ULISES CORONA*
La palabra consenso no es unanimidad, tampoco así totalitariedad, es mayoría, pero validando la importancia de las minorías, para que el consenso sea legítimo tiene que sumar y validar las partes, incluso aquellas que no están en acuerdo con lo que la mayoría aprobó. Por lo que son igualmente importantes aquellas que validan decisiones y con ello acciones, como las que desde la minoría las validan, consensuadamente las aceptan.
Los Estados democráticos tienen que buscar y encontrar líneas de consenso para que el ejercicio de gobierno sea legítimo, y con ello aceptable para su función, de aquí la importancia de la operación política. Aquí donde las minorías opositoras también cuentan y valen en opinión, y conforman sociedades parietales, equitativas y justas.
Los ciudadanos hoy, estamos viviendo conforme la costumbre, según la costumbre, poco es el tiempo de reflexión en la otrora ciudad de los palacios (Tovar de Teresa G. 1991), el patrimonio se perdió, en una crónica casi igual como la dibujada por S. Flores, dejando atrás una ciudad sólo de recuerdos, del también lejano “sábado Distrito Federal.”
Dónde está el Gobierno contigo, y dónde estás tú en relación con el Gobierno. La Seguridad Pública, es consensual porque, me dejaré cuidar, si y sólo sí, me ofrecen un cuidado, seguro, confiable, honesto y justo. De hecho, una seguridad donde pueda objetar que da más miedo el policía que el ladrón mismo, es decir; la confianza y la legitimidad necesarias para sostener la gobernabilidad de un país simplemente se pierde.
Por ello, la gobernabilidad entendida en el binomio legitimidad-eficacia, y que hace años, se conseguía simplemente a través del reconocimiento de la ciudadanía, sin chistar siquiera, cuando el gobierno aún podía resolver los problemas de la sociedad: Hoy cambia en sus perspectivas y sus elementos, pues ahora se piensa que esa visión restringida ligada únicamente al desarrollo de estrategias elaboradas desde la cúpula del Estado, sin que participara la sociedad, en dirección a contener las demandas sociales y a canalizar los conflictos sin que ellos amenacen la estabilidad del sistema socioeconómico y político, es al día de hoy muy limitada.
No es una cuestión de capacitar y preparar más policías y que estos salgan a las calles a cuidar, no es una numeraria de más policías, menos delincuencia. Contrario a esto, la premisa deberá ser: más sociedad cuidada y menos estado gendarme.
La eficacia de la acción de gobierno en seguridad pública, se entiende no solo como el incremento de la eficiencia del Estado respecto de su funcionamiento y políticas públicas, sino también, respecto al mejoramiento de los niveles de justicia social y disminución de la marginalidad.
En una diferente percepción. El problema de la seguridad está unido al tema de la gobernabilidad al menos en tres aspectos.
- A) Los altos índices de criminalidad que se presentan ante la sociedad también hay que verlos como una falta de funcionalidad del Estado, que no puede cumplir con una de las tareas básicas como es proporcionar seguridad a sus habitantes.
- B) Los problemas de seguridad pública son percibidos como situaciones ligadas a la incapacidad, el descrédito del gobierno y la corrupciónprevaleciente en las corporaciones policíacas, con lo que se provoca deslegitimación y descrédito de la autoridad en amplios sectores sociales.
- C) La inseguridad pública y el combate a la violencia concentran recursos del Estado que pudieran destinarse a otras áreas prioritarias del desarrollo nacional, como educación, salud, empleo y vivienda.
Por lo que, si bien es válida la táctica y estrategia, y desafortunadamente aquí no me refiero la idea de Benedetti, (M. Benedetti. 1974). Hoy se requiere una visión más sociológica, antropológica de la vida pública. García Paniagua la describió en su paso por la Secretaría General de Protección y Vialidad del entonces Departamento del Distrito Federal (1988), y es entendible si se recuerda, las instancias político institucionales por las que dio paso su trayectoria. Sin politizar la seguridad pública, ciudadanizar sus resultados. Menos fuerza pública y más visión de Estado.
La seguridad no debe entenderse como el único fusible del sistema político o de la acción estatal, si bien aquella es un factor fundamental para generar confianza y legitimidad, no es el único que incide en la conformación de las condiciones necesarias para generar gobernabilidad. Se requiere la acción conjunta del Estado y sus vertientes derivadas de gobierno de resultados en todas las instancias de acción pública.
Ulises Corona*
*Académico Universitario.