*Y las Esperanzas de que las Cosas en México Cambien Para Bien se Reforzaron
*La Representante de la Sociedad Civil en Esta Contienda se Llama Xóchitl Gálvez
*Ella Surgió de las Bases Sociales, sin Compromiso
con Alguna Institución Política
*Deseosa de Democracia, Alimentó la Participación Cívica y Contagió su Valentía
*La Magnitud de las Concentraciones en el País sin Precedente Alguno
*La Hidalguense Abarrotó sus Eventos con Personas que Asisten por Decisión Propia
*Y en el Debate la Candidata Oficial Quedó Exhibida Como Soberbia, Mentirosa y Huidiza
*Síntesis Para Recordar: ni Anclados en el Pasado, ni Sumidos en un Depresivo Presente
ALEJANDRO ZAPATA PEROGORDO
El pasado domingo 19 de mayo, fue una fecha memorable, no solamente para Xóchitl Gálvez, sino también para todos los mexicanos que tenemos puestas nuestras esperanzas en que las cosas en México cambien para bien, para quienes deseamos un país en el que podamos vivir en armonía, tranquilidad, unidos y con oportunidades, donde prevalezca la congruencia, la justicia y la libertad.
Esos fueron los motivos inspiradores para que nuevamente el Zócalo capitalino se volviera a llenar. Fue impresionante ver la plaza de la Constitución repleta de personas que voluntariamente acudieron al llamado a defender la República, evento que fue replicado en más de cien ciudades. El tomar las calles y las plazas públicas siempre tiene un significado importante, más aún cuando se trata de manifestarse en contra del gobierno y de un régimen opresor.
La invitada especial, en quien hemos depositado la confianza para encabezar el movimiento social, Xóchitl Gálvez, nutrió con su mensaje a una audiencia eufórica y deseosa de democracia, alimentando la participación cívica y contagiando su valentía, pues entre sus atributos es digno de reconocer precisamente el valor que tiene.
Es curioso, hace seis años Andrés Manuel se ufanaba de ser un candidato ciudadano, bandera que utilizó durante toda su campaña y, ahora su candidata presume ser de un partido político: Morena. Un hecho real, consiste en que, mientras, la opositora Xóchitl, surge de las bases sociales, nunca ha pertenecido ni tiene compromisos con institución política alguna, se ha convertido en una candidata ciudadana y depositaria de la esperanza de millones de mexicanos.
Si alguien representa a la sociedad civil en esta contienda es Xóchitl Gálvez, es una candidatura ciudadana adoptada por los Partidos de oposición, cuestión que fue ampliamente acreditada con el evento del domingo cuya organización estuvo a cargo de la sociedad.
La magnitud de esas concentraciones no tiene precedente alguno en nuestro país, nunca se habían visto llenar las plazas de las principales ciudades de México al mismo tiempo que el zócalo capitalino; los ríos de gente que libremente acudieron con algarabía, alegres y gritando consignas, son al mismo tiempo voces de inconformidad al régimen y apoyo a la candidatura de Xóchitl.
También existe otra diferencia sustancial, la hidalguense abarrota sus eventos con personas que asisten por decisión propia y a través de sus medios; la candidata oficial, a ojos vistos, para tener gente en sus actos, tiene que echar mano de camiones y taxis, las despensas que reparten son el principal motor para llenar las sillas o bien, hacen uso de la amenaza de quitarles el apoyo social, en otras palabras, utilizan prácticas detestables y arcaicas al no tener otra opción.
Para rematar, exhibió a la candidata oficial en el debate como lo que es: una persona soberbia, mentirosa y huidiza, sin disposición al diálogo, no escucha y no ve, se encerró en una realidad imaginaria, tal falsa como sus datos y cifras.
La fecha será para recordar, ni estar anclados en el pasado como tampoco sumidos en un presente deprimente, lo importante es participar con la responsabilidad que amerita construir un futuro con dignidad.