Los Dados de Dios
NIDIA MARIN
México abrió la puerta a un Maximato.
Todo indica que ya inició el prolegómeno en el recorrido presuntamente del adiós, pero la actuación en firme se desarrollará a partir de octubre.
Lo que sucede este fin de sexenio es una película que ya se miró en la historia pasada de nuestro país, allá por finales de los años veinte del siglo XX y principios de los treinta y tantos, cuando Plutarco decidió quedarse como poder tras la Silla del Águila
La sumisión al patrón fue clara. Hoy también….
Sí, quizás como entonces hay alguien humilde, dócil, obediente, subordinada por otra persona. Por lo menos hasta ahora se exhibe al colocar por delante la despedida del presidente, que la llegada al poder de la primera mujer en la historia del país.
En aquellos años, nos relata Juan González Morfín en su trabajo, “El Maximato: una mirada desde la correspondencia privada de Plutarco Elías Calles”, (publicado en 2921 por SciELO Analitycs) que el general Lázaro Cárdenas, gobernador de Michoacán, informó en ese momento que realizaría un recorrido sin cobertura telefónica durante varios días y envía una carta a la secretaria del Jefe Máximo, Soledad González, en la cual le comunica:
“Cholita:
“La saludo afectuosamente y me permito comunicarle que mañana salgo a hacer un recorrido por la Costa, a la desembocadura del Río Balsas, con objeto de organizar los trabajos de la carretera que el Estado abrirá de Morelia hacia la Costa del Pacífico, durando esa expedición unos doce días. Y como aquella zona está fuera de las vías de comunicación rápida, me permito comunicárselo a usted por si se llegara a ofrecer alguna conferencia telefónica y no me encuentro aquí, sepa usted que ando haciendo este recorrido.”
Después informaría de su regreso.
Ello nos ilustra del peso que llevaban todos los que ejercían la política en aquel tiempo.
Y otro caso fue, como refiere en su trabajo el autor…
“Al dejar, a finales de julio de 1932, su cargo en la Secretaría de Guerra, no faltaron los espontáneos que le manifestaran su adhesión incondicional: “Dentro o fuera del gobierno para mí y para los grupos sociales que represento, siempre será Ud. el Jefe Máximo de la Revolución. Como siempre, a sus órdenes. Dip. Guillermo Rodríguez. Cámara de Diputados”.
González Morfín precisa en el excelente trabajo:
“De modo parecido le rendían cuentas también los partidos satélites del Partido Nacional Revolucionario, como se ve en este otro telegrama:
“Permítome informar usted que, en magna asamblea verificada hoy, Partido Socialista del Oriente por numerosos representantes grupos políticos Estado Puebla, acordóse apoyar candidatura C. Antonio Arellano para Gobernador Estado próximo periodo, así como hacer patente adhesión absoluta usted como Jefe Máximo Revolución Mexicana. Respetuosamente…”
La historia se repite. Hoy, tal y como actuaban aquellos subordinados para evitar la confrontación, ha sido colocado por delante el exhibicionismo del que ya se va.
¡Se está haciendo explícita la falta de carácter y de autodeterminación de ella! ¿Será ese nuestro porvenir?
En el siglo XXI los hechos lo están indicando… hasta ahora, mientras no haya manotazo u otra actitud de por medio.
TRES PRESIDENTES
AGUANTARON A CALLES
En el aquellos tiempos, expone González Morfín:
“Las quejas contra gobernadores, presidentes municipales, autoridades electorales y más frecuentemente jefes militares, buscaban como primera y última instancia precisamente al general Calles, pues entendían que solamente de él o, al menos, con su anuencia, podría venir el cabal cumplimiento de las disposiciones legales que amparaban sus exigencias. Así, por ejemplo, vemos como el congreso de Guerrero le hacía el siguiente planteamiento en relación con el desacato en que incurría el gobernador estatal al negarse a rendir informes ante el congreso:
“Trigésima Legislatura Guerrero respetuosa pero enérgicamente protesta contra violación artículo cuarenta y uno Constitución Estado ordena rinda informe Ejecutivo del mismo habiéndose negado éste a hacerlo. Atentamente. Presidente Cámara”.
Tres presidentes le aguantaron a Plutarco su intervención en los asuntos de Estado: Emilio Portes Gil, Pascual Ortiz Rubio y Abelardo Rodríguez, hasta que… el general Lázaro Cárdenas del Río se sentó en la Silla del Águila en 1934.
LA PIEDRA EN EL
ZAPATO DEL GENERAL
Y Calles fue la piedra en el zapato del general michoacano durante varios meses, causando divisiones y conflictos, hasta que empezó la limpia, primero en el Senado de donde fueron eliminando a los “callistas” (fueron desaforados) y se desaparecieron los poderes de los estados de Guanajuato, Durango, Sinaloa y Sonora, gobernados aún por allegados a Calles.
Además, fueron destituidos los generales José María Tapia, Joaquín Amaro y Manuel Medinaveytia Esquivel, al tiempo que se formaba una nueva institución política, el Partido Constitucional Revolucionario, antecedente del hoy agonizante PRI.
Pero, don Plutarco estaba endiosado con el poder. Y sus alocados allegados en abril de 1936 dinamitaron un tren que se trasladaba de Veracruz a la Ciudad de México.
Y se armó la grande en varios puntos de la nación.
“El Tata” lo aguantó durante dos años, pero en 1936 ante la inestabilidad que produjo en el país y la tácita violencia, hizo resaltar aquella frase de… “aquí mando yo” y envió a don Plutarco (no a una finca en Chiapas), sino al exilio en Estados Unidos (junto con Luis N. Morones, Luis L. León y Melchor Ortega) donde permaneció hasta 1941.
Pero regresaría… tras la invitación que le hizo el presidente de México, Manuel Ávila Camacho.
Y en el festejo de la Independencia el 16 de septiembre, de aquel 1941 apareció Plutarco en el balcón de Palacio Nacional junto a otros exmandatarios: Emilio Portes Gil, Pascual Ortiz Rubio, Abelardo Rodríguez y Lázaro Cárdenas del Río.
Hoy aquí, puede ser lo mismo… ¡pero más barato!
Elías Calles moriría en octubre de 1945 a los 68 años de una hemorragia y… de acuerdo a Wikipedia, a esa hora una enorme parvada de zopilotes sobrevoló la Ciudad de México, atribuyéndole el hecho a las consecuencias de las persecuciones religiosas ordenadas por el ex cacique político contra los católicos.
Hoy, en una fecha que se desconoce, se supone que hay parvadas de zopilotes listas, para cuando diga adiós ya saben quién. Será por las persecuciones contra periodistas, entre otras… que se darían el banquete.