“Mamá ya ríndete. Mamá ya ríndete. Si no hay ya vámonos”, pidió Ricardo Tapia, de diez años de edad, al notar la angustia y cansancio de su madre cuando el Hospital de la Niñez Oaxaqueña no pudo entregarles, una vez más, los medicamentos para tratar la leucemia del pequeño. Ambos se encontraban a casi 270 kilómetros de su hogar en Salina Cruz.
Esta es una de las historias recogidas en el libro “La Austeridad Mata” a cargo de la periodista de investigación Nayeli Roldán, quien a la par presenta una radiografía sobre cómo el gobierno federal recortó selectivamente el presupuesto a distintas dependencias, provocando una insuficiencia en los servicios públicos, particularmente en salud, donde el Instituto de Salud del Bienestar (Insabi) nunca funcionó.
“En el caso del Insabi nunca se supo realmente cómo iba a funcionar, y eso ya en la parte operativa termina afectando literalmente a los hospitales y por ende a las personas. Porque si no tenían claridad de cómo se iban a administrar y distribuir los recursos públicos, lo que terminó pasando es simplemente que cerraron la llave de esos recursos”, nos cuenta Roldán en entrevista con Infobae México.
En 2019, su primer año como presidente, Andrés Manuel López Obrador promulgó la Ley Federal de Austeridad Republicana y para 2020 solicitó al Congreso un presupuesto de 6.1 billones de pesos, cifra que aumentó gradualmente hasta llegar a 9.06 billones en 2024.
Su nuevo trabajo de investigación aborda cómo inició la crisis sexenal en servicios médicos y el desabasto de medicamentos. En contraste, para obras como la Refinería de Dos Bocas, el Tren Maya y el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) no se escatimó en el presupuesto.
“Por el otro lado vimos que las obras prioritarias de infraestructura costaron hasta tres veces más”.
El deseo de ver a su hijo crecer fue para Elizabeth, de 45 años, el impulso para salir de la costa de Oaxaca y emprender una travesía con el único objetivo de salvar a Ricardo del cáncer. En el camino descubrió con sorpresa que no era la única con la sensación de abandono ante un sistema de salud al cual le cerraron la llave de recursos públicos, pues había un compromiso de “austeridad republicana” para el presidente Andrés Manuel López Obrador.
“El problema es que esa que parecía una buena idea de eliminar gastos superfluos terminó con recortes en los servicios más indispensables para los ciudadanos: en educación, en seguridad, en salud, en mantenimiento de carreteras”, explica la autora.
La nueva política de ahorro se tradujo en una reducción del 82% para materiales, accesorios y suministros de laboratorio en las instituciones de la Secretaría de Salud, esto significó 654 millones de pesos menos en 2019 con respecto a 2018, nos detalla en entrevista.
Como el dinero de la Secretaría de Salud no fluía hacia abajo, pronto llegaron los despidos de personal sanitario, dejando a miles de pacientes en espera de estudios, cirugías, o tratamientos para enfermedades catalogadas como “catastróficas”, entre ellas el cáncer.
“Dinero sí había en el gobierno, pero no fluía hacia abajo”, apunta luego de años de investigación a través de solicitudes de transparencia. Nos explica que en 2022 parte del dinero etiquetado para salud fue regresado a la Tesorería, donde posteriormente no se rindió cuentas sobre el uso que tuvo.
Además de los recortes, hubo otro fenómeno que fue la triangulación de recursos: 150 mil millones de pesos que presuntamente estaban etiquetados en salud a través del Insabi, éste los regresó a la Tesorería. Entonces, en realidad eso fue una simulación de destinar recursos públicos a la salud, pero más bien lo regresaban a la TESOFE y ahí Hacienda
En el sexenio de Enrique Peña Nieto, la autora también participó en la investigación “La Estafa Maestra”, con la cual el periodismo dejó al descubierto una red para desviar recursos públicos. Ya con López Obrador instalado en la silla presidencial, esta nueva administración prometió al pueblo velar siempre por los pobres y hacer un gasto racional del dinero.
Las crecientes denuncias sobre el deterioro del sistema de salud a partir de 2019, llevaron a Roldán y un equipo de colaboradores a indagar qué ocurría. Al rastrear de forma minuciosa en qué y cómo se gastaba el erario, poco a poco empezaron a brotar algunas respuestas.
Aunque el presidente decía que su gobierno tenía como aspecto central poner a los pobres por delante, no resultó del todo cierto. Mas bien la prioridad estuvo en las obras faraónicas
Al preguntarle si en estos años existían los recursos suficientes para atender a la población que demandaba mayores servicios de salud y si esta situación obedeció a decisiones políticas, Roldán nos responde de forma concisa.
“El presupuesto es como una cobija. Qué tapas y qué destapas es lo que decide el Ejecutivo y el Congreso”.
La investigación de los últimos años sobre los efectos que tuvo la austeridad republicana sobre los servicios públicos y el acompañamiento constante que la periodista tuvo con los pacientes le permiten afirmar que el sistema de salud mexicano se mantiene en pie, principalmente, por el esfuerzo colectivo de su personal.
“El personal sanitario sostiene al sistema de salud de este país. Si no fuera por esos médicos, enfermeras, que hacen todo a su alcance para atender a sus pacientes, créeme que probablemente esto ya hubiera explotado. Probablemente tendríamos manifestaciones de pacientes de todos los hospitales cerrando avenidas”.
AMLO no cumplió la promesa de conducir al país con austeridad
El 1 de diciembre de 2020, el presidente López Obrador anunció el Decreto de gratuidad en salud, sin embargo, la medida no estuvo respaldada con recursos suficientes ni existió una planeación adecuada. En la realidad, las buenas intenciones se quedaron en letra muerta para pacientes como Ricardo, Bertha, Yessica, Emma o Roberto, cuyas historias son recogidas en este libro.
La promesa de alcanzar un sistema de salud con la calidad de Dinamarca se repitió en todo el sexenio, pero más allá del discurso presidencial, el número creciente de muertes evitables (con atención oportuna) fue un golpe de realidad que obligó a médicos, enfermeras y familias de pacientes a denunciar el deterioro experimentado en buena parte del país.
Ante el creciente descontento, el entonces subsecretario de Salud, Hugo López Gatell apareció en canales de televisión pública para atajar que las protestas de padres de niños con cáncer eran manipuladas por “intereses de grupos internacionales”. Mientras el gobierno veía adversarios que trataban de desestabilizar, familiares de pacientes de escasos recursos esperaban en silencio afueras de los hospitales.
Así fue como la reportera encontró a América en una banca afuera del hospital Aurelio Valdivieso en Oaxaca, mientras aguardaba para tomar el relevo y cuidar en la habitación a su nieta Emma, una pequeña niña con hidrocefalia. La necesidad de ahorrar para medicamentos le impedía pagar los 70 pesos por dormir en el albergue cercano.
Además de cifras y documentos, este libro busca presentar al lector las historias de las personas que sintieron en carne propia el impacto de los recortes de presupuesto gubernamental. Mientras López Gatell denunciaba campañas de desprestigio contra la 4T, estas páginas contienen las voces de los protagonistas que se identificaron unos a otros ante la falta de medicinas, o en su caso vacunas.
Son ellos mismos quienes explican cómo se integraron a los grupos de redes sociales para brindarse entre sí apoyo y orientación para conseguir atención a sus necesidades.
En 2023, el informe de la OCDE Health at a Glance reveló que de los países evaluados, México tuvo la mayor tasa de mortalidad evitable, con 435 decesos por cada 100 mil personas, cuando la media era de 154.
En esta serie de reportajes reunidos bajo el título “La Austeridad mata” se busca brindar las respuestas de cómo los hospitales, médicos y enfermeras se quedaron sin insumos para brindar consultas, medicamentos, cirugías o vacunas, para toda la población.
AMLO capitalizó el descontento que había hacia sus antecesores
Como candidato, Andrés Manuel López Obrador canalizó a su favor el descontento de la población frente a los gastos suntuosos de presidentes como Vicente Fox y Enrique Peña Nieto. Para sorpresa de muchos, el tabasqueño solicitó a sus diputados los presupuestos públicos más grandes y aún así ejerció los recortes más severos en distintos rubros de atención a la población.
Durante el último año de gobierno de Peña Nieto, el Presupuesto de Egresos de la Federación aprobado por el Congreso fue de 5.2 billones de pesos. La impresión de todo el país fue que el político mexiquense se caracterizó por el gasto suntuoso, ejemplo de ello, el viaje a Francia con una comitiva de casi 145 personas.
Ya en el primer año del mandato de López Obrador la cifra del Presupuesto subió a 5.8 billones y a partir de 2020 el tamaño fue creciendo gradualmente hasta llegar a 2024: 6.1 billones; 6.2 billones; 7.0 billones; 8.2 billones y finalmente 9.1 billones de pesos.
Gran parte de ese dinero se dirigió a los programas sociales insignia del obradorismo, pero otra cantidad importante se oriento a Pemex y las grandes obras que López Obrador busca dejar como legado que lo encumbren como el mejor presidente de la historia.
(Agencias)