ALBERTO F. MENA MALLEN
Así nos quedamos muchos mexicanos por el triunfo -casi de carro completo-, de Morena en nuestro país, en las pasadas elecciones.
¿Qué pasó? Nos preguntamos muchos que apoyamos a Xóchitl Gálvez.
¡Cómo es posible que hubo muchas trampas por parte de este partido y hayan ganado casi todo?
Es importante señalar que el pueblo decidió darle un voto de confianza a Claudia Sheinbaum para ver si el beneficio que pregonan para todos los mexicanos se presenta en su gobierno. Tal parece que trae otra actitud, diferente al Peje, al dar a conocer en uno de sus primeros mensajes, que actuará para todos los ciudadanos sin distinción de partidos, color y raza. Ojalá y lo cumpla y no nos salga como sucedió en el 2018, cuando se crearon grandes expectativas y casi ninguna se cumplió.
Ya había antecedentes con la elección de Estado que utilizó el macuspano, desde Palacio Nacional, al utilizar todos los recursos públicos disponibles que tiene a la mano, como las mañaneras, donde usó su propaganda para aleccionar y ordenar a los suyos lo que tenían que hacer, sin importarle que haya violado tanto la Constitución como muchas leyes, entre ellas la electoral.
A más de treinta llamados que le hizo el Instituto Nacional Electoral (INE), para que evitara utilizar su show de las mañanas para favorecer a sus candidatos de su partido, ni los peló y siguió con su tónica política con el fin de ganar a toda costa la presidencia de la República, el Congreso de la Unión y las gubernaturas en disputa en estos comicios. El órgano electoral estuvo de adorno.
Con todo el colmillo del mundo en materia política, ysq, nos vio –a los opositores-, cara de inocentes, de What, con lo que se puede inferir que volvió a engañarnos a muchos ciudadanos que consideramos que iba a actuar en forma derecha, como se dice, pero no lo hizo; la primera ocasión fue en el 2018, cuando prometió el cambio que todos consideramos beneficioso, pero utilizó todas sus argucias para sentar las bases de un modelo de país que solo él sabe cuál es. Tal vez un nacionalismo liberal con gotas de socialismo y comunismo. Nos mintió y lo siguió haciendo.
Parte de su plan fue dividir a los mexicanos en pobres y ricos, en chairos y fifís, como los calificó, emitió muchas mentiras que principalmente los analistas detectaban, utilizó el pésimo desempeño de los partidos políticos que apoyaron a la candidata ciudadana para seguir con sus planes, vomitó maledicencias en contra de quienes no están de acuerdo con sus planes y proyectos, usó sus recursos judiciales para asustar a quienes se le ponían enfrente y claro, como muchos opositores tienen largas colas de dinosaurio, pudo actuar sin problemas.
Utilizó sus conocimientos políticos para ridiculizar a varias instituciones que se crearon como contrapeso al poder presidencial, argumentó que en todas había corrupción, la que aún no se castiga y va tras el propio INE y la Suprema Corte de la Nación con sus propuestas de elección popular, donde no sabremos quién llega, como sucedió con la ministra Lenia Batres, que no conoce la Carta Magna, al ser corregida por sus compañeros cuando diserta algunos casos y que queda en ridículo ante la audiencia y su pueblo.
Se rumora que el endeudamiento que llevó a cabo en este último año de gobierno, por casi dos billones de pesos, lo utilizó para concluir sus obras con las que se le recordará en la historia de México, -las que aún se gastan recursos públicos sin tener un rendimiento conforme a las inversiones realizadas- y también para comprar votos en favor de su partido, incluso hay voces que señalan que hasta tres mil quinientos pesos se le pagó a un votante. Lo más común fue de entre quinientos y mil pesos por persona.
Sus apoyos sociales han sido la clave para que se vote a favor de los candidatos de Morena, con el apoyo de los Servidores de la Nación, que amenazaban a los receptores de este dinero con quitarles sus credenciales en caso de que no sufragaran por los candidatos de este partido. Esta acusación, incluso la hizo Marcelo Ebrard sin que nada pasara.
En fin, son muchos los mexicanos que consideran que se robaron las elecciones, porque se notó el gran interés por ir a votar a favor de la abanderada de la oposición, al ver largas filas en las casillas para buscar el triunfo presidencial, lo que ocasionó igualmente que se viera una gran movilidad en las calles y en lugares públicos que fueron abarrotados por los mexicanos, que aprovecharon ese día para pasear y convivir con sus familias.
Y nos despertamos con la noticia de que Morena se llevó casi todos los triunfos, a pesar de que había denuncias de malos manejos de recursos públicos, de enriquecimientos inexplicables por parte de funcionarios del gobierno, de malos tratos a ciudadanos, de aplicar la justicia a modo y de bravatas de gobernadores que no entendieron su función en el puesto.
De la misma manera nos enteramos, a través de las redes sociales principalmente, de los malos manejos de los recursos públicos en la construcción de obras que se encargaron a la Defensa Nacional, y que no ha habido sanciones contra quienes abusaron de sus cargos o de compras como los medicamentos, los que hasta la fecha no se ven en los hospitales. La impunidad duerme en el sueño de los inocentes.
Lo que se comenta, sobre todo esto, es que la ganadora de la silla presidencial no la tendrá nada fácil para gobernar, con un país dividido, un déficit presupuestal elevado, una inflación que aún no logran controlar, enfrentamientos con países hermanos por las posturas ideológicas utilizadas, con ciudadanos inconformes por el mal manejo de las políticas públicas, como el caso del agua y de la contaminación, entre otros.
Por lo pronto ya comenzó a actuar luego de las elecciones para evitar daños al país. Anunció que Rogelio Ramírez de la O se queda en la Secretaría de Hacienda para evitar que los mercados den tumbos por el resultado de las elecciones, sobre todo en el Congreso de la Unión, que le permitirá a la presidenta hacer cualquier cambio que le interese.
Como mexicanos, debemos de participar con el gobierno para que si le va bien, nos vaya bien a todos.
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