Gabinete que Viene y va

 

*ULISES CORONA

La conformación de equipos de trabajo es una de las tareas que devienen en éxito o fracaso. Históricamente los grandes diseñadores y hacedores de guerras han logrado sus grandes victorias, no por ser en sí mismo grandes guerreros, junto a ello, es debido a la estrategia y la visión de conjunto lo que al estadista le lleva a conseguir la victoria.  

A lo que me refiero en visión de conjunto, es la forma en que las batallas se libran, se pierden o ganan, pero en equipo, en conjunto.

  1. Bonaparte sabía que en la táctica y estrategia estaba la posibilidad de triunfo, pero también sabía que el coraje y determinación de su ejército eran los que el triunfo le daría.  

El equipo que acompaña a un dirigente no deberá de ser el mismo que quien acompañe a una jefa de estado, y menos aún, a una posible estadista… si logros se quieren tener.

El equipo no sólo es un grupo de personas, que con buena voluntad logran integrarse a un equipo, ya sea por afectos, simpatías o acuse de lealtad.

El equipo es algo más complejo que implica responsabilidades y tareas adjuntas, en las que las tareas individuales hacen la suma concatenada de resultados favorables y no favorables.

Los logros no son de quien va adelante, sino de quien sabe y puede llegar con todos los que iniciaron el viaje.

Equipo es: suma de voluntades, esfuerzos, compromisos unidos en una sola tarea, en una sola visión. Por ello la visión que, de unión, cohesión e identidad de ese grupo de personas, es la tarea que agrupa la fortaleza de éste y la posibilidad de logros concretos. 

Si la pregunta fuera, ¿qué es más importante, la visión de equipo, o la conformación de éste?, en la opinión de esta pluma, aquella persona que tenga la capacidad de observar las capacidades de una persona, y darle la oportunidad de potencializarlas en las mismas oportunidades.

Es decir, capacidades primero y oportunidades en consecuencia, es lo primigenio que un estadista, hombre o mujer deba de visualizar en una persona, posible de incurrir en un equipo, para que este pueda formar parte de este.

El arte de gobernar es ciencia, técnica y talento. La tarea requiere una visión panorámica y de enfoque global, ningún resultado es único, unilateral y menos universal. Los fracasos tienen nombres y apellidos, tienen consecuencia, y responsables, por lo que la impunidad y opacidad avanzan y se mantienen en las grandes oficinas e instituciones, porque al parecer cuando vemos que pasa todo, sucede que no pasa nada.

La creación de un gabinete obligadamente requiere responsabilidad y talento, se debe ver quiénes son y dónde están los talentos, potenciarlos, no explotarlos, ubicarlos en el lugar y momento adecuado, ahí donde la tarea requiera de su presencia y motivar su tarea para que esta sea la más exitosa.

Un gabinete, no es un equipo de cuates, ni tampoco una herencia obligada de compromisos pasados; tampoco el “club de Tobi” (exageré, como resabio de la edad) donde ser misógino es lo que cuenta, lo que vale.

El equipo, grupo de gabinete a conformarse, debe estar compuesto: de capacidades, experiencias, tolerancias, expectativas, talentos, hombres y mujeres de diversidades formativas y multidisciplinario, experiencias e innovaciones, sin importar edades o credos, sapiencia e incredulidad para lograr y asombrarse con los resultados. En cuanto a la lealtad, esta deberá de ser a las instituciones, lealtad a la patria, se deberá romper con estigmas de que las reglas no se rompen, atreverse a imaginar resultados futuros, en un verdadero Gobierno de Resultados.  

*Académico Universitario

 

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