Punto de Vista
Por Jesús Michel Narváez
A Carlos Salinas de Gortari, lo llamaba el actual presidente “el innombrable”, el “jefe de la pandilla”. Su triunfo en la elección de 1988, cuando el “sistema se cayó”, siempre fue cuestionado. El fantasma del fraude electoral lo persiguió hasta el final. Sin embargo, gobernó y bien. Su mandato puso a México en la globalidad, Cierto, le estalló la declaración del EZLN, cargó con la muerte del príncipe de la iglesia católica, Jesús Posadas Ocampo. Llevó el peso del asesinato de Luis Donaldo Colosio y de su entonces cuñado, José Francisco Ruiz Massieu, entre otros muchos temas que lo persiguieron y persiguen después de 30 años.
Su elección pudo ser o no fraudulenta. Lo asumió y gobernó, pero jamás se ha podido quitar la pesa losa que lleva en la espalda.
A Claudia Sheinbaum lo ensucian su futuro. Podrá gobernar, todo así lo indica, pero nadie podrá borrar el presunto fraude cometido no por ella, sino por los operadores políticos que la acompañaron y, por desgracia, también el INE pierde puntos de confianza.
Durante una entrevista al doctor Manuel Quijano, profesor titular de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM; el tema afloró.
“Aunque no exista el fraude electoral, sí hubo una elección de Estado. Y eso no podrá borrarlo”, comentó.
A través de los micrófonos de Radio Cañón en el 760 de AM y en el programa Misión, Periodismo sin Regaños, el académico confirmó su opinión expresada hace un par de años y que llevó a la conclusión de la inexistencia de transparencia en el proceso electoral.
Sospecha la acción que configuró el presunto fraude cuya opinión se difunde masivamente en redes sociales, sobre todo en X y Facebook.
¿Se pierde la confianza en el INE?
-Desafortunadamente sí.
¿Es el INE que se defendió cuando salió la sociedad civil a marchar?
-No, no es que defendí al igual que miles de ciudadanos.
¿Por qué se presume que hubo fraude?
“Porque nadie esperaba una diferencia de 30 puntos. No hubo casa encuestadora que le diera ese margen. Se esperaba sí, que ganara, pero con 8 o 10 puntos de diferencia. Y la sorpresa la representa que Morena y aliados tengan mayoría calificada en la Cámara de Diputados y casi en el Senado. Le falta 4 senadores para obtenerla. Y eso significa que en septiembre el presidente López podrá hacer lo que le venga en gana”. Hasta aquí sus palabras.
En todas las elecciones se alteran las votaciones. Cuando no es que se roban o incendian las urnas. Sin embargo, jamás se ha anulado unos comicios presidenciales y por supuesto, esta no será la primera ocasión.
La virtual presidenta de México -será declarada electa cuando terminen los cómputos y se hagan oficiales los resultados, tendrá que cargar su losa. No es la responsable de algún ilícito en la votación del domingo pasado. Eso hay que dejarlo claro y no alimentar las especulaciones sobre el particular. Su trabajo era la de ser candidata del oficialismo y lo cumplió a cabalidad. Lo otro, de ser cierto, es muy probable que desconociera de su existencia.
Gobernará, sí. No hay duda. Tendría que ocurrir una catástrofe que anulara decenas de distritos electorales federales para que no recibiera su constancia de mayoría y rindiera protesta el primero de octubre.
A México no le conviene, bajo ninguna circunstancia, que se llegara a comprobar el fraude. Eso hay que entenderlo. El país y sus habitantes no están preparados para una guerra civil entre buenos y conservadores. Todos perderían.
E-mail: jesusmichelmp@hotmail.com, Facebook Jesus Michel, X @misionpolitica y en Misión, Periodismo sin Regaños martes y jueves de 16 a 17 horas por Radio Cañón en el 760 de amplitud modulada
