Por ejemplo, en el caso del banco central del país latinoamericano, el referencial comenzó a subir a partir del 26 de junio de 2021. En ese momento, pasó de 4 a 4,25%. Desde esa fecha hasta mayo de 2023, Banxico elevó la tasa de interés en 15 ocasiones, con incrementos entre 25 a 75 puntos porcentuales.
El ciclo alcista se detuvo en la decisión de política monetaria del 18 de mayo de 2023, donde los integrantes de la Junta de Gobierno de la institución votaron por mantener sin cambios, que ya rondaba el 11,25%. Ello se frenó el 21 de marzo de 2024, cuando el banco central mexicano disminuyó la tasa de interés de 11,25 a 11%, hecho que no se veía desde los primeros meses de 2021.
«Se prevé que [Banxico] siga bajando un poco más [la tasa de referencia] en los próximos meses, sobre todo cuando se anuncien también las medidas de política monetaria de Estados Unidos [expuestas por la Reserva Federal]», declara la experta.
Asimismo, también docente en la UNAM apunta que la desinflación que se observa en México «indica que es un país próspero, con estabilidad económica, lo que invita a que se animen las inversiones».
A pesar de la senda que México seguía con la inflación en descenso, el 9 de mayo, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) mexicano presentó el resultado del Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) al mes de abril.
En él, la inflación general tuvo una aceleración de 0,2%, lo que la colocó en 4,65% a tasa anual. Recordemos que el rango objetivo de Banxico es de 3% más/menos un punto porcentual.
Al interior del índice, la inflación subyacente, que está integrada por los bienes y servicios, cuya variación de sus precios responde principalmente a condiciones de mercado, subió 0,21%, ubicándose en 4,37 % a tasa anual. En tanto, la inflación no subyacente que, de acuerdo con el Inegi, se integra por bienes y servicios cuyos precios están influenciados por condiciones externas o por las regulaciones del Gobierno, tuvo un repunte de 0,18%, con lo que alcanzó el 5,54% anual.
«El comportamiento descendente de la tasa de inflación es un síntoma de mejoría de la economía en Latinoamérica y en México. No obstante, se observa en los últimos meses un comportamiento nuevamente al alza que deriva del comportamiento de los mercados de los productos que integran la canasta básica, particularmente los alimentos», menciona Torrez Vázquez.
El también docente en la Universidad Autónoma de Chiapas (UNACH) destaca que esta es una de las causas por las que Banxico mantuvo la tasa de referencia en 11% en su decisión del 9 de mayo.
Ello fue «para evitar una reducción anticipada de la restricción monetaria, de cara a las posibles tendencias al alza de la tasa de inflación para finales del año en curso», precisa.
Riesgos y detalles en un corto plazo
Aunque continúa la racha positiva de la economía mexicana aún tiene algunos desafíos por delante. Por ejemplo, el doctor en economía vislumbra las condiciones climáticas nacionales, donde la sequía ha sido un factor en la agenda de diversos sectores.
Esto «ha presionado negativamente los cultivos de verduras, que incide en el comportamiento de sus precios y, en consecuencia, impacta en la canasta básica y en la inflación», expone.
En este sentido, Cruz Cruz hace énfasis en el aumento de precios en el segundo semestre del año, fenómeno que ocurre estacionalmente debido a eventos como las vacaciones de verano y Navidad. Por esta razón, dice que Banxico debe seguir una ruta cautelosa en materia de política monetaria, sin bajar la tasa de referencia de forma vertiginosa.
«Un consuelo que nos queda ante esa volatilidad es que en Estados Unidos también hay elecciones, por lo tanto, el panorama de incertidumbre es igual (…) Eso, en este momento, es un tranquilizante de los mercados financieros, que ahora están pasivos, a la expectativa» de lo que pueda ocurrir, agrega.
Tras los comicios presidenciales mexicanos, que se celebrarán el 2 de junio, Torrez Vázquez vislumbra que Banxico continúe con la misma directriz en cuanto a política monetaria.
«Adicionalmente, la nueva administración tendrá que determinar si mantiene los actuales instrumentos de política económica para asegurar la capacidad adquisitiva de los ingresos laborales, fuente principal de la gran mayoría de los mexicanos», concluye.
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