RAÚL MONDRAGÓN von BERTRAB
“El liberalismo es el principal antídoto frente a la implosión identitaria y su inevitable corolario, la tentación autoritaria. Porque este es el otro grave peligro que planea sobre nuestras democracias: que tras el caos iliberal, y con la excusa de reconstruir el demos fragmentado, se imponga un orden iliberal. Un caudillo chavistón, un macho Putin o incluso un modelo mefistofélico a la china: <<Dame tu libertad que yo te aseguro el capital>>. Este es el punto exacto en el que nos encontramos: entre la tribalización y la tiranía. Lloriqueando, mirándonos el ombligo, riñendo entre nosotros, perdiendo el tiempo y la fuerza, cuando deberíamos estar librando la batalla cultural. La batalla en defensa del orden liberal.”
~Cayetana Álvarez de Toledo
“¡Marina, el pan!». Esta exclamación, que en España todavía gritan algunos señores que están acostumbrados a que su santa les sirva la mesa sin que ellos muevan el trasero de la silla, en francés se pronuncia Marine Le Pen, y sirve para que muevan el trasero de su silla la mayoría de políticos del país vecino, empezando por el primero, Emmanuel Macron, que se ha visto obligado a convocar elecciones legislativas a finales de este mismo mes. Aunque no sean elecciones presidenciales, el propio Macron empieza a notar un ligero temblor en su silla. Marine Le Pen ha ganado las elecciones con un tercio de los votos emitidos. Lo que Michel Houellebecq escribió hace años en su -excelente, por otra parte- novela de política-ficción Sumisión, acaba de ocurrir, si bien en las elecciones europeas y no en las presidenciales, como sucede en el libro. E igual que en el libro, ahí están, como explicaciones a lo sucedido, el islamismo, la inmigración, los recortes y la ceguera de los partidos tradicionales. El terremoto acaba de empezar.
[…] El auge de la extrema derecha está copando los medios de comunicación en toda Europa mucho menos que la caída de la izquierda, como si una cosa no tuviera relación con la otra. Le Pen, como todos sus socios europeos, recoge los frutos sembrados por una izquierda que renunció hace tiempo a las luchas sociales y las sustituyó por las identitarias. Por desgracia para esta izquierda, en los barrios obreros, en las familias de trabajadores y en las asociaciones de vecinos, las luchas identitarias no constan entre las prioridades. La izquierda actual está para ganar las elecciones en una facultad universitaria, pero para ganarlas en un país está Le Pen. La izquierda debería leer Sumisión”.
~Albert Soler, articulista español
México fue visto como un botín desde antes de ser nación y nunca ha dejado de serlo. Uno tras otro, los grupúsculos que han gobernado al país, de hecho o de derecho, se han dedicado a saquearlo, a repartir sus frutos entre sus vasallos, a remar hacia su caleta. Ante las inmensas oportunidades de golpear el timón de una tierra que lo tiene todo para ser potencia, oportunidades renovadas cada sexenio, los tlatoanis casi todos han optado por dedicar el tiempo escaso para inventar negocios groseros y allegarse de cuanta riqueza nacional han podido, adelantando cada vez más el Año de Hidalgo, hasta comprender hoy los seis de su período.
La problemática de México es profunda, diversa y más apremiante hoy que hace seis años. A la deuda histórica de la dictadura de partido y de la derecha maltrecha, fallida, se añade la división fomentada por la izquierda incapaz y tan corrupta como sus predecesoras. Se suman la violencia extrema de un narco sin frenos y con aditivos oficiales, el resentimiento social vindicativo, la involución institucional y el gasto público infructuoso y populista.
El Indicador Bertelsmann de Transformación o “BTI” por sus siglas en ingles, es un medidor del estado de desarrollo y governanza, de procesos de transformación política y económica en países en vías de desarrollo y transición alrededor del mundo. Es dicho Indicador el resultado de la colaboración de casi trescientos países y expertos regionales de prominentes universidades y think tanks de todo el orbe. La ambiciosa iniciativa analiza y compara los procesos de transformación hacia la democracia y la economía de mercado incluyente, apuntando a identificar estrategias exitosas para dirigir el cambio.
Nuestro nivel educativo es un problema mayor, como lo es la seguridad ciudadana. Les siguen la estabilidad de las instituciones democráticas, el estado de derecho, la construcción de consensos, la eficiencia en el uso de los recursos, la capacidad de liderazgo, la sustentabilidad… En su reporte de 2024 el BTI nos ranquea en el lugar número 57 de 137 en transformación política, con una reprobatorio 5.70; en el número 53 en transformación económica, con 5.79; y en un vergonzoso lugar 82 en gobernanza, con 4.40. So much for la “cuarta” “transformación”.
Difícilmente la elección de la primera presidenta de México sucedió como la oficialidad la registrará. Sería inocente pensar que un esbirro del viejo régimen experto en caídas libres de sistemas electorales, un esquirol mercenario conocedor de los tejes y manejes de los maestros del engaño del siglo pasado, honraría un proceso en el que se jugaba la continuidad de su proyecto “transformador”, si de algo, de esperanza en arrepentimiento, de duda en confirmación de lo peor.
Una vez más, quien llega lo hace con enorme capital político. Una vez más, se presenta la oportunidad de romper con el pasado y tender hoy un puente sólido entre el presente y el futuro que esta nación merece. Una vez más, nadie espera mucho.