Otra Modesta Propuesta
(Cuarta y última parte)
CARLOS BORTONI*
Sobra decirlo, pero todos lo dicen y siempre es feo ser la excepción, estamos a nada de que México juegue a la ruleta rusa con su incipiente democracia, de tirar por la borda lo que a las clases privilegiadas ―desde que lucharon por la independencia de nuestra nación (cargando al erario de un país que todavía no existía la deuda que España tenía con ellos), hasta nuestros días, en los que defienden el derecho a entregar el país a los intereses trasnacionales― tanto trabajo les ha costado construir.
Heredar privilegios, riqueza y relaciones no es tan sencillo como lo imaginamos quienes no tenemos padres que nos hereden nada de ello. El domingo se decidirá ―democráticamente― si perpetuamos una dictadura que nos permite decidir democráticamente si perpetuamos una dictadura, o si cambiamos radicalmente para que todo regrese a ser como era antes de que la gente decidiera que resultaba imposible continuar con el esquema de simulación en el que llevábamos metidos más de ochenta años. Con la esperanza propia de quien espera que muera la esperanza, cerramos esta serie de cuatro entregas―originalmente habíamos prometido cinco― con los tres últimos riesgos que ultimadamente los muchachos y muchachas de Ugalde pusieron sobre la mesa para evitar que México insista en seguir el camino de permitir que la gente decida su propio destino.
Un destino que nos pone de cara ―sumado a los siete riesgos que ya desmenuzamos aquí― la posibilidad de que el “nuevo gobierno incumpla con las metas fiscales previstas por la administración saliente: no lleve a cabo el ajuste fiscal necesario para retornar a la senda anticipada de déficit, poniendo en alerta a las calificadoras y mercados”. De cara a un aumento de “la corrupción, los manejos administrativos opacos e inusuales con fines electorales y la falta de sanción, tanto en el gobierno federal como en los gobiernos locales”. Y de cara a un crecimiento de “las tensiones y las divisiones en los partidos de oposición, lo que contribuye a que el nuevo gobierno opere en un entorno de contra pesos débiles” ¿Necesitan más para entender lo que está en juego? ¿Hace falta explicar que no debemos meternos con el mercado y sus intereses, que es corrupto combatir los contratos leoninos de empresas privadas con el gobierno y evitar el enriquecimiento ilícito y a expensas del dinero publico, y que necesitamos los contrapesos para evitar que se den cambios que solo benefician a la mayoría de la población? ¡Qué horror!
El riesgo que implica el aumento en el gasto presupuestal asociado al necio apoyo a PEMEX para garantizar una innecesaria soberanía energética que no logrará nada más que permitir que México no dependa de nadie para garantizar el abasto energético, sumado a los “los recursos destinados a los programas sociales, los cuales cada año han tenido incrementos sustanciales”, que solo sirve para elevar el nivel de vida de la gente y hacer que el mercado interno se mueva, impondrá una fuerte carga administrativa para realizar una “muy significativo ajuste fiscal”. Para Integralia, “dicho ajuste será políticamente inviable”, acarreando un incumplimiento en las metas fiscales generará preocupación en los mercados financieros y en las agencias calificadoras. Urge desaparecer PEMEX y acabar con los programas sociales que representan una gran carga para la administración pública, recursos que bien podrían destinarse para mantener felices a los mercados, recursos que garanticen que los dueños del capital, los poderes fácticos, puedan aumentar su plusvalía sin que ello represente un aumento en los pagos de impuestos.
Otro tema preocupante, es la preocupante insistencia en combatir la corrupción desde un entendimiento de la corrupción como un problema estructural que permite el enriquecimiento de unos cuantos a costillas de la mayoría. Insistir en ello afecta significativamente el clima de negocios, nadie quiere invertir en un país en el que evadir impuestos y tener sobrecostos no es posible, eso afecta “el clima de negocios”. Mejor invertir en paraísos dispuestos a someterse al capital trasnacional y sus necesidades. Mejor mover las inversiones a geografías donde sus gobiernos se den baños de transparencia que permitan a todos hacer negocios donde políticos y empresarios salgan ganando.
Por último, pero no menos importante, existe un riesgo importante de que se dé un “debilitamiento de la oposición”, ya sea por una ruptura de la pragmática alianza del PRIANRD, y/o conflictos entre partidos opositores. La ruptura de la alianza que otrora constituyó el PRIANato (más lo poco que queda del PRD), y el desgaste al interior del frente opositor que no busca otra cosa que resistir a los embates que insisten en la transformación, pone en riesgo contar con un “bloque de contención” que contribuya a “frenar varias iniciativas riesgosas para la gobernabilidad democrática y el clima de negocios, propuestas por el Ejecutivo federal”. El debilitamiento de la oposición implica que el próximo gobierno gobernará “sin contrapesos sólidos en el Poder Legislativo”, pudiendo aprobar reformar acordes a su programa de gobierno, que será el programa de gobierno que apoye de la mayoría de los mexicanos que voten por ellos, minando la fortaleza de un poder judicial que fue creado como último bastión de resistencia para poner un freno al pobre entendimiento de quienes piensan que la democracia tiene que ver con la participación de la gente en la cosa pública y no con la acción y efecto de ir a votar. Arriesgando la necesaria existencia de un sistema de partidos políticos que no representa a nadie.
Entrados en gastos: Estoy seguro de que no faltarán quienes piensen que afirmar que no hay mañana es exagerado. No faltarán quienes crean que desperdiciar la oportunidad de ejercer el voto para acabar democráticamente con una dictadura que se somete a la decisión de las urnas, es poca cosa. No faltarán quienes piensen que tienen la capacidad de decidir por sí mismos, sin apegarse a los sabios modelos estadounidenses o europeos. No faltarán quienes consideren que las cosas van por buen rumbo y es bueno seguir por ese camino cuatrero de los cuatroteros. A todos ellos les pido que hagan una pausa, y que antes de emitir su voto piensen en los Claudio X, en los Roberto Madrazo, en los Felipe Calederón, en los Vicente Fox, en los Alito Moreno, en las Josefina Vázquez Mota, en los Marko Cortés, en los Jesús Zambrano, en los Santiago Taboada, en los Ricardo Anaya, en los Cabeza de Vaca, en los Yunes, en las Lilly Tellez, en los Aurelio Nuño, en los Moreira, en los Beltrones, en los Miguel Angel Mancera, y en todo aquel pue pueda escapar a este listado de grandes hombres y mujeres, piensen en ellos, imaginen que los miran a los ojos y después voten para favorecerlos.
Carlos Bortoni es escritor. Su última novela es “Historia Mínima del Desempleo”.
*@_bortoni