SE COMENTA SOLO CON…
CARLOS RAMOS PADILLA
Llegó el turno para Claudia Sheinbaum. Ya está en el círculo de poder más poderosos, donde se hacen las negociaciones, lugar en que se planea la impunidad y protección a los salientes, rincón convertido en ring de los más confiables que ambicionan acomodarse.
Sheinbaum ya está planeando en serio sus proyectos del sexenio más allá de lo que dijo, o le permitieron decir en campaña. Ya está viviendo las presiones y el alto voltaje. Tiene que respetar a un Presidente pero, ella ya tiene el mando, el control.
Y ahí es donde esperamos un deslinde, que se separe de amlo y de sus ambiciones, de sus imposiciones y necedades.
Una presidenta electa que muestre su independencia y que como ella dijo no llegó por ambición personal, esto último nos da la esperanza de que sí gobernará para todos, lo hará pensando como Jefa de Estado y anulará las modificaciones legales y constitucionales que solo le convienen a amlo y no al país.
Ella sí, lejos de amlo, tiene la posibilidad de mostrar su capacidad académica/científica/política.
En eso supera y por mucho al tabasqueño. Su capacidad de análisis y decisión debe ser más equilibrada y no dejarse ir ni por impulsos ni por venganzas. Tiene la oportunidad de buscar la reconciliación, fortalecer el tejido social y familiar y dejar a un lado los ataques.
Presume ser universitaria, pues que lo demuestre con esa noble carga de virtudes y valores que inyecta la Máxima Casa de Estudios. Que respete para ser respetada y que nos deje en claro a todos, a todos los mexicanos por qué ganó, tiene un capital político/social impresionante además de figurar por género y nivel intelectual.
Son tiempos de cambio, queremos verlos, sentirlos y si se dan, aplaudirlos y reconocerlos.
