Faltan 48 horas…

Punto de Vista

Por Jesús Michel Narváez

Dentro de 48 horas, conoceremos el rumbo que tomará el país en los próximos 6 años.

Al filo de las 8 de la noche de mañana, el PREP dará los avances de la votación federal que elegirá a la primera mujer que gobierne el país.

El ambiente está tenso. Se minimizan las acciones criminales y se blindan los edificios públicos federales y de la Ciudad de México, con elementos castrenses vestidos de civil pero armados. Se les identifica plenamente. Además, patrullas que nunca se ubicaban en Periférico, están al frente de la secretaría de Comunicaciones y Transportes, el Poder Judicial de la Federación, Turissste y la CNDH.

Pareciera acto de intimidación dirigido a los ciudadanos. O bien, en Palacio Nacional tienen “otros datos” y perciben “algo” que los nuestros no revelan.

Como fuere, la insistencia de que los de antes “quienes cometer fraude” tanto el huésped de Palacio Nacional como la candidata del oficialismo y adláteres, llaman a la “votación masiva” para alcanzar la victoria en las “elecciones más limpias, más libres “(sic AMLO) en la historia de México.

El reloj mostrará pereza para avanzar las manecillas y serán horas de espera para conocer, en principio y si no se cae el sistema, qué decisión tomaron los ciudadanos.

El temor de que finalmente los que cometan el fraude sean los que están en el poder, está latente y se percibe en las charlas de ciudadanos lo mismo en el súper que en el restaurante o bebiendo café.

Y cada cual hace su análisis. Algunos con datos fiables, otros simplemente porque están hartos o han sido beneficiados no con los programas sociales sino con jugosos contratos que los han sacado de la “pobreza”.

Se palpa y comprueba la división existente entre los ciudadanos. En algunos casos, entre familiares que terminan por distanciarse.

Las elecciones deben ser el termómetro para juzgar los actos de un gobierno. Sea el que fuere. Dejar pasar los errores y suplirlos con los “aciertos”, no conlleva a entender qué pasará si se mantiene la línea guinda. Tampoco se ignora que el cambio no necesariamente es lo mejor, pero si lo menor peor.

El triunfo del huésped temporal de Palacio Nacional no se fundamentó en la empatía de los ciudadanos y el candidato. Ignorar que el voto se generó por el hartazgo de quien terminaba su gestión, sería un despropósito.

Ese hartazgo se ha replicado. No en todos los mexicanos. Tampoco entre aquellos que han obtenido los premios mayores y no la Lotería Nacional o de los Pronósticos Deportivos.

La polarización de los mexicanos ha sido alimentada por el personaje que se comprometió al protestar como Presidente de los Estados Unidos Mexicanos “gobernar para todos los mexicanos”, traicionó su juramentación.

Surgieron, como nunca, los calificativos que llevaron a tener dos Méxicos: el del pueblo bueno “bien informado” y el malo, el de los neoliberales conservadores y aspiracionistas.

Quizá la intención tenía como meta un México menos disparejo y más equitativo. Sin embargo, con el paso de los años -que han parecido una eternidad-, se comprobó que se buscaba empobrecer a todos para que “fueran iguales”.

No se procuró la mejora, sino la reducción de quienes poseían más de lo necesario -por ejemplo, más de un par de zapatos y cuando menos cuatro trajes- para que vivieran en carne propia la pobreza.

Bien dice el refrán: a toda capillita le llega su fiestecita que, en buen romance, significa que se acaba la pachanga.

Y en 48 horas sabremos si el festejo de unos cuántos en el poder continúa o consumen los tranquilizantes que se encuentran, en escasa cantidad, en la superfarmacia.

Poco vivirá el que no conozca los resultados de la jornada electoral de mañana.

E-mail: jesusmichelmp@hotmail.com, Facebook Jesus Michel, X @misionpolitica y en Misión, Periodismo sin Regaños martes y jueves de 16 a 17 horas por Radio Cañón en el 760 de amplitud modulada

 

 

 

 

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