Punto de Vista
Por Jesús Michel Narváez
Adquirir casi 18 hectáreas en una de las áreas más cotizadas en San Pedro, Nuevo León, no es barato fácil. Y menos si se pretende construir una “mansión” personal. Seguramente de no haberse descubierto el asunto, estaría trabajándose en el proyecto arquitectónico que, por las dimensiones del terreno seguramente tendría una pista de carreras para autos F-1, hipódromo y hasta un campo de futbol con medidas reglamentarias. Además, un lago nada pequeño y hasta un zoológico.
El diario Reforma publicó hace tres días el descubrimiento y fundamentó que el propietario es el gobernador de Nuevo León, Samuel García Sepúlveda, quién ante las pruebas presentadas, entre ellas el valor del predio: mil 200 millones de pesos, sacó la “caspa”, perdón, la casta y señaló que no es una adquisición sino una donación por servicios prestados al grupo Gentor desde 2005.
¿Qué servicios podrían tener una remuneración tan alta y por qué?
Según el gobernador que quiso ser Presidente de México, «Grupo Gentor, que todo Nuevo León lo conoce de la familia Garza Calderón, un grupo muy importante es y ha sido el principal cliente de papá, desde el año 2005 trae temas legales fiscales, contables», justificó García.
«Derivado de las auditorías han salido créditos fiscales y cobros del SAT al Grupo por más de 20 mil millones de pesos que papá les ha ido ahorrando, cancelando, porque papá es el mejor Fiscalista de Nuevo León”.
Debe serlo -el mejor fiscalista no solamente de Nuevo León sino del mundo-, porque quitar créditos fiscales no es una tarea fácil y menos por una suma superior a 20 mil millones de pesos, unos mil 200 millones de dólares.
Sin embargo, el grupo empresarial
Reforma informó que, en un desplegado, Gentor se desvincula de cualquier pronunciamiento de figuras políticas, sin nombrar al Gobernador.
«Desconocemos la información que ha sido divulgada respecto a nuestro grupo empresarial, a nuestros más altos directivos y accionistas, con fines políticos ajenos a nuestros intereses particulares», señala el texto.
«Hemos sido afectados por señalamientos imprecisos y falsos», añade el desplegado que firma Javier Garza Buffington, presidente del Consejo de Grupo Gentor.
Así las cosas, todo queda claro: el gobernador miente.
Dirían los regiomontanos que a nadie debe sorprender el actuar del mandatario y baste recordar que durante la campaña en la que resulto victorioso, se le acuso de triangular recursos a través de su familia que, según aquellas informaciones, rebasar y con mucho el tope fijado por la autoridad electoral.
Otra opinión que circula, es que ante la negativa del Congreso Local de nombrar a un gobernador interino mientras hacía su campaña como candidato de MC a la Presidencia de la República. Propuso
a José Arturo Salinas Garza, quien rindió protesta y fue derribado desde el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación y, ante ello, mandó el nombre Javier Navarro y la Suprema Corte determinó que los dos eran inelegibles, El primero estaba en funciones de presidente del Tribunal Superior de Justicia y el segundo como secretario de Gobierno.
Ante el fracaso de imponer a quien le “cuidara las espaldas”, tiró el arpa y abandono su “sano deseo” de ser Presidente de México y retornó, más que rápido, a su cargo lo cual se le dificultó porque la licencia para dejar el cargo se le concedió por seis meses.
¿Qué podría ser más importante que llegar a la Presidencia de la República?
Quizá en esta investigación periodista está la respuesta.
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