SE COMENTA SOLO CON
CARLOS RAMOS PADILLA
Inicio la administración de López Obrador con la promesa de acabar con el huachicol, y su primera gran sacudida fue una explosión en una línea de ductos perforada por delincuentes en Hidalgo.
Al casi término del sexenio se enfrenta a tres eventos: el sofisticado huachicol fiscal que tiene contra la pared a los expendedores de gasolina y que se ha convertido en una muy importante fuente de financiamiento del partido en el poder, la extradición del general León Trauwitz y las graves sospechas de malos manejos en aduanas bajo la titularidad de Horacio Duarte.
Entre episodios de este delicado tema no hay que olvidar la compra de 500 pipas que al final fueron 671. Una de las primeras arbitrariedades en el ejerció del poder de amlo fue el no saber hacer las compras y abasto de gasolina en todo el país. Ello estimuló una crisis sin precedentes y sin resolver los delitos del huachicoleo.
Compraron las pipas en Nueva York por asignación directa y fueron entregadas a la Secretaría de la Defensa Nacional, usando a soldados como choferes.
Con estas torpes y arbitrarias decisiones se estimuló la diversificación de la delincuencia. Los combustibles empezaron a venderse en pueblos, carreteras y rancherías sin siquiera la intervención de la Guardia Nacional. La gente se beneficia sirviendo de “halcón” a los criminales o entregando y escondiendo litros de combustible en bidones caseros.
En las últimas semanas y bajo señalamientos de Xóchitl Gálvez, que causaron revivir el pasado y que puso al descubierto la práctica del huachicoleo fiscal lo cual consiste en comprar a bajos precios la gasolina en Estados Unidos ingresarla a México sin pagar impuestos por las aduanas en carreteras o puertos ligados, por cierto, al grupo que encabezaba el llamado Rey del huachicol, Sergio Carmona, asesinado en San Pedro Garza García, Nuevo León, en noviembre de 2021.
Todo esto, se sospecha, favoreció las campañas políticas de Morena en Sinaloa, Tamaulipas, Nayarit, Sonora, Baja California y Baja California Sur.
Otra disposición fue permitir la instalación de expendedores internacionales en el país para que supuestamente se diera una sana competencia en las gasolinerías. Se logró, pero los precios no fueron para abajo, sino en ascenso.
Marcelo Ebrard y otros funcionarios han guardado celoso silencio de todos estos hechos, incluso en informar en donde están los vehículos (las famosas pipas) adquiridas, dijeron, para abastecer de gasolina a la población cuando amlo determinó cerrar las válvulas.