Los problemas de la relación México-Estados Unidos son básicamente los mismos desde hace 30 años, sin embargo, es posible analizarlos desde una perspectiva joven y nueva, para empezar a proponer las soluciones que destraben los nudos que nos obstaculizan, dice Roberta Jacobson, ex embajadora de Estados Unidos en México.
Y es lo que ella trata de hacer desde su podcast The Mexican Dream, que ya va en su tercera temporada, y que reúne a jóvenes diplomáticos, estudiantes, y profesionales de ambos lados de la frontera, con quienes conversa sobre los temas que más inciden en la agenda binacional: migración, comercio, crimen organizado, movilidad laboral, etcétera.
“Yo ya tengo 62 años de edad, y siendo realistas las personas de mi generación no vamos a implementar las soluciones a los problemas del día a día entre los dos países. Es por eso que los jóvenes son los que tendrán que pensar en todos los líos que les estamos dejando y las soluciones posibles en materia diplomática o mediante nuevas tecnologías”, asegura.
Dice que su generación se la ha pasado tratando de solucionar los problemas con las mismas recetas de siempre, con alguno u otro matiz, según los presidentes en cada momento.
Sin embargo destaca que la riqueza de estos conversatorios radica en el optimismo con el que las nuevas generaciones los abordan, lo cual garantiza que cuando menos, a problemas comunes, pueda haber soluciones diferentes e innovadoras.
También asegura que, desde hace cuando menos 30 años, cada administración en México o en Washington considera que “el actual es el peor momento de la relación bilateral” y que al analizarlo en perspectiva resulta que no lo era tanto. Eso es lo que deja conversar con jóvenes inteligentes.
Cita, por ejemplo, lo que estamos viviendo, que ahí viene Donald Trump de vuelta, amenazando la relación con México, manejando un discurso hostil y grosero. “Y uno piensa, ahí viene lo peor para la migración, para el comercio mutuo, y sin embargo la visión juvenil suele ser más optimista que la de nuestra generación”.
En esas charlas ha encontrado, por ejemplo, que el concepto de historia que tienen ambos países es diferente.
En México es mucho más acendrado que en Estados Unidos, donde el pasado no pesa tanto como acá y, por lo mismo, no los ata y detiene, mientras que los mexicanos piensan y deciden mucho en función del pasado, lo que tiene sus pros y contras.
“No se han dejado de lado asuntos como el soft power de Estados Unidos, su influencia en la música, la cultura, el cine, que a mí me gusta más llamarlo el smart power, porque apela a la inteligencia de los ciudadanos de cada sociedad.
En la actual temporada de The Mexican Dream se aborda, por supuesto, que hay elecciones en los dos países, como sucede cada 12 años, y su influencia en la democracia de cada nación, en un contexto de campañas muy polarizadas.