pero casi. 

En fin, Luisa María Alcalde ya mostró que está hecha de piel morena, huesos morenos y neuronas morenas. ¿o serán amlistas?

E-mail: jesusmichelmp@hotmail.com, Facebook Jesus Michel, X @misionpolitica y en Misión, Periodismo sin Regaños martes y jueves de 16 a 17 horas por Radio Cañón en el 760 de amplitud modulada.

 

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