Punto de Vista
Por Jesús Michel Narváez
El 5 de agosto hizo el anuncio: solamente nos faltan Colima, Michoacán, Jalisco y Nuevo León, para completar la gira de “despedida” en compañía de la sucesora, Claudia Sheinbaum.
El 25 de julio estuvo en Sinaloa. Justo horas después de la aprehensión de Ismael El Mayo Zambada”, la dupla política “más poderosa del país”, arribó a Sinaloa y en el evento principal se deshizo en elogios y respaldo al gober-viajero-beisbolista, a quien brindó todo su apoyo frente a los señalamientos formulados por El Mayo en el sentido de que su detención ocurrió por haber acudido a una cita con Héctor Melesio Cuén y el gobernador Rubén Rocha Moya.
La visita a Sinaloa era la última como presidente de México. Así determinó que viajaría a todas las entidades del país, siempre acompañada de su pupila, en su gira de despedida para agradecer el apoyo del pueblo, que acudió a los eventos de manera masiva y sin cobrar nada. (El 99 % de los asistentes forma parte del ejército de agradecidos por los programas sociales y por quienes recibieron la “invitación” en un billete de mil pesos, según se cuenta).
Inexplicablemente el fin de semana, la “dupla más poderosa del país” volvió a visitar San Luis Potosí, Sonora y ¡Sinaloa!
En las tres entidades la presencia del crimen organizado y el narcotráfico está presente.
¿Qué tiene Sinaloa que le atrae tanto si ya había sido visitada en la despedida?
No queda claro el interés de defender a un gobernador que, incluso, ya ha sido citado por la Fiscalía General de la República para, como testigo, se presente voluntariamente y declare lo que a su derecho y conocimiento corresponda.
Si se trata de retar el bueno juicio y decirles a las autoridades del Departamento de Justicia de Estados Unidos que, con sus “cuates” no se metan porque “saldrán derrotados”, es poco inteligente la estrategia.
Salvar de la presunta responsabilidad al gober-académico, el que durante su discurso exhibió que le gusta la letra H. Gobernamos con “Honorabilidad y honradez” -así lo dijo- que nos ha heredado el presidente López.
Y los asistentes se conmovieron, no pudieron contener las lágrimas y desataron la ovación. Al gober-beisbolero.
Los abrazos con el huésped temporal que, de tanto despedirse parece no querer irse, y con la sucesora, más las palabras de aliento y de compromiso de la presidenta electa y que dentro de 36 días habrá de cruzar la banda presidencial por su pecho y espalda, suponen que está “libre de toda culpa” en la relación que presuntamente mantenía con El Mayo.
El compromiso de la sucesora, es mantener el respaldo a Rocha Moya que, durante tres meses lo tuvo del presidente y los otros “tres los tendrá de la PRESIDENTA”.
¿Qué hay en el fondo para tanto apoyo que, sin duda, irrita a Estados Unidos?
No se entiende o es políticamente incorrecto, que Badiraguato -seis visitas- y Sinaloa, entidad, en ocho, hayan sido las preferidas del huésped temporal de Palacio Nacional y ahora de la presidenta electa. Dos visitas en 30 días.
Si alguien entiende la realidad, ésta no corresponde a la actuación presidencial (y de la sucesora). Pareciera que protegen una parcela que está amenazada con serles requisada. ¿Qué interés hay para proteger al gobernador si está más limpio que hasta brilla?
No hay explicación lógica. Por lo menos políticamente.
Y si la hay, está escondida en los otros datos.
Por cierto ¿cuándo termina la gira de despedida?
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