En la Ciudad de México operan alrededor de 4 mil bares clandestinos, más del doble de los formales, ante la omisión de las autoridades para cerrarlos, aun cuando representan un riesgo para la integridad de sus asistentes, denunció el presidente de la Asociación Nacional de la Industria de Discotecas, Bares y Centros de Espectáculos (Anidice), Helking Aguilar.
La gran cantidad de requisitos a cumplir para obtener un permiso de funcionamiento como establecimiento de impacto zonal es muy difícil, porque se debe contar con el uso de suelo que permita la operación de un bar, centro nocturno o discoteca.
Además de cumplir con una serie de requerimientos en materia de protección y seguridad, como arcos detectores de metales o elementos de seguridad privada capacitados por la Secretaría de Seguridad Ciudadana, por lo que es más fácil hacerlo clandestinamente.
De acuerdo con la Secretaría de Desarrollo Económico (Sedeco), sólo siete negocios que operan como antros, centros nocturnos o casas de apuesta han solicitado su registro al Sistema Electrónico de Avisos y Permisos de Establecimientos Mercantiles en esta administración.
En entrevista, el titular de la dependencia, Fadlala Akabani, detalló que cuatro hicieron el trámite en 2019 y tres el año pasado.
En contraste, indicó que se potenció el número de establecimientos de tipo vecinal, que entre sus actividades principales está la venta de alimentos, y de manera complementaria la de bebidas alcohólicas, como es el caso de restaurantes bares.
Detalló que estos pasaron de 96 en 2022 a 610 el año pasado, y en lo que va del presente, hasta mayo van 212, cuya supervisión, al igual que los antros y centros nocturnos, recae en las alcaldías.
Helking Aguilar señaló que la ausencia de verificaciones ha permitido que el número de establecimientos clandestinos supere por mucho a los formales, que suman mil 800, representando un riesgo para los clientes y una competencia desleal para el gremio.
Tras la pandemia, 60 por ciento de esos negocios cerraron, pero “al día de hoy está muy cercano a ser lo que era antes del covid-19, con la operación de chelerías y puestos de cervezas en mercados sobre ruedas y tianguis. Así como la venta de alcohol en hoteles, salones de fiesta, casas particulares y bares que cambian constantemente de razón social para evadir la ley”.
Tan sólo en las calles Francisco I. Madero, Bolívar, 5 de Mayo y Tacuba, en el Centro Histórico, se tienen identificados 12 lugares que carecen de uso de suelo para ejercer el giro de discoteca o bar, denunció.